México D.F. Jueves 14 de octubre de 2004
Esa práctica "tan burda" atenta contra
la actividad política: líder nacional del PRI
Condenan partidos, legisladores y la Iglesia católica
el espionaje telefónico
Niega Creel que el Cisen esté detrás de
la grabación de conversaciones entre perredistas
Las dirigencias nacionales de PRI y PAN, senadores, diputados
y la Iglesia católica condenaron el espionaje telefónico
perpetrado contra funcionarios del Gobierno del Distrito Federal y diputados
del PRD, en tanto que el titular de la Secretaría de Gobernación
(Segob), Santiago Creel Miranda, negó que en esa operación
de espionaje político haya intervenido el Centro de Investigación
en Seguridad Nacional (Cisen), que depende de la instancia a su cargo.
En el Senado de la República, el coordinador de
los legisladores perredistas, Jesús Ortega, afirmó que se
viola la Constitución con ese espionaje político, además
de que se da "una interpretación tendenciosa a esa grabación,
que no prueba nada", como que el jefe de Gobierno, Andrés Manuel
López Obrador, haya participado en un supuesto plan para tomar
la tribuna de la Cámara de Diputados.
La dirigencia nacional del PAN también reprobó
las grabaciones telefónicas y pidió que se haga una investigación
sobre los hechos y rechazó que se responsabilice de ese ilícito
a la Segob. Demandó además que se investigue "la confabulación"
de un grupo de perredistas y funcionarios de la ciudad para "minar las
instituciones del país".
El presidente del Senado, Diego Fernández de Cevallos,
reconoció que es ilegal grabar conversaciones telefónicas
privadas sin conocimiento de las partes, aunque recalcó que "las
grabaciones hablan por sí mismas, y salvo que las conversaciones
sean desmentidas, se advierte un comportamiento absolutamente ilegal y
perverso en relación con el trabajo legislativo".
Mientras tanto, el dirigente nacional del PRI, Roberto
Madrazo, lamentó que "habiendo tantos asuntos de carácter
nacional tan importantes, los órganos de inteligencia se dediquen
a dar seguimiento a los políticos de manera como lo hemos visto,
tan evidente y tan burda".
Las intervenciones telefónicas, dijo, atentan contra
las tareas de los partidos políticos, cuando ese tipo de prácticas
deben reservarse para asuntos de seguridad nacional. "Tan malo es el contenido
como el procedimiento, las dos cosas son negativas y dejan mucho que desear
en una democracia como la que queremos construir los mexicanos". El priísta
advirtió que la confrontación "cada vez más evidente"
entre Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox se está
profundizando.
Es una práctica "cavernaria" de un poder de la
Unión contra otro, dijo por su parte el gobernador oaxaqueño,
José Murat, mientras Humberto Roque, senador del tricolor,
señaló que "este espíritu controlador, este big
brother que amenaza a la sociedad mexicana y a la política son
sumamente preocupantes y pudieran llegar a tener tintes de macartismo".
Advirtió que no basta con que Creel Miranda se haya deslindado de
la responsabilidad, sino que se debe investigar y castigar a los responsables.
También la Iglesia católica reprobó
el espionaje telefónico, y advirtió que atenta contra la
dignidad y la privacidad de las personas. Ni al gobierno ni a los particulares
le está permitida esta práctica, declaró el arzobispo
de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, mientras que el arzobispo
primado de México, Norberto Rivera, propuso legislar sobre el tema,
pues no es la primera vez que sucede.
Interrogado sobre el asunto, Creel Miranda sostuvo que
"es una mentira decir que el Cisen graba o hace espionaje político.
Lo he dicho una y otra vez: el Cisen está dedicado a cuestiones
exclusivamente de seguridad nacional". No obstante, no descartó
la posibilidad de que las autoridades federales utilicen esa información.
"Si se comprueba que el Gobierno del Distrito Federal estuvo atrás
de la toma de (la tribuna) de la Cámara de Diputados, ello
merece no solamente una explicación sino un deslinde de responsabilidades.
Desde los gobiernos no podemos estar interviniendo en los congresos, mucho
menos de manera ilegal, y mucho menos para interrumpir el trabajo legislativo;
eso atenta en contra de la democracia y del estado de derecho y no le hace
bien al país".
|