México D.F. Viernes 8 de octubre de 2004
El presidente del Senado reclama por tanto
golpe innecesario de Arely Madrid
Inesperado regaño de senadora priísta
a Fox, Azuela y Fernández de Cevallos
El homenajeado con la Belisario Domínguez
rompió la tensión e hizo reír a los asistentes
ANDREA BECERRIL Y VICTOR BALLINAS
El
presidente Vicente Fox encabezó ayer la ceremonia de entrega de
la medalla Belisario Domínguez, que recibió el doctor Carlos
Canseco González durante una sesión solemne en el Senado,
en la que la priísta Arely Madrid Tovilla advirtió sobre
la necesidad de la concordia y el diálogo respetuoso. ''Erraríamos
el camino si pretendemos que la democracia se instale en una nación
dividida y crispada'', señaló.
Ante el titular del Ejecutivo, el presidente de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación -Mariano Azuela- y el presidente
del Senado -Diego Fernández de Cevallos-, la senadora del PRI subrayó
que la convocatoria al diálogo debe ser consecuente con la conducta
que la secunde, sin que prevalezcan ''los enconos profundos, las revanchas
pendientes, las ambiciones desatadas''.
Si no es así, ''sólo se tratará de
palabras que el viento dispersará'', insistió la legisladora
del PRI, y pidió luego ''acomodar las acciones a las palabras'',
pactar un diálogo respetuoso y fértil entre todas las fuerzas,
"sin imponer soluciones ni exigir rendiciones", y cancelar, en definitiva,
''la siembra de vientos que sólo cosecha tempestades''.
A medida que la senadora avanzaba en su discurso, Fox
y Fernández de Cevallos endurecían el semblante. ''Deberíamos
abolir la oratoria que reconviene el pasado y predica, sin embargo, un
retorno peligroso; deberíamos conciliar y concertar, convenir y
coincidir", abolir ''el rencor histórico y la soberbia presente''.
Hay que hacerlo, dijo, para instalar en su sitio un principio
de fraternidad que permita enfrentar unidos "el futuro que nos aguarda",
sobre todo porque "el tiempo ha corrido entre nuestras manos y en el horizonte
hay signos de fatigas. Ignorar los problemas no contribuye a resolverlos".
Para culminar, la senadora Madrid Tovilla deseó
que esa ceremonia, "en la que se invoca la memoria de Belisario Domínguez,
senador chiapaneco, militante maderista, hombre bueno y cabal'', y se otorga
el reconocimiento a un compatriota eminente, ''tenga la virtud de mover
nuestra reflexión sobre los temas de la república pendientes
de solución''.
Excepto algunos panistas, la mayoría de los asistentes
a esa sesión solemne aplaudió fuerte la intervención
de la senadora chiapaneca. Fernández de Cevallos reclamaría
al final al vicecoordinador del PRI, Emilio Gamboa Patrón: "Fue
innecesario tanto golpe, no se vale".
La tensión, sin embargo, se rompió poco
después, cuando el galardonado, el doctor Carlos Canseco González,
rompió la solemnidad en el salón de sesiones e incluso hizo
reír a carcajadas a los legisladores, al Ejecutivo y a los integrantes
del gabinete presentes, entre ellos el secretario de Gobernación,
Santiago Creel Miranda.
El médico, de 83 años, a quien Fox impuso
el máximo reconocimiento que otorga el Senado, se apropió
de la tribuna, aludió a su condición de rotario y expuso
esa larga trayectoria académica y social, que lo llevó a
combatir la poliomielitis en el país, ''un viejo sueño que
me ha durado hasta la fecha, casi 70 años''.
De entrada dijo a Fernández de Cevallos que olían
muy bien sus habanos, pero no recibiría ninguno, porque sólo
fuma los lunes.
Recordó cuando en su juventud organizó una
novillada en Tampico. "Como yo tenía cierta experiencia de vago,
fui el primer espada y lo único que dije es: 'que sean novillos
de casta, porque los bueyes son un problema'. Bueno, los bueyes son un
problema en todas partes.''
El doctor Canseco recordó a Fox que el 18 de enero
de 1986, cuando se inició la campaña contra la polio, se
vacunó a 11 millones de niños mexicanos con la invaluable
participación de medio millón de voluntarios.
Y agregó: ''Es la movilidad social, señor
Presidente, la que puede dar viabilidad a un programa. El que sea -de alfabetización,
de nutrición, el que usted guste- requiere de movilización,
de convencimiento de la comunidad".
Se guardó un minuto de silencio en memoria de Belisario
Domínguez, "el demócrata de buena ley que no pretendía
avivar la discordia ni dividir a la sociedad", como calificó la
senadora Madrid Tovilla, quien al final, ya en el patio, después
de las acostumbradas guardias de honor ante la estatua del chiapaneco,
recibió la felicitación del presidente de la Suprema Corte,
Mariano Azuela, por su discurso.
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