México D.F. Sábado 30 de octubre de 2004
El traslado fue planteado en función
de conservar los recursos naturales, señalan
La reubicación en Montes Azules, acordada con
los compas: representantes zapatistas
Nuevo llamado al apoyo solidario; las familias desplazadas
"necesitan todo", afirman
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
La Realidad, Chis. 29 de octubre. Con un nuevo
llamado a la sociedad civil nacional e internacional para que apoye los
traslados y nuevos agrupamientos de los pueblos zapatistas que se localizan
al sur de Montes Azules, la junta de buen gobierno (JBG) Hacia la Esperanza
anunció que los zapatistas defenderán los recursos de dicha
zona contra quien intente aprovecharse de la reconcentración de
las familias indígenas rebeldes.
"La salida de los compañeros de Nuevo San Isidro
el martes pasado fue triste de ver, por la historia que ya tenían
de desplazados. Fue duro para ellos aceptar moverse una vez más.
A los niños y las mujeres se les veía el dolor que están
sufriendo. Eso nos da más razón para defenderlos a ellos
y al área. No vamos a dejar que el gobierno federal la regale o
la destruya."
El
gobierno autónomo de la región selva fronteriza informa que
las familias que en estos días salen de Montes Azules o se reagrupan
dentro del área "necesitan todo". Recuerda que el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) solicitó a Rosario
Ibarra de Piedra organizar la ayuda de la sociedad civil. "Los de San Isidro
no se llevaron ni sillas, ni mesas, ni sus molinos. De por sí mucho
no tenían, pero lo poco que había lo tuvieron que dejar,
pues los trasladamos con pocos recursos".
Los otros pueblos que se reagruparán en tierras
recuperadas del municipio autónomo San Pedro de Michoacán,
o bien dentro de Montes Azules, son Primero de Enero, 8 de Octubre, Santa
Cruz, Nuevo Limar, 12 de Diciembre y Agua Dulce.
Hacen falta láminas, clavos, materiales, alimentos,
en fin, casas, agrega la JBG. "Pedimos a la sociedad civil su apoyo económico
y humano. A los compañeros debemos darles vivienda, salud, escuelas,
así como tratamos de hacer en todas las comunidades zapatistas.
Los (miembros de la sociedad civil) que estén con disposición
pueden apoyar como les indique doña Rosario (Ibarra de Piedra),
o venir directamente a esta junta con las aportaciones que tengan".
Los zapatistas expresan confianza en la sociedad civil,
pues "cuando apoya realmente, sabemos que lo hace sin ningún interés.
En esta ocasión, una vez más damos nuestra solidaridad a
los hermanos, como seres humanos que somos, y esperamos que la sociedad
civil haga su parte. Mucho de lo que hemos hecho en la resistencia ha sido
gracias a la sociedad civil, combinado con el esfuerzo de los pueblos".
Se trata, según la junta, "de una movida que decidimos
luego de conversar con los compas dentro de Montes Azules, para
que entendieran bien la situación. Lo planeamos junto con ellos.
Los movemos para cumplir lo que pensamos de los recursos naturales que
no deben dañarse. Pero no creemos que esta sea la misma intención
del gobierno federal, que sólo quiere sacar a los que están
allí para que nadie estorbe sus planes de entregarlos a las compañías
del neoliberalismo".
Los representantes autónomos reiteran su desconfianza
en los "apoyos" gubernamentales. "Siempre tienen interés electoral,
o de partidos, o para dividir. Los funcionarios piensan que si te 'apoyan'
te van convencer. Además, ya vimos cómo no cumplen sus promesas.
Así engañaron a los hermanos de Lucio Cabañas" (o
Arroyo San Pablo, un poblado no zapatista desalojado coercitivamente de
Montes Azules hace un par de años y hoy todavía sin solución).
Este 13 de octubre, al anunciar la "reconcentración"
de zapatistas, la comandancia general del EZLN se refirió a la experiencia
de exilio de los poblados rebeldes en Montes Azules: "Durante el tiempo
en el que han estado en esta terrible situación, lejos de sus tierras
originales, se han esforzado por cumplir nuestras leyes que mandatan el
cuidado de los bosques. No obstante, el gobierno federal, de la mano de
las trasnacionales que pretenden apoderarse de las riquezas de la selva
Lacandona, han amenazado, una y otra vez, con desalojar violentamente a
todos los poblados de esa zona, incluyendo a los zapatistas".
El EZLN indicaba que "con el avance de las JBG, gran parte
de las comunidades indígenas zapatistas se han dotado de medios
que mejoran sustancialmente sus codiciones de vida". Sin embargo, "estos
beneficios no alcanzan a cubrir a todas las comunidades rebeldes. Particularmente,
las poblaciones desplazadas en Montes Azules no son beneficiadas por estos
avances".
La lejanía y dispersión de estos poblados
"representan dificultades importantes, por lo cual el EZLN ha acordado,
con el consentimiento expreso de sus habitantes, reconcentrar algunos de
los pueblos zapatistas en esa zona, para que así sean cobijados
por la JBG de la zona selva fronteriza".
A raíz de aquel anuncio zapatista, el comisionado
gubernamental para la paz y el diálogo, Luis H. Alvarez, negó
que San Isidro fuera a reubicarse en territorio autónomo, pues lo
haría, dijo, en el pueblo en construcción Nuevo Magdalena
(Marqués de Comillas). En realidad se refería a una sola
familia que dejó la resistencia hace tiempo, y a otros indígenas
que el propio gobierno federal colocó con esta familia, dentro de
la reserva de la biosfera, en "espera" de su nueva ubicación.
En tanto, la JBG de La Realidad insiste: "Tenemos decidido
cuidar la selva para todos. Cuidarla de sus verdaderos enemigos".
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