México D.F. Domingo 24 de octubre de 2004
Elecciones en Estados Unidos
Incipiente erosión del bastión hispano
de los republicanos en Florida
Los latinos, claves en cinco estados de EU
Hablar español y utilizar mariachis ya no es
suficiente para ganar ese voto, dicen analistas
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 23 de octubre. Los latinos
pueden tener impacto nacional en la elección por su participación
en cinco estados clave que están en juego, y tal vez lo más
sorprendente este año es la incipiente erosión del bastión
hispano republicano en Florida.
"El voto latino va a superar todos los ré-cords
de participación, para continuar con la tendencia histórica
de favorecer dos por uno a los demócratas", afirmó Antonio
González, presidente del Proyecto de Empadronamiento y Educación
del Votante del Suroeste (SVREP) y el Instituto de Investigaciones Willie
Velásquez.
La Casa Blanca entiende esto y por eso ofreció
esta semana entrevistas exclusivas con el presidente a los dos canales
nacionales de televisión latina. De los cerca de 15 millones de
latinos con derecho a voto, unos 10 millones están empadronados,
y de éstos se espera que 75 por ciento acuda a las urnas el 2 de
noviembre.
Aunque
su presencia más significativa está en California, Texas
y Nueva York, ninguno de estos estados está en juego en esta elección,
ya que los márgenes de la tendencia del voto en estas entidades
los colocan en una u otra columna definitiva (California y Nueva York para
el demócrata John Kerry, Texas para su paisano George W. Bush).
Donde los latinos sí cuentan en la matemática
electoral nacional muy estudiada por las campañas presidenciales
es en tres estados del suroeste y Florida, donde los márgenes entre
ambos candidatos son tan estrechos que un cambio mínimo en el porcentaje
de participación hispana podría determinar el resultado nacional.
Según analistas latinos, el voto de esa comunidad
será crítico en Florida, Nuevo México, Nevada y Colorado.
Aunque menos importante por los márgenes de la diferencia en la
tendencia del voto general, tendrán impacto en otros tres estados
considerados como todavía no decididos: Washington, Oregon y Arizona.
Por esto, los candidatos presidenciales ya han invertido
más en publicidad destinada al sector latino -mucha en español
o bilingüe- que en la elección de 2000, y también por
el hecho de que ningún candidato ha sido electo a la Casa Blanca
en tiempos modernos sin contar con por lo menos 30 por ciento del vo-to
de esta minoría, la más grande del país.
Por cierto, desde principios de este año los estrategas
demócratas y republicanos ya habían calculado que el presidente
Bush ne-cesitaba incrementar 35 por ciento el voto latino que obtuvo en
2000 para poder ganar la próxima elección, mientras que Kerry
requería hacer todo lo posible para evitar que esto sucediera.
En entrevista con La Jornada, Antonio González
indicó que no hay gran sorpresa en esta coyuntura más allá
de que sí "hay mayor interés y podría haber mayor
participación" de los latinos en esta elección. Tal vez el
cambio más notable este año es Florida, se-ñaló,
donde "la base latina tradicional de los republicanos se está erosionando".
Esto se explica tanto por la oposición de un pequeño
pero significativo sector cubanoestadunidense a las medidas recientes de
Bush, que limitan viajes y asistencia a Cuba entre familias, así
como el crecimiento del sector latino no cubano en el estado.
También, la creciente presencia latina en el país
se empieza a expresar políticamente en más estados y con
la elección de más políticos latinos. González
señaló en particular la probabilidad de que en Colorado sean
electos los dos primeros legisladores federales hispanos en la historia
de ese estado, incluyendo el primer senador latino del país que
no sea de Nuevo México, el demócrata Ken Salazar (y podría
haber otro de Florida, el republicano Mel Martínez).
