México D.F. Domingo 24 de octubre de 2004
Las expulsiones en Las Margaritas, desde hace
15 años; autoridades, indiferentes, dicen víctimas
En año y medio, 30 familias desplazadas en Chiapas,
por intolerancia religiosa y política
ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL
Comitan, Chis., 23 de octubre. En por lo menos
tres poblados de indígenas tojolabales del municipio Las Margaritas
la intolerancia política y religiosa mantiene en el destierro a
unas 30 familias que huyeron de sus comunidades en los 18 meses anteriores.
Unas 100 personas, la mitad menores de edad, viven en
cuartos rentados en el barrio El Cedro, ubicado en la periferia de Comitán.
Subsisten con las despensas que les entregan los gobiernos estatal y municipal,
y con lo que les regalan sus "compañeros de fe", ya que muy pocas
veces consiguen trabajo en mercados o en las construcciones
En
compañía de su mujer y sus cuatro hijos, Genaro Pérez
Méndez relata que hace aproximadamente 15 años empezaron
las expulsiones en los poblados 20 de Noviembre, Plan de Ayala y Justo
Sierra.
El 8 de abril de 2003 fue desalojado por segunda vez del
poblado 20 de noviembre, por presuntas causas religiosas. El gobierno estatal
le paga la renta de un cuarto de cartón y madera, donde apenas cabe
un fogón y un par de sillas.
Explica que antes, cuando las familias eran desterradas,
se congregaban en el auditorio del ayuntamiento de Comitán; pero
"comenzaron a surgir problemas entre nosotros, por eso ahora vivimos separados,
aunque estamos unidos en nuestra fe y demandas".
"Las expulsiones son un problema que no se resuelve. Se
debe a la intolerancia de unos cuantos que no nos permiten tener otra religión,
otro partido. Quien decide apartarse de lo que se dice en las asambleas,
es encarcelado 48 horas y debe pagar una multa. A mí me pidieron
2 mil pesos", refiere Pérez Méndez.
El tojolabal comenta que de estos castigos no se salvan
ni las mujeres. "Cuando nosotros salimos, también tenían
encarceladas a otras tres indígenas".
Pese a que en el poblado 20 de Noviembre hay poco más
de 480 padres de familia, "las decisiones las toman sólo unas cuatro
personas. Ellos mandan (...) nos obligan a asistir a los mítines
de su partido, de su organización (la CIOAC), y quienes se niegan
son amenazados de muerte y encarcelados. Cuando en las asambleas alguien
habla de tolerancia y libertad, empiezan las amenazas", narra.
Otro caso es el de Juan Jiménez y otros 25 padres
de familia, quienes salieron del mismo poblado el pasado 7 de octubre.
Los acusaron de haber votado en los comicios del 3 de octubre por el PRI,
"y la asamblea había dicho que debíamos votar por el candidato
del PRD".
Los 26 alquilan una casa que se encuentra en obra negra,
donde viven entre costales de cemento y grava, mientras negocian con el
gobierno estatal la instalación de un destacamento de policía
en la comunidad.
Juan Jiménez platica que los varones expulsados
decidieron no sacar a sus familias del lugar, como "medida de presión"
para que las autoridades pongan fin al problema de intolerancia que se
vive en esa comunidad.
"No dejan que haya otro partido, otra religión.
Por eso nos sacaron, porque nosotros queremos que haya diversidad. Desde
hace unos 15 años nos tienen amenazados, amarrados a su cuello.
Hay miedo en la gente", confiesa.
Ante esta problemática, la Secretaría de
Gobierno estatal, por conducto de su delegación en la zona, informó
que desde el 13 de mayo pasado "se ha dado la atención oportuna,
gestionando ante las autoridades municipales de Las Margaritas, la Subsecretaría
de Protección Civil y la Secretaría de Desarrollo Social
diversos apoyos, como son la gestión y dotación de despensas
y otros ayudas de tipo social".
En un comunicado, la dependencia señaló
que el gobierno de Chiapas "mantiene reuniones frecuentes con los actores
sociales y políticos de la comunidad 20 de Noviembre, para que existan
garantías de seguridad, de respeto y conciliación para el
regreso de las familias".
Pese a lo dicho por las instancias oficiales, hasta la
fecha los desterrados siguen en espera de haya condiciones para su retorno.
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