El ensamble vienés se presentó en La Valenciana

Alma y corazón, tocados por el virtuosismo de Aron Quartett

ANGEL VARGAS ENVIADO

Guanajuato, Gto., 22 de octubre. Precisión milimétrica, armonía, virtuosismo desgarrador. Haydn, Ravel, Schubert y de regalo Mozart. Cuánta delicia brindaron este mediodía los músicos del Aron Quartett en el Templo de la Valenciana

La actuación del ensamble vienés vino a corroborar una opinión prevaleciente entre los periodistas que cubren las incidencias de esta fiesta cervantina: la profunda brecha que existe en la programación general, en relación con la calidad de los espectáculos: unos sublimes, inolvidables; otros cuestionables, prescindibles.

Si anoche varios de los comunicadores renegaron de la actuación de la cantante Fabiola la de Cuba, en la Alhóndiga de Granaditas, y la presentación de un espectáculo de Sudáfrica en la explanada de Los Pastitos, los que asistieron hoy al concierto del Aron Quartett salieron tocados en alma y corazón. Fue una presentación en la que el par de violines, la viola y el violonchelo se transformaron en finos pinceles para crear infinidad de hermosos paisajes introspectivos, con vigorosa carga espiritual.

Música dulce, balsámica, sanadora, detonadora de alegría, de felicidad. Música flor, nube, música océano, música cristal, música beso. Caricias. Ensueños. Sentimientos al desnudo.

Los instrumentos dialogan entre sí, coquetean, seducen, danzan, se enamoran.

El alma de varias épocas, barroca, clásica y el siglo XXI, convivieron en un mismo punto gracias al prodigio de la música. Los cuartetos para cuerdas op.77/2, en Fa mayor y en Re mayor de Haydn, Ravel y Schubert, en interpretación del Aron Quartett, invitan a creer que la esperanza todavía es factible.

Aron Quartett ofrecerá este sábado un concierto, a las 12 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.