A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

La diáspora de las deslealtades y espejo dinástico

EN PUEBLA, EN SINALOA, en Tamaulipas y en Tlaxcala hay elecciones hoy. Cuatro triunfos a la cuenta de Roberto Madrazo y los gobernadores que se vieron al frente de espacios de poder real. Gana batallas el muerto. Contra su pasado y en plena dispersión de los que no resistieron la orfandad al quedarse sin el presidente que era todo para todos y árbitro de última instancia para los de la cosa pública y sus compañeros de viaje de la iniciativa privada. El PRI gana y cuando pierde arrebata, decían en tiempos de la hegemonía. Ya no. En el régimen nonato, no puede perder: todos los candidatos están cortados del mismo paño.

POBRECITO DEL PAN, QUE no contaba con los cabales suficientes para los cargos públicos y para ser candidatos del partido en el poder. En Tlaxcala florecen las guerras floridas de la democracia sin adjetivos ni objetivos. Beatriz Paredes disputó el liderazgo con Roberto Madrazo. El tabasqueño se quedó con las ruinas del PRI. Pero la tribuna de brillante verbo tuvo y retuvo fuerza política para hacer candidato triunfador a uno de los suyos, con la divisa del PRD. Pero Alfonso Sánchez Anaya creyó llegado el momento de convertir el régimen oligárquico en dinástico. Y la senadora Maricarmen Ramírez, su esposa, contiende hoy por el cargo de gobernadora de Tlaxcala.

CON MALOS AUGURIOS y dudas existenciales, los del PRD se negaban a reconocer a la señora de Sánchez. Se quedó sola, candidata formal de una alianza trunca, luego de la ridícula exigencia del líder del partido al gobernador: pida licencia para evitar suspicacias y críticas. Ni modo. Pero un clavo saca otro clavo y los pobrecitos panistas hicieron su candidato a don Héctor Ortiz, de la noble casa de doña Beatriz Paredes; priísta militante y actuante de larga data, al que vestirían de azul para enfrentar a la señora del señor gobernador y al candidato del PRI, Mariano González Zarur. éste sí nada más del PRI. Pero como en los tiempos de la prepotencia tricolor, gane quien gane gana uno del PRI. Como elogio a la locura, los sedicentes expertos advertían que la de Tlaxcala iba a ser la más competida de las cuatro que hoy se resuelven en las urnas.

ES UN DECIR. LOS navegantes de la transición han dado en dejar la solución final a los tribunales. Ceden voz y voto a juntas de notables. Retorno de la reacción, o šahí te voy Mijares! Vicente Fox ya se había montado en el caballo del que se bajaron los de la Revolución, para subirse al Cadillac y hacerse pasar por la izquierda "dentro de la Constitución", modelo para armar en el caso del estratega de Nacajuca que evoca al vate Díaz Mirón y se felicita por haber salido ileso de la calumnia y cruzado el pantano sin mancharse el plumaje. Aunque le hayan arrancado algo más de una pluma en el palenque el soltador René Bejarano y el amarrador de navajas del complot inconcluso y pertinaz, con episodios transmitidos en videos que asumen vida propia.

DEMASIADAS IMAGENES. Demasiados cambios de chaqueta. Deslealtad como tinte de orgullo. Y la traición como destino en el inane quehacer de los del cambio, los del infantilismo que culpan a la democracia de la incertidumbre y recurren a los desechos del PRI para enfrentarlos a los del priísmo con la ilusión de que no vuelva "el autoritarismo" de antaño. Lampedusa sabía que no se borran las manchas del leopardo. Fox y sus amigos llegaron con la pleamar del hartazgo con el PRI y con el priato tardío de la tecnocracia que puso en subasta al Estado. Llegaron con el voto útil. Inútil afán de permanecer, a pesar de la obsesión fundacional y la restauración del sueño dinástico. Corto verano de ilusiones. La ultraderecha se afirma por doquier. La nuestra ya hace maletas.

LOS HIJOS DE LOS fundadores, los que siguen a Felipe Calderón, cantan El hijo desobediente. Los predicadores del Cerro del Cubilete, adelantados del que vendría a anunciar "una revolución como la cristera", se amarran al yunque y sueñan. La íntima tristeza reaccionaria de Luis Felipe Bravo y sus lugartenientes pareciera denunciar el desaliento, la despedida del Alcázar y las cabañitas; la confirmación de lo que se decía en tiempos de Hernán Cortés: "Muro blanco, papel de necios". Hay estabilidad, dicen desde Los Pinos; "Gracias a Dios y a las políticas instauradas por Ernesto Zedillo", declara Vicente Fox en rapto de sinceridad que pone a temblar al PAN que no se come.

A LA MITAD DEL SEXENIO se le vino encima la sucesión adelantada. A la mitad del camino y bajo el influjo de la victoria de su amigo Bush, el deslumbramiento de lo inesperado: Fox topó con el poder y la tentación de preservarlo a toda costa. En diciembre de 2000 ganó la Presidencia. En el otoño de 2004 supo que era Presidente. Al desaliento, al pasmo ante las deslealtades en la política que únicamente puede sustentarse y ejercitarse con base en el compromiso personal, en la lealtad empeñada, en las ideas compartidas y los objetivos comunes, suman ahora los alternantes el desconcierto con las declaraciones de Vicente Fox, su inusitada defensa de los derechos obreros, del contrato colectivo en Pemex y lo asignado para viviendas de los trabajadores. Los veneros de petróleo los escrituró el diablo.

