México D.F. Lunes 1 de noviembre de 2004
Alarmante incremento de la tala clandestina, afirma Exequiel Ezcurra
Pobreza extrema de campesinos, causa de la destrucción de bosques: INE
El Estado debe garantizar políticas sustentables que atiendan ese problema, indica
LAURA POY SOLANO
Ante el incremento de la deforestación ocasionada por el cambio en el uso de suelo, la tala clandestina y los incendios forestales, el Estado debe garantizar la aplicación de políticas públicas sustentables que atiendan ''el problema de pobreza extrema que enfrentan los campesinos y que mantiene un estrecho vínculo con la destrucción de los bosques de México'', aseguró Exequiel Ezcurra, presidente del Instituto Nacional de Ecología (INE).
La tala gradual que realizan muchos agricultores, sobre todo en zonas tropicales, agregó, genera no sólo la destrucción de selvas y bosques, sino un impacto ambiental devastador que no resuelve los problemas de productividad agrícola, ''pues desde que México ingresó a un mercado mundial de alimentos, los campesinos fueron marginados sin posibilidad de competir con productos agrícolas subsidiados de las grandes potencias, como Estados Unidos, Canadá y países de Europa''.
Sin embargo, señaló, muchos agricultores siguen utilizando el sistema de tumba y quema para integrar como campos de cultivos hectáreas de bosque, ''a pesar de que se ha comprobado que su explotación sólo se realiza durante dos o tres años debido a su baja productividad, lo que produce un nuevo ciclo de este sistema, que es un importante motor de la deforestación''.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma en su informe más reciente sobre la situación de los bosques, donde la superficie agrícola aumentó en 70 por ciento de los países y sólo se redujo en 25 por ciento, es decir, en dos tercios del planeta la cobertura forestal disminuyó, por lo que se estima que para 2010 ''la superficie total de tierras agrícolas en los países en desarrollo, exceptuando China, aumentará de 760 a 850 millones de hectáreas, con el fin de satisfacer la demanda de alimentos''.
Las consecuencias de incrementar los campos de cultivo a costa de la deforestación, señala la FAO, ''son potencialmente desastrosas'' si continúa la tendencia de generar una mayor cantidad de alimentos a costa de la cobertura boscosa del planeta, pues la baja productividad del suelo facilita un rápido abandono de estos terrenos para dedicarlo a un uso deficiente de pastoreo o potreros.
El presidente del INE señaló que uno de los principales retos para detener el cambio de uso de suelo es ''conjuntar esfuerzos del gobierno federal, estatal y municipal para incentivar un uso eficiente y productivo de los terrenos que ya fueron deforestados, y garantizar la instalación de una milpa sedentaria que genere buena productividad gracias a una explotación cuidadosa y eficiente, que impida la nueva tala de bosques y selvas''.
Otro de los retos a enfrentar para conservar los bosques mexicanos, agregó, es el combate a la tala clandestina, que es ''un problema de aplicación de la ley, en la que pequeñas bandas bien organizadas se aprovechan de la pobreza extrema en la que se encuentran muchos campesinos para comprar sus recursos madereros a bajo precio y acelerar la destrucción de los recursos forestales, los cuales bajo un esquema de desarrollo sustentable pueden producir riqueza para sus comunidades''.
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