México D.F. Sábado 30 de octubre de 2004
Música sincopada en Chiapas
Una big band guatemalteca, en un Cervantino Barroco
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
San Cristobal de las Casas, Chis., 29 de octubre. La música de las grandes bandas llenó anoche de metales la Plaza de la Catedral y por fin logró seducir a plenitud al público sancristobalense con la presentación de The Jazz Train, excelente big band de Guatemala dirigida por Léster Homero Godínez.
Pese a que esta banda derivó en la segunda y última parte del concierto hacia la faceta más comercial y facilona del género, como la que representa Ray Conniff -lo que impidió una noche plena a los conocedores y amantes del género-, sus cualidades nunca estuvieron en duda.
The Jazz Train, que por primera vez sale de su país para presentarse aquí en el tercer Festival Internacional Cervantino Barroco, cuenta y ha contado entre sus músicos con nombres como Ledy Contreras, Moisés Vidal, Alfonso Colindres, Enrique Contreras, Fernando Martín, Marco Antonio Molina y German Giordano.
También figura el cantante y trompetista estadunidense Bob Porter, con más de 80 años años, radicado ahora en Guatemala y que lograra fama al trabajar, precisa y paradójicamente, en la orquesta de Conniff.
Durante el concierto la banda de Godínez interpretó piezas de autores y arreglistas como Quincy Jones, Henry Mancini, Clare Fischer, Chuck Mangione, Consuelito Velásquez y muchos otros.
Según la periodista guatemalteca Lucía Herrera, The Jazz Train fue fundada por Godínez primero como un grupo de nueve músicos de jazz rock, fusión y latino, pero en 1980, años después de la muerte de Humberto Sandoval, figura fundamental del jazz en big band de aquel país, creció a 18 músicos y un coro de 12 voces.
Lester Homero Godínez, aunque sabe que la de Conniff es "música del momento, fácil y accesible", se coloca más allá de eso y mejor comparte el gusto que le causó la buena recepción que anoche tuvo su orquesta en San Cristóbal de las Casas, aunque comenta:
"Ray Conniff pudo haber sido discriminado en algún momento dado, pero vale la pena la música que nos dejó. Es una música inolvidable en todo el mundo, jóvenes medianos, jóvenes más grandes, hemos disfrutado con ella."
Cuenta que fundó la banda para rescatar mucha música olvidada y que las nuevas generaciones puedan escuchar a músicos como Glenn Miller. "A quién no le va a gustar Collar de perlas. A los jóvenes les gusta si se les da la oportunidad de escucharlo, sobre todo en vivo, con buenos músicos".
Para Godínez el jazz es el aporte musical de América al mundo más importante del siglo XX, y la big band es la "máxima expresión" de ese género, cuyos orígenes se remontan a los años de 1930, cuando músicos como Stan Keaton comenzaron a salir de los salones de baile a los escenarios.
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