FRANCISCO GIL LE escribe a su jefe y la carta se filtra a los medios: sepan cuántos... que el contrato colectivo firmado por el STPRM y el director general de Pemex dejará al sindicato dueño de una peligrosa liquidez que prefigura el riesgo de un nuevo Pemexgate. Tal dijo el vicepresidente económico en la epístola de las cuentas claras para decirle al jefe que la patria está en peligro. En el corto plazo todos estaremos presos, diría el antikeynes. Ya era laudo el contrato. Pero los abogados del régimen panista decidieron que se imponía revisarlo, renegociarlo. Arreglarlo para "darle plena transparencia", diría solemnemente Santiago Creel, secretario de Gobernación en función de secretario del Trabajo. Tengan o no tengan facultades expresas. Francisco Gil eludió la falla con el recurso del género epistolar.

PERO LOS PODERES MEDIATICOS y los intereses afectados por el TLC y la disciplina fiscal de los techos financieros presionaron en el momento preciso. Raúl Muñoz Leos pagó la cuenta de la mezquindad en la era del espectáculo, en la hora de quienes privatizan la propiedad social y exhiben públicamente lo privado para adueñarse de posiciones públicas. ƑQué le vamos a hacer? "Aquí nos tocó vivir", dice el personaje de Carlos Fuentes, recién premiado por la Real Academia Española. Hubo cambio en la torre de Pemex para que nada cambiara. Luis Ramírez Corzo ascendió a la dirección general y de inmediato le pasaron las cuentas de los contratos de servicios múltiples. Y al presidente Fox, la de los litigios subjudice en un sexenio durante el cual sus abogados no ganan un pleito ni por casualidad. Hubo cambio de mando en la torre. Pero el presidente Fox reivindicó el acuerdo de voluntades, el contrato laboral.

DE LOS 7 MIL millones que escandalizaron a las buenas conciencias y significaban un exceso "peligroso" de liquidez, dijo el Presidente: "no es una transferencia de recursos al sindicato; es un fondo para inversión en vivienda y que los trabajadores puedan adquirirla. Al final (ellos) van a pagar por su vivienda como cualquier trabajador". No era el amago del corporativismo tan temido por los corporativistas del gran capital y los tontos útiles; no era el complot de líderes decididos a dar dinero al partido que fuera en aras de la deslealtad imperante. De vivienda se trata. De un contrato colectivo de trabajo. Nada más y nada menos, aunque se desgarren las vestiduras los virtuosos que exigen sea desaforado Carlos Romero Deschamps, quien ya no es diputado federal... Las imágenes, lo emocional, a cambio de la palabra y de lo racional.

LOS VENEROS DEL PETROLEO hicieron aflorar la fragmentación al interior del PRI y pusieron en jaque al sistema de dos cámaras por el que tanto batallaron Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada. Enrique Jackson tiene espacio y recursos políticos para contender por la candidatura del PRI a la Presidencia de la República. Emilio Chuayffet tiene credenciales jurídicas, dominio de lo constitucional y capacidad para sumar votos. Tropezaron ambos. La carta de las fracciones de San Lázaro fue, en el mejor de los casos, un exceso. En el Senado reaccionaron con un dejo de aristocracia agraviada. Finalmente se impuso el sentido común, la lógica del poder, el quehacer político.

LA CAMARA DE Diputados aprobó el proyecto de Ley de Ingresos, sin el voto del PAN; incrementaron el microscópico déficit fiscal y fijaron un precio de 27 dólares por barril de crudo, en lugar de los 23 que preveía Hacienda. En el Senado les enmendaron la plana. Corrigieron a tiempo, pero el senador Fauzi Hamdan, panista y abogado, manipuló para establecer la estimación del precio del barril de crudo en 23 dólares. Los mismos que fijaba Hacienda. Con corchetes para el caso de que el precio real fuera mayor. Hubo dispensa de lectura a la minuta y los senadores aprobaron el precio de 27 dólares. Todo se andará. El Congreso es ahora el fiel de la balanza.

JUAN S. MILLAN supo gobernar Sinaloa y administrar un ámbito socioeconómico tenso por la amenaza del narco a la seguridad nacional y la de sus conciudadanos. No es poca cosa. Hizo política y reformas que se anticiparon a las del ámbito federal. Va a ganar Jesús Aguilar, candidato del PRI. Frías, el candidato del PAN, es yerno de Maquío y colaboró en el gobierno de Juan S. Millán. Así están y así se los están llevando.

EN TAMAULIPAS TAMBIEN va a ganar el candidato del PRI: Eugenio Hernández, diputado, líder de su fracción parlamentaria, a quien señalan como "delfín" de Tomás Yarrington. O le ven patas para gallo o creen que el de Matamoros pudiera extender la influencia regional hasta donde vive su compadre George W. Pero, como en Tlaxcala, gana el PRI, gane Alvaro Garza Cantú o gane Gustavo Cárdenas Gutiérrez. De Puebla ni hablar. Las encuestas prevén victoria aplastante del priísta Mario Marín. Melquiades Morales vela armas en el consejo de su partido. Ganas, comes y te vas.

PERO EL 20 DE noviembre habrá otro frente para la confrontación interna de un PRI que puede ganar la Presidencia en el 2006, pero no se pone de acuerdo en cómo designar su candidato y cómo llegar unidos, con un programa de gobierno aceptable para todos y acordado por la mayoría. A lo mejor pierde. Y a lo mejor con alguno de los desgajados del tronco común. Si la pluralidad es conjunción por cambio de chaquetas, Ƒquién gana?