México D.F. Viernes 29 de octubre de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
América Latina, fábrica de pobres
La política del BID
Temor ante el fracaso del capitalismo voraz
WASHINGTON, DC. Violencia intrafamiliar, destrucción del núcleo familiar, expulsión cotidiana de miles de familias de sus sitios de origen y hacinamiento en las ciudades fronterizas, donde se convierten en problemas exponenciales, son algunos de los males derivados de un sistema global que no ha logrado hallar la fórmula, seguramente porque no la ha buscado, para parar la fábrica de pobres que inundan México y la totalidad de los países de América Latina.
TAL VEZ por eso se dice -sin que existan pruebas claras que lo avalen-, que el Banco Interamericano de Desarrollo, más temido por sus siglas (BID), ha flexibilizado un tanto, es decir, no del todo, las políticas de usura que durante muchos años han creado desgracia a lo largo y ancho de la parte latina del continente.
PERO PARECE que esta "flexibilidad" del BID no es producto de la buena voluntad de ninguno de los directivos de este aparato financiero, sino del susto que les ha propinado el fracaso rotundo del modelo de capitalismo voraz que se cobija tras una máscara llamada democracia representativa.
LO SABE muy bien Enrique Iglesias, presidente del organismo, y seguramente por ello es que habla de un giro en el quehacer del banco. Ahora le toca el turno a la política, y en los programas que apoya el BID va por delante la política.
NO HAY tiempo para profundizar en el anuncio, es más, el mismo Iglesias se atraganta con las últimas palabras que ya no quiere pronunciar y repone la idea con la repetición del anuncio. "Tenemos que hacer política..., tenemos que hacer más política" con los programas que auspicia el banco, porque América Latina no debe ir hacia sistemas totalitarios.
LA CHARLA se produce en el penúltimo piso del edificio de ese organismo, mientras sucede una comida en cuya mesa se hallan de frente a Iglesias diputados y senadores mexicanos de PRI, PAN y PRD que escuchan en silencio las palabras del funcionario.
SIN INMUTARSE, los legisladores miran la discreta gesticulación del Enrique Iglesias, cuando éste advierte de las fallas de la democracia, que ha causado desesperanza y enojo en los pobladores de la parte latina del continente, y convienen con él en que uno de los impedimentos para lograr mejores resultados en la política social de los países más pobres es la corrupción.
ENTONCES EL mismo Iglesias pide mejorar los sistemas de fiscalización de los países y también las formas para hacer más transparente el uso de los recursos, no nada más de los dineros que otorga el banco, sino también aquellos que surgen de la hacienda pública.
EL CASO es que en el BID están, más que preocupados, espantados por las consecuencias que pueda traer, en breve, la pobreza galopante que muestra la región y por ello buscan en el quehacer político alguna forma de frenar eso que los tiene con el Jesús en la boca.
LO MALO de todo esto es que históricamente, de este organismo, el BID, no ha llegado nada bueno para América Latina y, por ello, será necesario investigar mucho más a fondo qué se propone el organismo cuando habla de hacer política, porque nada más de pensar en alguna forma injerencista, la verdad, pone los pelos de punta.
Nada más eso faltaba
HASTA ACA llegan los ecos de las protestas de algunos reporteros encargados de cubrir las actividades del jefe de Gobierno del Distrito Federal. Resulta que, para promocionar su libro Un proyecto alternativo de nación, López Obrador citó a esos informadores en un restaurante donde cada uno debería pagar su propia cuenta.
ES BUENO saber que los dineros públicos no se van en la promoción de los escritos del mandatario, como hacen otros muchos políticos, pero, eso sí, sería mejor que la editorial Grijalbo, que seguramente se verá beneficiada con la venta del libro, se hiciera cargo de esos gastos promocionales, porque, a decir verdad, hay muchos reporteros imposibilitados para costearse el alimento en algún restaurante. Ojalá no vuelva a repetirse.
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