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CON LA MIRA EN EL CORTO PLAZO
25 de octubre de 2004
Los pocos recursos destinados a la innovación tecnológica en el país comprometen el aumento en los niveles de productividad necesarios para un mayor crecimiento económico. Constituye una falta de visión de largo plazo por parte de las empresas y el gobierno.

Alejandra Leglisse

Cuando Merck, uno de los laboratorios más importantes del mundo, lanza un medicamento la noticia gana titulares en los medios especializados; los mercados financieros globales se disparan cuando empresas de tecnología como Sun o Intel introducen un microprocesador de última generación; las revistas de negocios como Fortune o Forbes publican artículos sobre estos productos. La innovación atrae hoy la misma atención y los recursos financieros que en los años 80 tuvieron los métodos gerenciales enfocados a elevar la productividad y la calidad.

La innovación ha sido uno de losmotores principales del desenvolvimiento del capitalismo, desde la primera revolución industrial a fines del siglo xviii, y aún es esencial en la inversión y generación de ganancias. Los economistas saben, como planteó Joseph Schumpeter hace más de 50 años, que la innovación ­aplicar los desarrollos de la ciencia y la tecnología en la producción­ es una verdadera fuerza que impulsa el crecimiento económico y la productividad, abriendo mercados y oportunidades de ganancia.

El nivel de competitividad de un país se determina en buena medida por su capacidad de innovación tecnológica (IT), lo que adquiere connotaciones especiales en el ámbito global. En los países desarrollados cada punto de crecimiento económico se atribuye hasta 50 por ciento a la IT que aumenta la productividad.

Pese a ello, en México no se le considera de modo suficiente como prioritaria para el crecimiento. El gasto federal en ciencia y tecnología representa sólo 0.39 por ciento del producto interno bruto (PIB).

La inversión del país en ciencia y tecnología representó 1.7% del Presupuesto de Egresos de la Federación en 2004. El objetivo del gobierno para los próximos años es incrementar esta proporción hasta alcanzar 4% para así acercar a México a lo que se invierte en los países más desarrollados, como Estados Unidos, que destina 5.5% de su presupuesto federal, o Sudcorea (5.2%).

Foto P6Sin embargo, "debido a restricciones presupuestarias", de acuerdo con el cuarto Informe de gobierno de Vicente Fox, la asignación para ciencia y tecnología, que agrupa a las 27 entidades que conforman el Sistema de Centros de Investigación, terminará el año con 8 mil 625.7 millones de pesos, es decir, 3.3% menos que en 2003.

La poca inversión nacional en IT tiene que ver con que en las últimas décadas, tanto en la iniciativa privada como el gobierno, prefieren adquirir tecnología probada, lo que significa que cuando menos parte de los recursos que podrían destinarse a la investigación y desarrollo de tecnología propia son utilizados para importarla. La paradoja es que mientras lo que parece buena decisión individual a corto plazo coarta las posibilidades de acrecentar la competitividad a largo plazo.

En países recién industrializados, como China e India, la política económica considera prioritaria la IT y las empresas ponen gran énfasis en ella, asegura Gary Pisano, profesor de la escuela de negocios de Harvard.

En México no se comprende a cabalidad el proceso de IT ni su importancia económica, aseguró Adolfo Sánchez, subdirector de extensión y vinculación industrial del Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (Ciitec) del Instituto Politécnico Nacional. Muchos proyectos de investigación fracasan por el débil nexo entre esta actividad y su aplicación en los procesos productivos, explicó.

La IT es un proceso que abarca la investigación científica y tecnológica y el desarrollo de productos y procesos hasta la comercialización. Los modelos de vinculación han avanzado, como ocurre en el laboratorio de nuevas tecnologías del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que cuenta con patrocinadores privados para proyectos de IT.

Otro ejemplo es el proyecto de Ciencias Vivas, de la escuela de negocios de Harvard, que vincula la investigación científica con la IT para el desarrollo comercial de productos y mercados, principalmente en biotecnología.

El Ciitec busca convertirse en interfaz entre los investigadores y el sector productivo, señala Adolfo Sánchez. Para este año se espera conformar 312 proyectos en los que participarían mil 341 alumnos y 137 docentes, para promover la creación de unidades productivas y fomentar el autoempleo.

Otro esfuerzo es el programa Avance, que ofrece apoyos a empresarios, investigadores e instituciones para transformar desarrollos científicos y tecnológicos en aplicaciones exitosas en los negocios. Este año se espera captar 358 proyectos de negocios por mil 58 millones de pesos propuestos por 211 empresas, instituciones de educación superior y centros de investigación.

La Facultad de Economía de la UNAM y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación pusieron en marcha el Centro de Desarrollo Empresarial para investigar y fomentar proyectos alternativos que fortalezcan la industria.

El gobierno ha hecho esfuerzos para vincular la investigación científica y el desarrollo tecnológico con el sector productivo; la política oficial establece estímulos fiscales para inducir al sector privado a invertir más en tecnología. Este año se destinarán mil millones de pesos mediante un programa de estímulos fiscales, del que 45% de los proyectos son de pequeñas y medianas empresas.

El desarrollo tecnológico y la innovación en el país están muy atrasados. En Japón la inversión en el gasto en investigación y desarrollo experimental (GIDE) respecto de su PIB es de 3%, y el sector productivo financia 73% del total. Aquí, en los últimos cuatro años el sector productivo incrementó su participación en el financiamiento del GIDE de 20 a 33%, pero la inversión total del GIDE respecto al PIB no llega a 0.4% y el sector público financió 67% (19 mil 373 millones de pesos). Para 2006, la meta del gobierno es que las empresas inviertan 40% (30 mil millones de pesos).

Debido a que la innovación tecnológica es una actividad vinculada con la industria para satisfacer necesidades del mercado es también responsabilidad del sector productivo desarrollar una capacidad propia de IT. Sin embargo, mientras no haya demandantes de ese instrumento en el país los esfuerzos por vincular la comunidad científica con la industria serán estériles  §

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