México D.F. Viernes 29 de octubre de 2004
Festejan 15 años de la revista y dedican
el número 30 al tema de la maternidad
Cruzar fronteras disciplinarias para dialogar, mérito
de Debate Feminista
Posicionar al feminismo como interlocutor teórico,
máximo logro de esa publicación
La escritora Elena Poniatowska fue la ''maestra de ceremonias''
en el teatro bar El Hábito
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Debate Feminista ya es quinceañera. Tres
lustros de permanencia terca y necesaria cuyo logro mayor ha sido posicionar
al feminismo como un interlocutor imprenscindible en los ámbitos
académico y político.
Esto
se dijo anteanoche durante el festejo, en el bar El Hábito, de los
15 años del ''ladrillo semestral", como afectuosamente llaman a
la revista sus editoras, colaboradoras y lectoras.
Este aniversario se conmemora con la aparición
del número 30, dedicado a un tema del que Debate Feminista
se ha ocupado poco: la maternidad.
La celebración se dividió en dos partes.
La primera -en la cual Elena Poniatowska fungió como ''maestra de
ceremonias"- fue la del choro, el recuerdo, la reflexión,
la autocrítica, el testimonio y, también, el reconocimiento
a la fundadora y directora de la publicación, Marta Lamas.
La segunda parte fue para el canto, el baile, la poesía,
la chunga y la autoparodia. Fue el marco para el debut mundial de Las Moscas
Muertas, agrupación dark-clerical dancística-poética-musical,
conformada por integrantes del consejo editorial, con Lamas a la cabeza.
Y como la ocasión lo ameritaba, Jesusa Rodríguez
sugirió que fuera leído un número completo de la publicación,
pero su propuesta inexplicablemente no tuvo eco.
Optó entonces por leer un poema dedicado a Jesusa
Ramírez Gama, ''la persona más importante del mundo", provista
de una ''tolerancia tal" que durante nueve meses aguantó a la actriz
dentro de ella, proeza no igualada: ''Nadie ha logrado ni siquiera aguantarme
un minuto fuera". A la madre, se titula el poema incluido en el
más reciente número de Debate Feminista.
Lenguas filosas
Marisa Belausteguigoitia, directora del Programa Universitario
de Estudios de Género (PUEG) de la Universidad Nacional Autónoma
de México, fue quien resaltó las aportaciones de la revista
a los estudios de género: ''Sobre todo ha ofrecido la oportunidad
de estar en contacto con los textos y debates de las teorías críticas
contemporáneas y sus interpretaciones desde los intersticios de
la filosofía, la literatura, la antropología, el sicoanálisis,
la economía".
A lo largo de estos 15 años de trabajo -reconoció
la académica- Debate Feminista ''ha abierto la posibilidad
de situar al feminismo como campo productor de saber y administrador del
conocimiento". En pocas palabras: ''Ha logrado posicionar al feminismo
en el lugar de interlocutor teórico".
También -añadió Belausteguigoitia-
''ha roto los círculos viciosos que llevan a las estudiosas y estudiosos
del tema a encontrarse con las mismas caras, desde las mismas preguntas,
a viejos debates".
Luego de señalar que el rechazo a los estudios
feministas se debe no sólo a una ''débil elaboración
teórica", sino a que se hacen desde posturas incómodas. Estos
se encuentran con resistencias al ''cambio de paradigmas y cánones".
Al respecto, Debate Feminista ''nos ha permitido
cruzar fronteras disciplinarias y entrar con lenguas filosas y cuerpos
fragmentados a controvertir, dialogar y disputar temas".
La escritora y académica María Teresa Priego
hizo un relato de su relación personal con la revista y con su directora.
Tras recordar que ''todo encuentro es producto del azar y la necesidad",
detalló las circunstancias del suyo con Marta Lamas, seis años
atrás.
Al final de su intervención, extendió su
reconocimiento a todo el equipo editorial que acompaña a Lamas:
''Cuánto les debemos a esa pandilla de revoltosas que hicieron posible
que hoy una adolescente del ya no tan recóndito sureste mexicano
encienda la televisión o abra un periódico, y lea y escuche
hablar de equidad de género, de Paulina y su derecho a un aborto
legal, de violencia doméstica, de igualdad de salarios, de erotismo
femenino".
Resumiendo: ''Les debemos muchísimo a esas mujeres
que supieron encabronarse, hacer ruido, armar discursos y militancias coherentes
y que supieron pagar los costos".
Experiencia dichosa
Hortensia Aguirre, integrante del equipo editorial de
la revista, hizo una relatoría del contenido el número más
reciente. Fue ella quien señaló que han dedicado ''muy pocos
números" al tema de la maternidad: ''no nos hace mucha gracia el
10 de mayo".
De todos modos aclaró que el número aborda
''maternidades poco convencionales".
Por ejemplo, ''el delicioso testimonio de Adriana Ortiz
Ortega en que cuenta con bastante detalle las peripecias de su maternidad
lesbiana, una maternidad elegida, planeada, pensada, protegida, apoyada,
feliz".
Es ''de lo poquito que nos pudo entregar Debate Feminista
de la maternidad como una experiencia dichosa".
De ahí en adelante todo es sufrir: Francesca Gargallo
reconstruye con ''precisión aterradora una depresión posparto;
crea un personaje muy reconocible desde nuestra mirada de mujeres pensantes,
profesionales militantes sexualmente activas, para quienes el embarazo
es una interrupción y la maternidad un desastre".
Debate Feminista: 15 años, 30 números.
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