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México D.F. Martes 19 de octubre de 2004
Compra Venezuela helicópteros rusos de guerra; reforzará la frontera con Colombia
Grupos rebeldes, traficantes de drogas y contrabandistas dominan la zona
El presidente Chávez anunció el acuerdo por 40 mdd, después de que miembros del ejército murieron en una emboscada de las FARC Economist Intelligence Unit/The Economist
En Venezuela, soldados vigilan el Fuerte Tiuna a bordo de una tanqueta, durante la crisis del gobierno de Hugo Chávez en abril de 2002 FOTO AFP
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El vicepresidente venezolano José Vicente Rangel negocia en Moscú la compra de helicópteros rusos de ataque, para reforzar las unidades del ejército desplegadas en la frontera con Colombia. El presidente Hugo Chávez anunció el acuerdo, por 40 millones de dólares, después de que cinco soldados y una ingeniera militar asignados a la paraestatal Petróleos de Venezuela perecieron en un emboscada tendida por rebeldes del décimo frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el 17 de septiembre.
La emboscada ocurrió en el estado venezolano fronterizo de Apure, en el sector Mata de Caña, entre las ciudades de La Charca y La Victoria, a poco más de 20 kilómetros de la frontera con Colombia. Desde hace mucho tiempo grupos rebeldes colombianos, traficantes de drogas y contrabandistas han dominado la zona.
Si bien el gobierno de Chávez impuso de inmediato la censura informativa sobre el incidente, fuentes militares venezolanas indican que al parecer las FARC dieron muerte a los soldados por error. Los militares se transportaban en una canoa indígena llamada curiara, e iban tan mal vestidos que a 50 o 100 metros de distancia probablemente parecían civiles, tal vez contrabandistas. Desde la perspectiva de la organización colombiana, éstos son competidores por el control de empresas criminales en la frontera, y por lo tanto blancos legítimos. Si la unidad guerrillera los hubiera identificado como miembros del ejército venezolano, es probable que no hubiera abierto fuego. Las FARC tienen un acuerdo tácito de no agresión con el gobierno de Chávez, y los rebeldes no lo habrían violado de manera abierta.
Chávez ha sostenido durante varios años que el lado venezolano de la frontera está protegido por entre 20 mil y 30 mil soldados reforzados con transporte blindado aéreo y terrestre, y con sistemas de vigilancia electrónica diseñados para localizar e identificar enemigos potenciales, incluso rebeldes colombianos. Tal aseveración es incorrecta. La verdad es que los niveles de presteza operativa del ejército, la fuerza aérea y la armada venezolanos son tan bajos que si hoy estallara una guerra con Colombia el ejército de ésta podría capturar y retener con facilidad grandes porciones del territorio vecino, como el estado de Zulia, que produce 40 por ciento del petróleo crudo venezolano.
Las fuerzas armadas venezolanas se encuentran entre las instituciones militares más pobres y peor preparadas de América Latina, pese a los sustanciales ingresos petroleros del país. Son táctica y operativamente incapaces de mantener a los grupos rebeldes colombianos fuera del territorio venezolano. En el papel, el ejército tiene cerca de 70 mil soldados, pero la cifra real se acerca más a 40 mil.
Los problemas del ejército no comenzaron cuando Chávez asumió la Presidencia, a principios de 1999. Por ejemplo, en 1990 una compañía de 150 hombres estaba comandada por un capitán, dos tenientes, tres subtenientes y 10 sargentos. Sin embargo, para la época en que Chávez llegó al poder esa misma compañía estaba comandada por un capitán, un subteniente y dos sargentos. Además, en 1999 el batallón fronterizo promedio contaba con 740 hombres en el papel, pero en realidad tenía 320 hombres bajo el mando de un teniente coronel, 10 oficiales y 10 sargentos. Estas proporciones se han vuelto mucho peores desde que Chávez asumió el cargo y recortó el gasto de defensa en más de 40% con el fin de debilitar a las fuerzas armadas y diluir su capacidad de ejecutar un golpe de Estado exitoso.
Un soldado de la Guardia Nacional de Venezuela patrulla las calles de Caracas en marzo de 2004, con motivo del aumento de la tensión social causada por opositores al presidente Chávez FOTO AFP
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Según un estudio clasificado, realizado a mediados de 2001 por la división de inteligencia militar del ejército y obtenido recientemente por Stratfor, el ejército era hace tres años un cascarón hueco. Las normas internacionales de defensa para países en desarrollo señalan que los niveles de presteza operativa en 11 medidas claves de capacidades ofensivas y defensivas militar nunca deben estar debajo de 70%. En el caso venezolano, las capacidades en nueve de las 11 medidas estaban muy por debajo de esa marca en 2001. La situación actual es mucho más crítica, según algunas fuentes.
