México D.F. Viernes 5 de noviembre de 2004
Retoman opositores vieja consigna de dirigente
minera: "No lamenten, organicen"
Se movilizan grupos contrarios a Bush para responder
a la pesadilla poselectoral
"No es el final; hemos empezado a revivir nuestra democracia",
afirma Howard Dean
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 4 de noviembre. "Más
estadunidenses votaron contra George W. Bush que contra cualquier otro
presidente en turno en la historia", declaró Howard Dean, al señalar
que un número sin precedente sufragó por un cambio en Estados
Unidos, en su mensaje para consolar y animar a los progresistas horas después
de la derrota de los demócratas.
Esa
fue la consigna de varios líderes po-líticos y sociales que
encabezaron el movimiento contra la relección de Bush, y mu-chos
retomaron la famosa consigna de la dirigente de minera Mother Jones, hace
un siglo: "no lamenten, organicen".
Es cierto que más de 55 millones votaron contra
Bush, pero también que 3 millones y medio más sufragaron
por el republicano después de uno de los esfuerzos más impresionantes
de movilización de votantes de las fuerzas progresistas de este
país.
Por eso ésta fue una derrota muy difícil
de digerir para tantos que habían dicho que era la elección
más importante de sus vidas y que depositaron todos sus esfuerzos
y re-cursos en derrotar a Bush (y, en plano se-cundario, elegir a Kerry).
Sin embargo, los movimientos sociales pro demócratas
-sindicalistas, antiguerra, de defensa de los derechos civiles, del medio
ambiente, de los derechos de las mujeres y de los gay- despertaron tras
la larga noche de la elección con el triunfo de Bush y su partido,
y con la urgente necesidad de entender cómo fue posible y qué
hacer ahora.
La movilización electoral sin precedente contra
Bush encabezada por sindicatos, am-bientalistas, defensores de derechos
civiles, estudiantes, intelectuales y artistas no fue suficiente para derrotar
a uno de los presidentes más contrarios a todo lo defendido por
las bases liberales y progresistas del país.
Con ello, se provocaron dos preguntas generales: primero,
¿cómo fue posible que una mayoría del pueblo que se
había pronunciado contra la guerra en Irak y que opinaba que el
país avanzaba por una ruta errónea en términos económicos
y sociales acabó votando por cuatro años de más de
lo mismo?; segundo, ¿cómo montar la resistencia y explicar
que esta derrota no es el fin?
"Hoy no es el final. A pesar del resultado de ayer (miércoles)
hemos empezado a re-vivir nuestra democracia", afirmó Dean, ex precandidato
presidencial demócrata y ahora líder del movimiento progresista
De-mocracy for America, en mensaje a miles de sus simpatizantes.
De hecho, fue la campaña de Dean la que generó
nuevo entusiasmo entre las filas progresistas y liberales dentro y fuera
del partido, y él fue el pionero en utilizar el Internet como arma
de movilización y fi-nanciamiento electoral.
"El proceso no finaliza hoy... sólo crearemos un
cambio duradero si el sentido de obligación y responsabilidad se
convierte en una parte permanente de nuestras vidas", declaró, y
citó a Martin Luther King: "nuestras vidas comienzan a acabarse
el día en que nos quedamos en silencio sobre las cosas que importan".
Dean sostuvo que después que su organización
capacitó a miles de organizadores y logró cambiar la dinámica
electoral, "no nos quedaremos en silencio".
Andy Stern, presidente del sindicato na-cional SEIU/HERE
(trabajadores de servicios, hoteles y restaurantes), el más grande
y dinámico del país y que primero apoyó a Dean y después
invirtió millones de dólares y miles de organizadores en
apoyo a Kerry para derrotar a Bush, también instó a sus filas
a continuar luchando.
"Estoy muy decepcionado. Odio perder, y en el SEIU no
estamos acostumbrados a no ganar. Creo que todos sentimos una frustración
increíble hoy, y necesitamos hacer una pausa y reflexionar sobre
cómo podemos elegir candidatos a escala federal que reflejen los
temas e intereses de nuestros agremiados", dijo Stern en mensaje a millones
de sindicalistas y simpatizantes.
Relató cómo el SEIU y los sindicatos entendieron
que no podían ganar solos y ayudaron a establecer la ACT, la organización
más grande de movilización de votos en la historia estadunidense
y la coalición de más de 30 agrupaciones nacionales America
Votes, y cómo se establecieron nuevas redes y relaciones en comunidades
y con aliados en todo el país.
Esto, afirmó Stern, resultó en triunfos
de candidatos a nivel estatal y local, y también de varios legisladores
federales.
Tras
indicar que es demasiado temprano para sacar conclusiones antes de una
mayor reflexión, dijo que sí es posible afirmar que "no podemos
ganar solos, y necesitamos aliados permanentes, organizaciones permanentes,
y relaciones permanentes con nuestras comunidades", y no sólo en
torno de una contienda electoral.