Habrá más representantes federales latinos
y la participación electoral de esa comunidad también se
manifestará en grandes nú-meros de políticos electos
a escala municipal y estatal en todo el país. Cientos de miles de
nuevos votantes latinos han sido empadronados este año, entre ellos
unos 100 mil por los esfuerzos desplegados por el SVREP.
Ahora, ésta y otras organizaciones están
enfocadas en el esfuerzo para movilizar este voto mediante contactos telefónicos,
envíos masivo de propaganda, campañas publicitarias en televisión
y radio. El éxito de estos esfuerzos será la prueba final
para elevar la participación electoral del voto latino y, a la vez,
demostrar su peso político en el país.
Una de las quejas perpetuas de los dirigentes latinos
es que las campañas nacionales, aunque reconocen la importancia
creciente del voto latino, aún no respetan plenamente ese sector.
Pero con los cambios de-mográficos, y por el propio peso político
ad-quirido y proyectado por los latinos, se está transformando la
dinámica política.
"Estamos entrando en un momento histórico por la
presencia hispana en Estados Unidos, que ya no puede ser atendida por los
políticos poniendo mariachis y hablando un poco de español",
advirtió Joe García, consejero ejecutivo del New Democrat
Network, grupo latino centrista del Partido De-mócrata, en entrevista
con La Jornada.
García, líder cubanoestadunidense en Florida,
es una voz demócrata en lo que an-tes era un mar republicano.
Hablando sobre el electorado latino a escala nacional,
dijo: "en coyunturas electorales los hispanos de pronto son tomados en
cuenta en la política exterior, pero el resto del tiempo América
Latina permanece co-mo el patio trasero, el coche abandonado en el jardín
de atrás, y eso tiene que cambiar. Empieza a notarse el efecto de
los mexicanoestadunidenses, pero los políticos nacionales continúan
ofreciendo migajas. La realidad del creciente peso político latino
cambiará todo esto".
Hay unos 6 millones de votantes hispanos concentrados
en los estados clave de esta elección, subrayó.
Para
Bush, el candidato presidencial re-publicano más exitoso entre los
latinos, la apuesta es consolidar la base ultraconservadora cubana en Florida
y promover su imagen texana, de ex gobernador fronterizo, y usar a gente
como su sobrino medio mexicano para generar apoyo en las filas latinas.
Por su parte, Kerry nombró a Bill Ri-chardson,
gobernador latino de Nuevo Mé-xico, presidente de la Convención
Demócrata, y ese partido ha gastado más de tres veces la
suma de los republicanos en publicidad destinada a la comunidad latina.
Pero ahora que la campaña de Kerry ha decidido
enfocarse más que nunca en la re-gión del suroeste -y abandonar
casi el terreno político en los estados del sur tradicional-, los
latinos son más importantes que nunca para la estrategia demócrata.
Colorado, Nuevo México y Nevada -donde Kerry estará nuevamente
este fin de semana- son objetivos prioritarios, y en cada uno de ellos
el voto latino es clave.
La competencia es intensa entre ambas campañas,
y vale recordar que tanto en Florida como en Nuevo México el margen
de victoria en la elección presidencial de 2000 fue de unos cientos
de votos.
Quien logre movilizar mejor el voto latino podría
ser el ganador en estos estados y, como resultado, en la elección
nacional. El problema con ese sufragio es que no es fácil de catalogar,
y "no es liberal ni conservador, blanco ni negro", dijo González.
En general, es antiguerra, progresista en lo económico
y conservador en lo social, y por eso se explica cierto apoyo a los republicanos
en torno a conceptos como "valores familiares" y posiciones contra el aborto
y el matrimonio gay, pero, por otro lado, para la mayoría los temas
de salud, educación y empleo son prioritarios, y por ello le ha
sido fiel al Partido Demócrata, explicó González.
Por el momento, la creciente presencia latina en el ámbito
electoral estadunidense continúa obligando a que la política
en am-plias regiones de Estados Unidos sea cada vez más bilingüe.
Pero sólo hablar español ya no es suficiente para conquistar
ese voto.
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