México D.F. Martes 19 de octubre de 2004
Informe internacional
Recomiendan no sembrar maíz transgénico
ANGELICA ENCISO L.
Fortalecer la actual moratoria a la siembra comercial de maíz transgénico en México y minimizar las importaciones estadunidenses del grano, así como establecer un sistema de monitoreo en los cultivos tradicionales y etiquetar el producto modificado genéticamente, son algunas de las recomendaciones que se hacen a los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá en el informe Maíz y biodiversidad, elaborado por 16 expertos a petición de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN).
El estudio fue divulgado ayer por Greenpeace, luego que los gobiernos de los países contratantes del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) se han abstenido de difundirlo por cuestiones políticas y de comercio internacional. Previamente la CCAAN había anunciado que para el 13 de noviembre el consejo de ministros de la región decidiría si hacía público el informe, situación que ha sido aplazada en tres ocasiones.
El documento fue elaborado por 16 científicos de la región de América del Norte, coordinados por José Sarukhán, y en total participaron 18 autores; con un costo de alrededor de 450 mil dólares, ha sido el más caro realizado por la CCAAN, y se hizo a solicitud de 21 comunidades campesinas y organizaciones no gubernamentales, luego que en 2001 se detectó en cultivos de la sierra norte de Oaxaca la presencia de maíz modificado genéticamente en los granos criollos y tras la confirmación del hecho por parte del gobierno mexicano.
La CCAAN consideró que era urgente hacer el estudio y que en México, al ser centro mundial de origen y diversidad de maíz, "la problemática se torna especialmente grave". Además las conclusiones a que llegaron los especialistas fueron unánimes a pesar de la controversia que genera el tema, indicó en la presentación del informe el director ejecutivo del organismo, William Kennedy.
El texto indica que "es posible que quienes defienden un uso extendido de la ingeniería genética y un comercio sin restricciones tengan intereses creados en aspectos del desarrollo científico y tecnológico, el comercio, la influencia política o la agricultura industrializada en Canadá, Estados Unidos y México". Los responsables de la toma de decisiones deben reconocer el impacto de asuntos más amplios en las opiniones e intereses tanto de quienes defienden como de quienes se oponen al maíz transgénico en México, agrega.
El documento recomienda a los países el desarrollo y la aplicación de mejores métodos para detectar y monitorear qué tan avanzada está la contaminación genética del maíz mexicano y sus parientes silvestres, además de que sugiere prohibir la modificación del grano en la producción de fármacos y compuestos industriales no aptos para consumo humano y animal.
También propone que los miembros del TLCAN adopten el principio precautorio, que el maíz estadunidense sea etiquetado para que el consumidor sepa que es un transgénico y que el grano que no se pueda garantizar que está libre de esos productos sea molido, para que no se utilice como semilla.
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