Por ejemplo, en términos de fuerza de tropas los niveles de presteza operacional eran de 56.69% en 2001. En víveres, los niveles eran de 40.25, y en capacidades de armamento, 23.22. Varios oficiales de menor rango que han tenido mando de tropas en la frontera en los tres años pasados dicen que sus soldados carecían de uniformes, botas, cascos y arneses corporales. También dicen que se les envió en patrullas de combate sin munición suficiente para enfrentar fuerzas hostiles como las FARC, narcotraficantes, grupos paramilitares y otros bandidos fronterizos. Añaden que los comandantes de unidades fronterizas con frecuencia tienen que alquilar vehículos comerciales a residentes locales para transportar las patrullas hacia zonas de alto riesgo.
El estudio clasificado también evaluó en 20.90% las capacidades de comunicación del ejército, las de evacuación médica aérea en 44.48%, las de transporte terrestre en 39.36 y las de vehículos blindados (tanques inclusive) en 48.92.
En el papel, las capacidades ofensivas blindadas de Venezuela son significativamente más sustanciales que las de Colombia. Por ejemplo, el ejército venezolano contaba en mayo de 2003 con un componente blindado que incluía 81 tanques de batalla AMX-30, 36 tanques ligeros AMX-13, 80 tanques ligeros Scorpion-90 de fabricación británica, 75 destructores de tanques MI8 Hellcat y casi 300 transportes de tropas de fabricación estadunidense, francesa y británica. También estaba equipado con más de 100 obuses de artillería autoimpulsados y a remolque de 105 y 155 mm, 175 cañones sin retroceso de 106 mm y más de 200 morteros Brandt de 120 y 81 mm.
El estudio obtenido por Stratfor señala que a mediados de 2001 los niveles operativos del ejército venezolano eran en general de 48.92%. De 528 vehículos blindados, inclusive tanques de batalla como el AMX-30 y tanques ligeros como el Dragoon 300 y el Scorpion, 336 estaban en condiciones de operar y 189 eran inservibles. Los niveles de presteza de armas individuales se veían bien en el papel en sistemas como el tanque de batalla AMX-30 (71.76%) y los tanques Dragon 300 y Scorpion (97.03%), pero estos promedios no reflejaban toda la verdad. Fuentes del ejército indican que el trabajo de reacondicionamiento realizado en años recientes en los tanques AMX-30 por Metalúrgica Van Dam, empresa venezolana sin experiencia en modificación de tanques, en realidad destruyó las capacidades de combate de esos sistemas. La torreta de un tanque debe girar 360 grados, pero después del "reacondicionamiento" quedaron impedidas de girar más de 80 grados en cualquier dirección.
Lo anterior significa que en combate es fácil que unidades de infantería dotadas con cohetes antitanques ligeros se acerquen a los tanques por los flancos o por atrás y los destruyan. Van Dam también cortó el blindaje de los tanques en tal forma que lo partió en dos. En consecuencia, ahora puede ser penetrado por municiones tan ligeras como una bala de ametralladora calibre .30, según las fuentes. Es decir, un soldado de artillería armado con una granada impulsada por cohete puede penetrar las torretas y matar a los tripulantes con la facilidad de un cuchillo en mantequilla si el cohete impacta en la costura del blindaje.
Además, los tanques ligeros Dragoon 300 y Scorpion, aunque muestran niveles adecuados de prestancia operativa en el papel, carecen de municiones. Se les puede desplegar, como se hizo con algunos en abril de 2002 para proteger a Chávez en Miraflores de los 90 mil manifestantes desarmados que marcharon hacia el palacio presidencial en demanda de su renuncia. Sin embargo, en un encuentro armado rápidamente se queda-rían sin municiones.
Las únicas dos medidas en las que el ejército rebasó el piso de 70% fueron en transporte aéreo (73.91%) y equipo electrónico de combate (80.05%). Sin embargo, más de la mitad de los helicópteros del ejército no están equipados con armamento capaz de ofrecer apoyo cercano de aire a tierra. En realidad, el comando de transporte aéreo se usa sobre todo para transportar generales por el país en misiones oficiales y personales.
Además, los sistemas electrónicos de combate han sido retirados de las regiones fronterizas y desplegados sobre todo en Caracas y el centro de Venezuela, donde se les usa para realizar vigilancia electrónica de todas las comunicaciones dentro del fuerte Tiuna, Palo Negro y otras bases. En vez de interceptar comunicaciones colombianas, el gobierno de Chávez utiliza sus sistemas de vigilancia electrónica para espiar a unidades militares venezolanas en un esfuerzo permanente por localizar e identificar oficiales que tal vez conspiren contra él. Traducción de textos: Jorge Anaya
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