México D.F. Martes 5 de octubre de 2004
La región enfrentará un periodo complicado
en 2005
La mayoría de las regiones
experimentarán un crecimiento acelerado, aunque el ambiente internacional
se está volviendo menos propicio para los mercados emergentes
El subcontinente está necesitado de cuantiosos
recursos financieros
Economist Intelligence
Unit /The
Economist
En 2004 el crecimiento económico global parece
encaminarse en promedio hacia su ritmo más rápido desde 1984.
The Economist Intelligence Unit prevé que el crecimiento del PIB
mundial (sobre la base de paridad del poder de compra) se acelerará
del 3.9% previsto en 2003 a un rápido 4.9% en 2004, y después
se moderará a un todavía robusto 4.2% en 2005 y 4% en 2006.
Residentes de Sao Paulo saquean la carga de galletitas
de un camión que se accidentó en la ruta Anhanquera, en diciembre
de 2003. El encarecimiento del crédito y las bajas tasas de interés
podrían derivar en una crisis de financiamiento en países
con debilidades políticas, y Brasil es tal vez el más vulnerable
entre los grandes FOTO AFP
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Si
bien la mayoría de regiones del mundo experimentan crecimiento acelerado,
Estados Unidos y China se expanden con excepcional rapidez. Japón,
segunda economía mundial y durante mucho tiempo la rezagada de la
OCDE, crecerá este año a una tasa similar a la de Estados
Unidos. India, Rusia, Tailandia y otros mercados emergentes también
se expandirán con extrema rapidez.
Sin embargo, el ambiente internacional se vuelve poco
a poco menos propicio para los mercados emergentes. Con excepción
de las economías de la zona del euro, la mayoría de los principales
mercados desarrollados se desacelerarán en 2005, lo cual aminorará
el ritmo de crecimiento de las exportaciones de muchos países emergentes.
Y ya se dan signos de que el panorama internacional de la liquidez comienza
a volverse contra los mercados riesgosos.
Este problema tiene particular agudeza en América
Latina. La región ha mejorado su desempeño económico
en fechas recientes, a medida que Argentina y Venezuela salen de recesiones
prolongadas y Brasil mejora poco a poco, apoyado por crecientes exportaciones
a China, precios más firmes de productos y una gradual mejoría
de la demanda doméstica, resultado en parte de la paulatina reducción
de las tasas de interés. Sin embargo, la región se caracteriza
por cuantiosos requerimientos financieros, impulsados por la necesidad
de renegociar sustanciales empréstitos externos.
El incremento de la aversión al riesgo, y la consecuente
elevación en las sobretasas de interés, significan que el
financiamiento se volverá más caro, los réditos locales
serán más altos y la demanda doméstica se debilitará
más en el año venidero. Se pronostica que, combinados con
una prevista disminución en la demanda de importaciones en la OCDE
y China, y con una estabilización en los precios de productos después
de varios años de veloces incrementos, estos factores conduzcan
a una moderación del crecimiento latinoamericano en 2005.
La producción en AL se recupera poco a poco. Después
de un crecimiento estimado de 1.6% en 2003, The Economist Intelligence
Unit pronostica que el PIB latinoamericano crecerá 4.3% en 2004
y 3.2% en 2005, ayudado por mejoras en México y Brasil, junto con
muchas de las economías más pequeñas. Números
positivos de crecimiento en Venezuela también elevarán el
promedio regional, si bien en este caso reflejan un rebote de la depresión
de los años recientes, más que una recuperación significativa.
Nuestra predicción para AL parte del supuesto de
que ninguna de las principales economías de la región encuentre
dificultades financieras como resultado de la reciente reducción
del apetito de riesgo entre los inversionistas de la OCDE.
Durante el año anterior la región ha recibido
grandes beneficios del bajo nivel de las tasas de interés en el
mundo desarrollado, lo cual ha animado a los inversionistas a comprar bonos
y acciones de alto rendimiento en los mercados emergentes. La liquidez
fluyó hacia AL y las sobretasas de interés de los bonos gubernamentales
de EU se estrecharon en forma dramática, lo cual redujo los costos
del crédito y estimuló un crecimiento más rápido.
Sin embargo, la anticipación de una restricción de la política
monetaria estadunidense (que ya ha comenzado) condujo a revertir la tendencia:
la liquidez salió de AL, las sobretasas se ensancharon y las tasas
de cambio se debilitaron. El encarecimiento del crédito tendrá
un efecto retardador sobre el crecimiento, reforzado por la prevista disminución
de la demanda de importaciones en China y EU en los próximos dos
años.
Además, en una región caracterizada por
desequilibrios fiscales y altas cargas de deuda, existe el riesgo de que
el encarecimiento del crédito y las débiles tasas de interés
conduzcan a una crisis de financiamiento en países con debilidades
políticas. Si bien por ahora no prevemos problemas significativos
en ningún mercado, sería prematuro descartar por completo
algunas dificultades, y Brasil es probablemente el más vulnerable
de los países grandes.
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