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México D.F. Miércoles 13 de octubre de 2004
LECHERIA, SINONIMO DE ABUSO PARA MIGRANTES CENTROAMERICANOS
Julio Hernández Martínez Sánchez,
migrante de origen salvadoreño, fue arrestado junto con su familia
por agentes de Migración y policías del estado de México,
durante uno de los operativos cotidianos que realizan las autoridades
contra indocumentados centroamericanos que pretenden llegar a Estados Unidos
FOTO ALFREDO DOMINGUEZ
Entre los indocumentados centroamericanos que cruzan
el país a bordo de trenes de carga, Lechería es un nombre
que significa abuso: policías municipales y estatales que han convertido
la colonia en coto de caza de migrantes; pandilleros locales que los despojan
hasta de los zapatos, y agentes judiciales del estado de México
que tienen inclusive un sitio reservado para propinarles golpizas, a unos
metros de la avenida José López Portillo.
Lechería es un nombre famoso entre los centroamericanos,
quienes son advertidos de que deben cuidarse, casi desde el momento en
que abordan los trenes de carga, en el sureste del país. En el albergue
María Auxiliadora, de Río Blanco, Veracruz, por ejemplo,
existe un letrero que advierte sobre la colonia de Tultitlán: "En
la estación Lechería el retén es permanente, si llegas
hasta el pueblo donde se encuentra, evita la ayuda de gente que va acompañada
de camionetas", reza el cartel. "Para no llegar a la estación, bájate
cuando veas una antena con un foco rojo, después rodeas la estación
y tomas el tren más adelante."
El consejo, sin embargo, no sirvió al salvadoreño
Julio Eduardo Martínez Sánchez, de 22 años, detenido
ayer con su familia en uno de los dos operativos semanales que realizan
la policía del estado de México y agentes del Instituto Nacional
de Migración (INM).
Hace casi dos meses salió de Sensote, El Salvador,
para escapar de las amenazas de muerte que recibió cuando intentó
abandonar la clica (pandilla) de la Mara Salvatrucha a la
que pertenecía, con la esperanza de refugiarse en Querétaro
donde, dijo a sus captores, vive una de sus hermanas.
De acuerdo con el reportero gráfico Alfredo Domínguez,
al momento de su captura el salvadoreño fue sometido al interrogatorio
de rigor que aplican los agentes de la migra mexicana: cantar el
Himno Nacional, informar cuándo se celebra el Día de la Bandera
y ?lo nuevo? decir quién es la esposa del Presidente de la República.
Martínez Sánchez opuso resistencia, porque
los policías no le permitían llevarse a su esposa, Deysi
Torres Sosa, ni a sus hijos Yoselin, Ana y Leobardo. Pero a pesar de la
violencia utilizada en su captura, se puede considerar afortunado, pues
en Lechería algunos migrantes centroamericanos inclusive han presenciado
el asesinato de sus compañeros.
Una experiencia que parece inevitable, pues a esta colonia
de Tultitlán arriba la mayoría de los ferrocarriles de carga
que se dirigen al norte del país y, con ellos, prácticamente
todos los centroamericanos que pretenden llegar a Estados Unidos
Con frecuencia, dicen los vecinos, la policía municipal
arresta a los migrantes con la ayuda de perros, y quienes se han atrevido
a ayudarles han sido víctimas de la extorsión de agentes
judiciales.
Quizá por eso los aconsejan en los albergues que
se cuiden del retén migratorio en que se ha convertido Lechería,
La
frontera de en medio, pues.
(ALBERTO NAJAR)
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