Además, criticó que a escala federal "hay
demasiados políticos que no tienen un mensaje económico dirigido
a los trabajadores" y que, a la vez, "los trabajadores necesitan sus propias
voces independientes, y necesitan la fuerza y unidad para cambiar sus vi-das;
los sindicatos son ese vehículo".
La novedosa MoveOn.org -organización cibernética
con más de 2 millones de miembros que se convirtió en una
de las instancias más poderosas en el movimiento contra la guerra
en Irak, que ayudó a impulsar a Dean al escenario nacional en las
elecciones primarias y que fue clave en recaudar fondos, organizar comités
locales y ge-nerar propaganda a escala nacional y local contra Bush- declaró
que "estamos descorazonados con los resultados por la elección de
ayer. Es un día oscuro".
Pero insistió: "hemos sufrido una derrota, pero
no estamos derrotados". Señaló que algunos senadores que
apoyó ganaron, en-tre ellos el latino Ken Salazar, de Colorado.
En comunicado a sus miembros, MoveOn reportó que
70 mil de ellos trabajaron para promover el voto contra Bush el día
de la elección nacional.
"Que ustedes hayan dedicado tanto a es-te esfuerzo hace
que la pérdida sea más dolorosa, de cierta manera. Pero el
hecho de que tantos de nosotros participamos ofrece una esperanza real
para el futuro de la democracia", señaló.
Agregó que "en la campaña para derrotar
a Bush han comprobado que los estadunidenses reales sí pueden tener
voz en la política de su país. En los meses y años
por venir, esa revelación cambiará todo".
Reiteró que ésta es una lucha más
grande que sólo una elección: "nuestro viaje ha-cia un Estados
Unidos progresista siempre ha sido más grande que George W. Bush...
Hoy tomaremos un poco de aire. Mañana, continuaremos hacia el Estados
Unidos que todos sabemos es posible".
Sentimiento de horror
Una de las coaliciones más grandes contra la guerra
y las políticas del presidente Bush, United for Peace and Justice,
que montó algunas de las manifestaciones más grandes en tiempos
recientes, emitió este jueves un comunicado en que declaró:
"compartimos con millones de personas alrededor de este país -y
millones más en todo el mundo- el sentimiento de horror por lo que
ocurrió el día de las elecciones".
Admitió que la movilización de bases más
grande de los últimos tiempos no fue suficiente para derrotar al
mandatario republicano, y que "la política del miedo" fue tan efectiva
en esta elección.
Agregó: "Pero no estamos totalmente sorprendidos...
Durante más de 40 años la derecha ha estado planeando, organizando
recaudando fondos y realizando estrategias para tomar el control de este
país. Con Bush y la llamada 'guerra contra el terror' han encontrado
el instrumento perfecto para consolidar su poder".
Concedió que el trabajo y protestas para evitar
primero la guerra contra Irak y para poner fin ahora a la ocupación
no han lo-grado sus objetivos a pesar de movilizaciones de millones, pero
destacó que está surgiendo un nuevo movimiento por la paz
y la justicia en estos últimos años, con expresiones entre
jóvenes, sindicatos, artistas e iglesias en cientos de ciudades.
"Nuestra esperanza a largo plazo es en este surgimiento
de las bases", afirmó. Se-ñaló que la coalición
de más de 800 organizaciones nacionales -según United for
Pea-ce and Justice- continuará trabajando contra la guerra, y contribuyendo
con el movimiento de cambio social en este país.
Mientras tanto, los cientos de miles -tal vez millones-
de voluntarios y activistas que apostaron todo en este esfuerzo para derrotar
a Bush, incluyendo silenciar sus críticas a Kerry cuando éste
no se pronunció contra la guerra o se comprometió a defender
los derechos sindicales y de los trabajadores, ahora no sólo tendrán
que bus-car la forma de superar este gran revés, sino también
enfrentar lo que promete ser una ofensiva de la derecha mucho más
confiada y menos limitada por el debilitamiento del Partido Demócrata.
Está por verse cómo se desarrollará
este enfrentamiento en este dividido país, como también en
dónde se expresará, en el plano social o en el electoral.
También estará en debate cuál fue
el "error": algunos liberales ya argumentan que se necesitan candidatos
más centristas para conquistar el poder electoral, mientras otros
insisten en que se requiere fortalecer a las fuerzas progresistas, a tal
punto que ya no se tendrá que hacer concesiones a la de-recha, y
promover una opción política más hacia la izquierda.
Por otro lado, no son pocos los que consideran pedir asilo
en otros países o vaciar los frascos de píldoras antidepresivas.
El periódico Los Angeles Times publicó hoy una nota
sobre quienes están pensando mu-darse a Canadá. O tal vez
habrá migración masiva hacia México.
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