México D.F. Jueves 21 de octubre de 2004
Coincidieron presentadores de En el nombre
del padre, libro de Carlos Fazio
Soslaya la Iglesia el dolor de las víctimas
de abuso sexual cometido por sacerdotes
Deplora ex legionario de Cristo la falta de apoyo eclesiástico
para ''sanar las almas''
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Ante el abuso sexual de sacerdotes en perjuicio de niños
y mujeres, los altos jerarcas de la Iglesia católica han optado
por el silencio y el encubrimiento. En el nombre de Dios, se han puesto
del lado de los victimarios, ignorando el sufrimiento y los derechos de
las víctimas.
En
este punto coincideron los presentadores del libro En el nombre del
padre. Depredadores sexuales en la Iglesia, investigación periodística
de Carlos Fazio publicada por Editorial Océano, que documenta distinos
casos de abuso cometidos por ministros de Dios.
Describe, entre otros casos, la violación masiva
de monjas en Africa; el hostigamiento sexual del ex nuncio Girolamo Prigione
contra misioneras de la congregación Hijas de la Purísima
Virgen María; la pederastia del cura estadunidense John J. Geogham;
y dedica la mitad del libro al caso de Marcial Maciel, acusado de prácticas
pedófilas contra seminaristas de la orden llamada Legión
de Cristo.
Uno de los presentadores del libro de Fazio -la noche
del martes en Casa Lamm- fue el catedrático del ITAM y ex legionario
de Cristo José Barba, quien habló del doloroso proceso personal
que lo llevó del silencio, el miedo y la culpa a la denuncia pública
de los abusos en su persona.
Lamentó que lejos de ocuparse del tema y ''apoyar
el saneamiento de las almas" tanto de las víctimas como de los victimarios,
el Vaticano prefiere ''dejar todo en manos de Dios". Y si las víctimas
o sus familiares rebasan el ámbito de la Iglesia, sobreviene la
descalificación, la calumnia, el chantaje: ''se nos ha denigrado,
se nos ha dicho que guardemos silencio por razón de interés
económico".
Preguntó Barba: ''¿Qué ha sucedido
en la Iglesia católica que calla, que encubre para que no se sepa
nada y se siga victimizando a los más débiles de la sociedad?"
Para explicar el deterioro moral a que llegó una
institución como la Legión de Cristo, fundada presuntamente
con fines nobles, Barba sostuvo que fue una institución que se acercó
con propósitos redentores al mundo del dinero, pero ''terminó
contaminada por la influencia del dinero y por la influencia de los apellidos".
Alberto Athié, ex sacerdote que entró en
crisis de conciencia y renunció a su ministerio cuando empezó
a conocer los casos de los legionarios de Cristo, elogio el trabajo documental
de Fazio.
Contó que antes de hablar públicamente de
los hechos, quiso abordar el tema dentro de la institución: ''Dije:
voy a luchar adentro de mi iglesia para que dentro de mi iglesia se haga
justicia". Nunca recibió respuesta a sus peticiones, hechas inclusive
por escrito.
También hizo preguntas: ''¿Cómo es
posible que hayamos llegado a esta clase de comportamiento institucional?
¿Cómo entender?"
Para comprender el prolongado silencio de la víctimas
y la respuesta de la Iglesia en distintos niveles jerárquicos, Athié
consideró de suma importancia un documento secreto del Vaticano
revelado en el libro de Carlos Fazio: Instrucción sobre la manera
de proceder en los casos de delito de solicitación, cuyo propósito
es ''salvaguardar no el derecho de la víctima, sino el prestigio
de la institución y sus ministros".
También participaron el sicoanalista Alberto Sladogna
y Arturo Jurado, ex legionario de Cristo, quien se presentó como
otra ''víctima de abuso sexual del padre Marcial Maciel''.
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