México D.F. Domingo 24 de octubre de 2004
Operativos en el FIC
Ser joven y traer morral, criterios para las revisiones
ANGEL VARGAS ENVIADO
Guanajuato, Gto., 23 de octubre. Entre incómodo y ofensivo resulta ser joven y deambular con mochila, bolsa o morral en las calles céntricas de la ciudad de Guanajuato durante el 32 Festival Cervantino.
Como sucedió en los pasados dos fines de semana, en éste, el último de actividades de ese encuentro artístico y cultural, se montó un operativo policiaco especial para prevenir el consumo de bebidas embriagantes en vía pública.
Este consiste en instalar, desde que comienza la tarde hasta las primeras horas de la madrugada, retenes en las calles céntricas de esta capital, en los cuales elementos de seguridad de corporaciones municipales, estatales y federal detienen a cuanto joven lleve cualquier envase en mano para supervisar su contenido, y si contiene alguna bebida alcohólica, decomisarlo.
Pero no todo queda allí. Según ha podido observarse en varios casos, los elementos policiacos detienen además a cuanto joven porta consigo algún morral o bolsa, lo obligan a abrirlo y lo esculcan.
No hay forma de oponer resistencia, pues, como se dice coloquialmente, "echan montón". Así sin más. Y si los policías se encuentran con alguna cerveza o cualquier otra bebida embriagante, la decomisan también, sin importar que los envases estén cerrados y pese a los reclamos de los propietarios, quienes argumentan que no beberán en vía pública.
Como parte de la campaña de limpieza y orden que se realiza en esta capital durante esta fiesta cervantina, destaca la repartición de volantes, editados por diferentes escuelas de la Universidad de Guanajuato, en los que se invita a no beber alcohol mediante un dibujo de una botella tachada con una equis roja y un eslogan con la frase: "Marca la diferencia. Por un Cervantino sin excesos".
Los apañones policiacos, en tanto, continúan a la orden de la noche, al igual que los anteriores dos fines semanas.
Las cifras varían, pero las remisiones a los separos municipales mantienen la tónica de deberse, en su mayoría, a faltas de orden administrativo, como beber, orinar, reñir o escandalizar en vía pública.
Puede verse, de igual manera, a los guardines del orden ''conminando'' a los trasnochados a desalojar el centro de la ciudad e ''irse descansar''.
|