México D.F. Jueves 11 de noviembre de 2004
"No existían nombres, éramos anónimos",
dice líder de familiares de desaparecidos
Recibe Lagos informe con testimonios de más
de 35 mil víctimas de Pinochet
Incluye un mapa de los centros secretos de detención
y tortura en regimientos y barcos
ENRIQUE GUTIERREZ CORRESPONSAL
Santiago,
10 de noviembre. El presidente chileno, Ricardo Lagos, recibió
hoy un voluminoso informe con los dramáticos testimonios de más
de 35 mil víctimas de las torturas bajo la dictadura del general
Augusto Pinochet (1973-1990), en cuya pesadilla participaron efectivos
de las tres armas, la policía, inteligencia y colaboradores privados.
El texto incluye un mapa de los centros secretos de detención
y tortura a lo largo del país, en los que figuran regimientos del
ejército, comisarías de la policía militarizada de
carabineros y barcos de la armada.
Al valorar positivamente la entrega del informe, la Agrupación
de Familiares de de Detenidos Desaparecidos señaló que éste
es un día especial, que les daban "rostros y nombres" con sus testimonios,
pero se preguntó que si son 35 mil testimonios dónde están
los torturadores.
"Valoramos que esta comisión haya terminad su trabajo,
porque durante 31 años este crimen no fue reconocido. No existían
registros, nombres, éramos anónimos", dijo Mireya García,
secretaria de la agrupación.
Al mismo tiempo, un juez condenó a prisión
a integrantes de la cúpula de mando de uno de los servicios secretos
durante la dictadura, entre los que sobresale el ex ge-neral Manuel Contreras
Sepúlveda, ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional
(Dina), quien fue sentenciado a 15 años de cárcel por la
desaparición en 1974 de Luis San Martín, militante del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Al cabo de un año de trabajo la Comisión
Nacional sobre Prisión Política y Tortura, presidida por
el obispo Sergio Valech y otros siete integrantes, entregó su informe
a Lagos, en que se describen abusos sexuales, aplicación de electricidad,
quemaduras en zonas sensibles y simulacros de fusilamientos, entre los
métodos de tortura.
El informe está integrado por tres tomos, que contiene
más de 35 mil testimonios, di-vidido en ocho capítulos y
en que se describen tres periodos.
El
primero se refiere a torturas ocurridas en los días posteriores
al golpe militar contra el presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre
de 1973, que concentra cerca de 60 por ciento de los casos.
En el segundo periodo se detallan acontecimientos de 1974
a 1978, en especial en referencia a acciones represivas llevadas a cabo
por la Dina, mientras que el tercero consigna el resto de los tormentos
aplicados por los militares en los últimos años de la dictadura
hasta su culminación en 1990.
Aunque el contenido del documento será dado a conocer
oficialmente al país por La-gos en diciembre, una vez que haya sido
estudiado y cuyo fin es reparar económicamente a las víctimas
o familiares, medios de prensa han difundido detalles sobre diferentes
formas de tortura que los golpistas aplicaron a los opositores políticos.
Entre los métodos más usuales se citan golpizas,
capuchas para tapar la visión, fu-silamientos simulados, toques
eléctricos, quemaduras con cigarrillos, sopletes o ácidos;
extracción de uñas, presenciar torturas, abusos sexuales
-inclusive utilizando animales-, inmersión en agua, aceite o petróleo;
música a alto volumen y rotura de tímpanos por golpes.
En el reporte quedan de manifiesto ma-cabros detalles
sobre tortura sistemática en el régimen de Pinochet, de acuerdo
con testimonios de hombres y mujeres que se atrevieron a narrar sus historias.
Hay testimonios desgarradores de mujeres que describen
múltiples violaciones, con hombres y animales, de hombres y jó-venes
que sufrieron días interminables de torturas con choques eléctricos,
otros aturdidos por música estruendosa, y muchos más que
vieron cómo amigos o compañeros de lucha eran sometidos a
puntapiés.
Juanita Aguilera, una de las activistas del MIR, dijo
que "ponían música muy fuerte. No sé si para que los
demás presos no escucharan los gritos o porque ellos no querían
escucharlos. Los choques eléctricos eran tan fuertes que la cama
de fierro a la que me amarraron se cayó. Ahí entendías
lo que querían hacer: que sufrieras al máximo".
El presidente Lagos se declaró "orgulloso" por
el nuevo paso dado por Chile en el reconocimiento de las violaciones a
los de-rechos humanos cometidas durante la dictadura pinochetista, que
dejó más de 3 mil muertos y desaparecidos, de acuerdo con
declaraciones realizadas por el mandatario momentos antes de recibir el
informe.
"¿Cuántos países se han atrevido
a mirar en profundidad su historia? ¿Cuántos países
se han atrevido a llegar al fondo de lo que ocurrió? Chile se atreve.
Es un país sólido, estable, que puede conocer", planteó
el mandatario, quien en agosto del año anterior impulsó la
creación de la comisión que elaboró el reporte.
Poco antes de reunirse con los comisionados en el palacio
presidencial de La Mo-neda, Lagos dijo esperar que "todos estemos en condiciones
de mirar con altura el paso que se está dando", mientras afuera
manifestantes y defensores de derechos hu-manos reclamaban juicio y castigo
"contra la tortura y la impunidad".
El jefe del ejército, general Juan Emilio Cheyre,
se anticipó el fin de semana al informe y asumió su responsabilidad
como institución por las violaciones a los derechos humanos durante
el pinochetismo, lo cual le valió el aplauso generalizado.
Este día la armada y la policía militarizada
de carabineros indicaron que estudiarán el informe entregado a Lagos,
y que después se pronunciarán para deslindar "si son o no
responsabilidades institucionales".
De su lado, el ex general Manuel Contreras Sepúlveda,
al acudir a los tribunales de Santiago para ser notificado de la nueva
condena en su contra, insistió en que Pinochet debe asumir su responsabilidad
frente a los hechos de su régimen.
Contreras, uno de los principales promotores de las violaciones
a los derechos hu-manos en la dictadura, se ha distanciado a Pinochet tras
purgar siete años de prisión por el asesinato del canciller
Orlando Letelier, cometido en 1976 en Washington, entre muchos otros cargos
que ha enfrentado.
"Me hubiera gustado que el general Pi-nochet hubiera dicho
lo que dijo el general Cheyre", apuntó. Sin embargo, Contreras negó
que las prácticas de la dictadura contra los opositores hayan obedecido
a una política de Estado, e incluso sostuvo que la Dina no cometió
torturas ni desapariciones de opositores izquierdistas.
Los otros condenados por el magistrado Alejandro Solís,
aparte de Contreras Sepúlveda a 15 años de prisión,
son el ex brigadier Raúl Iturriaga Neuman, a 10 años, y los
también ex brigadieres Miguel Krassnoff y Gerardo Urrich, a tres
años, todos ellos por la desaparición de Luis San Martín,
militante del MIR.
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