México D.F. Sábado 30 de octubre de 2004
A Bush lo que la gente piense le importa un
pepino, lamenta el caricaturista
Quino: el cinismo político merma el humor
Las preguntas que hace 30 años los adultos no
sabían responder a Mafalda siguen sin respuesta
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 29 de octubre. El sentido del humor
ha perdido efectividad ante el cinismo de políticos y gobernantes,
que han caído en un exceso de impunidad; ahí está,
por ejemplo, el caso del presidente estadunidense George W. Bush, un tipo
del que todo mundo sabe que emprendió la guerra contra Irak por
interés personal y por el petróleo de ese país, "pero
a él le importa un pepino lo que piense la gente", expresó
el dibujante argentino Quino.
En
rueda de prensa previa a la celebración que compartirá con
el caricaturista mexicano Eduardo del Río, Rius, por sus
50 años como dibujantes, en un encuentro denominado Mano a mano,
mono a mono, Quino indicó que de sus comienzos en el oficio
a estos momentos el humor ha cambiado. En el teatro, por ejemplo, hay actores
que maltratan al público, y lo más terrible es que éste
se ríe y paga por ello.
En países que sufrieron la censura de las dictaduras
militares, como Argentina y Brasil, el dibujo de humor ha devenido sátira
política, con insistentes ataques a ministros y presidentes
Mencionó el caso de Argentina durante la época
de Carlos Saúl Menem. ''Había periodistas que decían
cosas terribles, y uno pensaba: 'a éste lo van a meter a la cárcel';
pero al gobierno no le importaba nada''.
Igualmente, consideró, se ha caído en un
exceso de impunidad de los gobernantes. ''A los políticos hoy no
les importa lo que se diga de ellos; antes trataban de más o menos
mantener una imagen de cierta moralidad''.
En cambio hoy, agregó, un tipo como George W. Bush,
que todos sabemos lo que está haciendo (la guerra de Irak), es en
interés personal y por el petróleo, pero a él le importa
un pepino lo que diga la gente.
Admitió que quizá los gobernantes permiten
ese exceso en las críticas, para dejar abierta una válvula
de escape ante sus excesos de cinismo y de corrupción.
Cómo tratar temas delicados
Volvió a cuestiones bélicas, cuando se le
preguntó qué temas le cuesta trabajo abordar en su trabajo.
"Hay problemas como la guerra de Irak, que si uno toca puede chocar que
uno tome con sentido del humor un tema tan trágico, y si uno no
lo toca, la gente piensa que no le interesa la guerra de Irak".
Los dibujantes de humor deben tener cierto equilibrio.
"He hecho uno o dos dibujos sobre ese tema, sin muertos ni nada de eso,
pero es evidente que son temas que a uno le importan mucho''.
A propósito, mencionó, hoy sale una página
del periódico que dice ''¿Quién llora por los muertos
de Irak?'', porque se habla mucho de los muertos de Estados Unidos, italianos,
la gente secuestrada, pero de los pobres iraquíes (sus más
de 100 mil bajas civiles) nadie dice nada, señaló.
Un leve consuelo para América Latina ante tanta
tragedia es que mientras los estadunidenses estén distraídos,
como ahora, en su "guerra contra el terrorismo", podemos más o menos
encontrar vías alternas de desarrollo o, por lo menos, uno tiene
esperanzas de que así suceda en países como Brasil, Argentina,
Chile y esperemos qué repercusión tiene un posible triunfo
de la izquierda en Uruguay, señaló.
El monero calificó de triste el hecho que
las preguntas que hace más de 30 años se hacía Mafalda
y que no sabía responder su papá ni cualquier otro adulto,
sigan hoy sin aclararse, y esto quiere decir que las cosas en el planeta
y, sobre todo, en nuestra América Latina, siguen igual o peor, y
esas preguntas que parece que fueron hechas ayer, son cada vez más
incontestables.
Su personalidad en los personajes
El dibujante mencionó que algunos rasgos de su
personalidad que transmitió a los monos de Mafalda ''son el manejo
del dinero de Manolito, justamente porque tiene algo yo hubiera querido,
porque yo me manejo pésimo con el dinero; también la parte
chismosa de Susanita, porque a mí también me gusta mucho
escuchar los chismes; la timidez de Felipe y todos los problemas del colegio
los he tenido cuando era pequeño. Aunque la timidez me sigue bastante,
no he logrado vencerla. De Miguelito, el hacerme preguntas que no sirven
para nada, y de Libertad, las contradicciones políticas, las cosas
simples que plantean problemas complicadísimos''.
Pero, aseguró, "yo no he inventado nada; he hecho
personajes que en la vida real existen".
Comentó que le piden mucho que reviva a Mafalda,
pero ''siempre contesto que es imposible revivir aquella época,
porque entonces parecía que el mundo iba a cambiar para mejorar,
cosa que no fue cierto".
Además, explicó, yo tenía la mitad
de años que tengo ahora, o sea que mi visión del mundo tampoco
sería la misma, y estas cosas de revivir personajes nunca han resultado
buenas.
Quino señaló que la repercusión
de su trabajo con Mafalda no es a escala mundial, porque en los países
de habla inglesa nunca se publicó y en Africa tampoco, ni en los
países de Europa del este.
"Es una historia que se ha difundido bastante en América
Latina, porque los problemas que tenemos son muy similares, y también
en la parte europea que no son los países sajones, como Francia,
Italia, España, Grecia y Portugal.''
También se ha traducido en China y Corea, "cosa
que a mí me ha sorprendido, pero viendo cine chino he visto que
hay problemas muy similares, aunque están surgiendo como una potencia
que van a superar a Estados Unidos en este siglo".
Cuando se le preguntó qué le ha dejado su
trabajo de caricaturista de medio siglo, respondió. "Es evidente
que la difusión que ha tenido Mafalda y que me conozcan en América
Latina es una gran satisfacción; pero lo que más me emociona
y me gusta es que en el contacto con la gente viene una madre y me dice:
'mi hijo no quería leer nada y entonces yo le dí un librito
suyo y desde entonces se enganchó con la lectura y hoy lee de todo';
eso es lo mejor que me ha podido suceder".
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