México D.F. Viernes 5 de noviembre de 2004
La investigadora estadunidense Linda Egan analiza en un libro la obra del ensayista
Escaso, el estudio de la crítica sobre Monsiváis
ARTURO JIMENEZ
Debido a la complejidad y barroquismo de su obra, el escritor Carlos Monsiváis ha sido poco estudiado por la crítica literaria y en cambio se ha caído en los lugares comunes sin atreverse a desentrañar las claves de su discurso periodístico, literario y teórico.
Además, pese a que es una de las voces fundamentales para entender el México contemporáneo, no es aún un punto de referencia en Estados Unidos, como sí lo han sido Carlos Fuentes u Octavio Paz.
Las anteriores son dos de las motivaciones que llevaron a la periodista e investigadora estadunidense Linda Egan a escribir el libro Carlos Monsiváis. Cultura y crónica en el México contemporáneo (FCE), cuya versión original en inglés fue lanzada hace tres años.
Egan está en México para participar en el Coloquio Internacional Homenaje a Rosario Castellanos, que se desarrolla El Colegio de México y que concluye hoy.
Por su interés en el llamado Nuevo Periodismo de su país y por figuras como Tom Wolfe y Norman Mailer, en 1990 Egan comenzó a preguntarse cuál sería el ''equivalente" de ellos en México, lo cual podría ser tema de su tesis de doctorado. De ahí comenzó a informarse en la Universidad de California, en Santa Bárbara, y la profesora mexicana Sara Poot Herrera le recomendó libros Elena Poniatowska, Cristina Pacheco, Hermann Bellinghausen, José Joaquín Blanco y Monsiváis.
''Descubrí que Monsiváis es el más difícil y no había nada sobre él. Entonces dije, lo voy a estudiar aunque sea la cosa más loca del mundo, porque ni siquiera lo entiendo, pero nadie más lo entiende y es hora que alguien lo entienda."
Luego vinieron tiempos tormentosos de lectura y de pelea con el discurso que permea a Días de guardar, Amor perdido y demás obra de Monsiváis y otros autores.
''Pero por fin, después de leer montones, tres o cuatro bibliotecas de libros sobre sociología, política, economía, religión prehispánica, barroco, neobarroco comencé a ver la luz. Y es que en ese momento aún no había nada sobre Monsiváis y lo poco que había sólo bailaba en la superficie de su obra. Nadie profundizaba.
''Sólo decían: 'šOh, es un escritor muy grande que escribe sobre cultura popular'. Todo mundo sabe eso, pero Ƒcuál es la importancia de la cultura popular?"
Y así, Egan fue hallando claves, códigos y constantes del discurso monsivaiano.
''Claro, uno puede leerlo en la superficie semántica y aprender mucho sobre México, su cultura, política y sociedad, incluso uno puede reírse porque Monsiváis es satírico y cómico.
''Pero descubrí también que Monsiváis ha leído a todos los teóricos mundiales: franceses, anglosajones, alemanes, españoles. Y aunque no están en la superficie de su obra, allí están, y están informando su pensamiento."
Egan dice que en sus trabajos, Monsiváis siempre hace teoría y analiza su sociedad, al mismo tiempo que la observa y la escucha.
''Está observando para entender y explicar a su propia sociedad, para explicarle a su sociedad a sí misma, para decirle: querida sociedad, querido México, aquí estás tú, lo que veo, aquí están tus problemas y algunas de las soluciones que observo o los pasos que creo debes tomar para salir adelante."
Aunque Egan encontró también en Monsiváis una buena dosis de pesimismo, se percató de que en el fondo es un optimista. ''Es un amante de causas perdidas, es un don Quijote que jamás se dará por vencido ni dará a México por vencido. Por eso vive en México y no ha salido como muchos otros que pudieron salir".
|