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México D.F. Lunes 1 de noviembre de 2004
Conviven con los muertos desde hace 23 años
Ser sepultureras, una razón de vivir para
Las Camilitas
MIRNA SERVIN VEGA
Convivir
con cadáveres y sus restos, sacarlos de las fosas, meter los siguientes,
rascar con pico y pala la tierra, además del resto del trabajo que
se realiza en un panteón, son las labores cotidianas de las hermanas
Emelia y Guadalupe Morales Contreras, y de Isabel Ramos Mora, Las Camilitas
de la delegación Alvaro Obregón, quienes desde hace 22 años
son sepultureras en el panteón San Rafael.
De acuerdo con José Trinidad Lima Gallardo, titular
de la Unidad de Panteones de Alvaro Obregón, son las únicas
sepultureras en todo México de las que se tiene conocimiento.
Debido a que las mujeres son de edad mayor y el trabajo
que realizan es difícil, en diversas ocasiones se les ha propuesto
cambiarlas a otro tipo de actividad más ligera, ante lo cual han
respondido con énfasis que no cambiarían su trabajo, pues
ellas quieren conservar y hacer su lugar de trabajo en este panteón,
señaló el funcionario.
Con los años, estas tres mujeres se han convertido
en abuelas, pero cuando llegaron a trabajar al panteón San Rafael,
apenas habían concebido a sus hijos, a los que había que
mantener y dar educación. Todo salió de su trabajo de sepultureras,
a pesar de que su sueldo es poco, pero, según cuentan, suficiente
para el sustento familiar, e incluso una educación superior para
sus hijos, quienes actualmente son profesionistas.
De esta manera, Emelia, Guadalupe e Isabel, cuyas edades
oscilan entre los 50 y 58 años de edad, desde hace 22 años
se dedican a la ardua labor de sepultureras en este panteón, ubicado
en Revolución y Eje 10 San Jerónimo, en la zona de San Angel.
Ellas relatan que se iniciaron realizando labores en intensas
jornadas para la introducción de servicios en su colonia, después
llegaron como voluntarias al panteón San Rafael, en 1982, hasta
que finalmente fueron contratadas por la delegación Alvaro Obregón,
debido a la calidad de su trabajo, mostrado desde entonces, el mismo empeño
y dedicación a pesar de ser un trabajo exclusivo para varones.
El trabajo de sepulturero no es para toda la gente debido
al contacto cotidiano con los restos humanos que tiene que manejar, así
como por el esfuerzo físico que se requiere.
En el caso de estas tres mujeres, comenta el funcionario,
su labor es muy meticulosa y compiten al ciento por ciento con los hombres,
además de que muchas veces han tenido que enfrentarse con roca volcánica
de dimensiones considerables y con losas cuyo peso oscila entre los 200
kilogramos, por lo que ellas se las han ingeniado para salir adelante con
este pesado empleo.
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