México D.F. Jueves 14 de octubre de 2004
"Necesario regular el tránsito de personas,
pero con respeto a los derechos humanos"
La Iglesia católica, preocupada por las actitudes
xenofóbicas en Estados Unidos
Asegura que para el próximo huésped de
la Casa Blanca el tema migratorio será prioritario
JOSE ANTONIO ROMAN Y JOSE DIAZ BETANCOURT ENVIADO
Y CORRESPONSAL
Guadalajara,
Jal., 13 de octubre. Aunque el tema de la migración no ha estado
presente en la contienda electoral de Estados Unidos, el candidato que
resulte triunfador no podrá soslayar esta problemática, consideró
la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Para México, pero también para Estados Unidos,
la migración es un tema prioritario. Para el primero, por los millones
de dólares que representan las remesas y su creciente importancia
para la economía nacional, y como un "alivio" a la pobreza de miles
de familias que dependen de ese dinero; para el segundo, por considerar
que tiene relación con el tema de la seguridad nacional, tan importante
para esa nación.
El presidente de la Comisión Episcopal de Movilidad
Humana y obispo de la diócesis fronteriza de Ciudad Juárez,
Renato Ascencio León, expresó la "gran preocupación"
que tiene la Iglesia mexicana por las actitudes xenofóbicas que
se presentan en muchas partes de Estados Unidos, principalmente en Arizona
y California.
Sin embargo, aseguró que cualquiera de los candidatos
que obtenga el triunfo en las elecciones de Estados Unidos el próximo
2 de noviembre, ya sea George W. Bush o John Kerry, "tendrá que
abordar necesariamente", más temprano que tarde, el tema migratorio.
El asunto es prioritario; sencillamente no se puede soslayar. Para ambos
gobiernos -insistió- es de la mayor importancia, por una o por otra
razón.
Añadió que la creación de oportunidades
de empleo en México ayudaría en mucho a reducir la pobreza
y a mitigar el incentivo que tantos tienen para buscar trabajo en Estados
Unidos. Por ello, resulta imprescindible que se establezcan políticas
económicas que creen empleos con salarios dignos, especialmente
para ciudadanos mexicanos que no cuentan con habilidades laborales especializadas.
Al igual que Ascencio León, los obispos de Tijuana,
Rafael Romo Muñoz; de Hermosillo, José Ulises Macías;
de Lagos de Moreno, Javier Navarro Rodríguez, y de Cuernavaca, Florencio
Olvera Ochoa, comentaron el proceso de integración económica,
social y cultural que viven ambos países, por lo que es necesario
que ambos gobiernos terminen por reconocer abiertamente esta realidad y
establezcan políticas migratorias que regulen el tránsito
de personas, pero con pleno respeto a los derechos humanos.
Entrevistados por separado en el contexto del tercer día
de trabajos del 48 Congreso Eucarístico Internacional, los prelados
reconocieron la complejidad del fenómeno, que de hecho es un signo
de los nuevos tiempos -como lo ha expresado el papa Juan Pablo II-, impulsado
en gran parte por la necesidad de empleo y por la búsqueda de mejores
oportunidades de vida.
El obispo Romo Muñoz, miembro también del
Consejo Permanente del Episcopado, señaló que aun cuando
este momento, debido a las elecciones de Estados Unidos, no es el más
indicado para abordar el tema, es "seguro" que el próximo presidente,
cualquiera que sea, tendrá que abordarlo. Ya es tiempo, agregó,
para que tanto Estados Unidos como México hagan frente a esta realidad
y trabajen en un tema que atañe a ambos.
El obispo Olvera Ochoa, ex presidente de la Comisión
de Movilidad Humana, comentó que así como los dos gobiernos
han trabajado en la integración de sus intereses económicos
por medio de los acuerdos comerciales, ahora es tiempo de que armonicen
sus políticas migratorias, de tal forma que se respete la dignidad
del migrante y se reconozcan las consecuencias sociales de la migración.
Olvera Ochoa, quien antes de llegar a Cuernavaca estuvo
al frente de la diócesis de Tabasco, una de las entidades que sirven
de paso a los migrantes centroamericanos, reconoció el legítimo
derecho que tienen Estados Unidos y México de interceptar a los
indocumentados que intenten transitar o cruzar por sus territorios. Pero
lo que la Iglesia católica no puede aceptar son las políticas
que ambos gobiernos han utilizado para cumplir con esta responsabilidad.
Por su parte, el presidente del Pontificio Consejo para
los Migrantes e Itinerantes de la curia romana, el cardenal japonés
Stephen Fumio Hammao, en conferencia de prensa destacó que al regular
el flujo migratorio, los gobiernos están obligados a respetar ante
todo los derechos humanos de los migrantes, por lo que -a pregunta expresa-
calificó de "terrible" el hecho de que el gobierno estadunidense
use "balas de goma" para detener a migrantes de México y Centroamérica.
Hechos como éste, agregó, afectan gravemente la dignidad
humana.
En tanto, el arzobispo filipino de Zamboanga, Carmelo
Morelos, consideró que el desequilibrio en la distribución
de la riqueza de la tierra y las oportunidades de autodesarrollo han creado
"olas sobre olas de migración". Y así ha comenzado a surgir
una fuente de innumerables problemas, tanto para la gente de los países
de recepción como para aquellos que se quedan en casa.
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