FLAMENCO

EN EL EXTREMO norte de la península de Yucatán se localiza el área natural ría Lagartos, cuya superficie es de 58 mil hectáreas. Es uno de los pocos lugares en el mundo que cuenta con las condiciones adecuadas para que se desarrolle el flamenco. En estos sitios se presentan concentraciones de sal mayores a las del mar y hay grandes playones de poca profundidad, ricos en lodos orgánicos donde prosperan algas y moluscos; el agua es templada con temperaturas promedio de 26 grados centígrados.

El flamenco tiene ahí su sitio de anidación desde tiempos remotos. Su población se calcula entre 13 mil y 14 mil 500 aves de todas las edades; son muy sensibles a la presencia de extraños. Los que viven en esta parte de México son de un color rosa más intenso que los otros del mundo; hace un bello contraste con las plumas negras del extremo de las alas. Las patas son largas y su cuello delgado es flexible, tiene pico curvo, de color negro en el extremo y fuerte, que le permite hurgar en el lodo para obtener alimento.
 
 

CORTEJO PRENUPCIAL

Gustan de estar y comer muy juntos, quizá porque así se facilita la remoción del fondo de donde obtienen su alimento, que consiste principalmente en pequeños moluscos y un tipo de algas que le dan color a su plumaje. Sus patas terminan en largos dedos con los que pueden excavar y también les ayudan a mantener el equilibrio, pues pasan largos periodos apoyados en una sola pata. Sus patas les permiten mantener el cuerpo fuera del agua y guardar el equilibrio y timonear durante el vuelo, pues su cuerpo es corto.

En la ría Lagartos, que es la más apartada y está protegida por un brazo de mar que corre paralelo a la costa por cerca de 70 kilómetros, construyen sus nidos con lodo y arena unidos con plumas y fragmentos de caracoles y conchas.

En abril, cuando se ha reunido un gran número, se inician las actitudes de cortejo prenupcial y se establecen las parejas que proceden a la construcción del nido. La incubación de los huevos dura 28 días y ambos padres colaboran. En junio tienen lugar los primeros nacimientos y los polluelos inician sus ensayos de vuelo en julio; para octubre las aves jóvenes ya tienen dominio del vuelo, lo que permite a las familias ir a otros lugares en la costa, como el estero de Dzilam.

Algunas de las parvadas llegan a desplazarse unos 260 kilómetros, que es la distancia que hay entre ría Lagartos y ría Celestún, otro de los lugares en los que pueden avistarse. Su peor enemigo es el hombre, pues los captura para venderlos; además, las lanchas con motores de gasolina contaminan sus alimentos.