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COMPETITIVOS  25 de octubre de 2004

Ronald Buchanan

"América Latina debe seguir el ejemplo de Botsuana," expresó el encabezado ­llamativo, por cierto­ de la columna en el Miami Herald de Andrés Oppenheimer, principal comentarista sobre asuntos latinoamericanos de la prensa estadunidense y colaborador de varios medios en el país.

La recomendación de Oppenheimer se basó en un estudio del Foro Económico Mundial, organizador de las reuniones cada año en Davos, Suiza. Con base en una consulta con más de 8 mil empresarios de varias partes del mundo, el foro había elaborado una clasificación de los países más competitivos, o sea más atractivos para los inversionistas.

En este concurso de belleza económica, México quedó en el lugar 48 de 104 países, superado ­entre otros­ por Botsuana.

El dato causó revuelo. El secretario de Economía, Fernando Canales, y el presidente Vicente Fox insistieron en que, a pesar de las conclusiones del foro, México seguía siendo de los países más atractivos para los inversionistas.

Oppenheimer no estaba de acuerdo, sin embargo. Muy poca gente en América Latina se da cuenta de que la región se está quedando atrás en la carrera por ganar inversiones, argumentó.

Y, como botón de muestra, Botsuana. A partir de su independencia en 1966, la tasa de crecimiento del país sudafricano ha estado entre las más altas del mundo. Antes era uno de los países más pobres del planeta, pero ahora el producto interno bruto (PIB) per cápita es casi igual al de México.

¿Y cuál, aparte de la disciplina fiscal, es el secreto del éxito de Botsuana? Señala Oppeneheimer: "No ha hecho ninguna vuelta en U política ni ha cambiado las reglas del juego para los inversionistas nacionales y extranjeros". Donde hay certidumbre florecen las inversiones.

Verdad. Cada palabra es verdad. Pero resulta una verdad a medias, o hasta a cuartas.

Botsuana tiene una población más pequeña que la de la delegación Iztapalapa del Distrito Federal, en una área dos veces mayor que la de Chihuahua. La tierra es árida ­incluye el famoso desierto Kalahari­ a tal grado que menos de uno por ciento del total se cultiva.

Según el gobierno, la tasa de desempleo es de 26 por ciento, pero extraoficialmente se calcula en 40 por ciento, y casi la tercera parte de la población vive con 1 dólar al día o menos. La incidencia de sida es de las más altas del mundo. Amolados sí, pero ­por lo menos, según Oppenheimer­ fieles a las recetas que propone Francisco Gil en México.

¿Y de dónde vienen estos datos sobre la realidad botsuaniana? ¿Del frente popular contra la construcción de un Sam's Club en la ribera del río Limpopo? Pues no. Son del World fact book, de la CIA, organización que muy pocos tachan de izquierdista.

El verdadero secreto del éxito de Botsuana reside en las minas de diamantes, que contribuyen con la tercera parte del PIB. Los diamantes forman una especie de monocultivo que sostiene ­así como el petróleo en México­ a la clase política. Más que ejemplo, Botsuana parece caricatura de América Latina.

La verdad es que aquí tampoco nos falta competitividad. Los piratas colombianos que adelantaron el lanzamiento del nuevo libro de Gabriel García Márquez han sido superados por los del Tepito.

El cineasta británico Kurt Hollander dio la vuelta el otro día por el barrio bravo. Allí se maravilló del enorme surtido de DVD en sólo seis pesos cada uno. No todos eran éxitos de Hollywood. "Para mi gran sorpresa", cuenta Hollander, "encontré una copia de mi película Carambola. Pero mi sorpresa era todavía mayor por un hecho: mientras varias de las otras películas en venta todavía no habían sido estrenadas, yo no había terminado la mía".

Resulta que la edición del DVD fue obra de algún tepiteño ingenioso, trabajando con material comprado ilegalmente de los laboratorios donde se procesa la película. ¡Qué Luis Buñuel ni qué Federico Fellini! Como Tepito no hay dos  §

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