México D.F. Martes 5 de octubre de 2004
El BM critica las políticas que impulsa
todos los días: González Casanova
Houtart: el neoliberalismo, real genocidio
KARINA AVILES
Al
esbozar un panorama de las condiciones dramáticas que imperan en
el planeta a causa de los intereses del capital, el presidente del Foro
Social Mundial, Francois Houtart, advirtió que el capitalismo destruye
las dos fuentes de su propia riqueza: el hombre y la naturaleza. En ese
sentido destacó que el sistema neoliberal ''es un real genocidio'',
porque está acabando con capas enteras de la sociedad humana y del
entorno natural.
En el ciclo de conferencias Resistencias globales, el
científico social Pablo González Casanova -quien fue uno
de los comentaristas de la reflexión de Houtart- expresó
que en la historia universal de las mentiras nunca habían adquirido
éstas la importancia que tienen hoy en muchas disciplinas. A manera
de ejemplo expresó que el Banco Mundial critica las políticas
que impulsa todos los días.
Con el tema El contexto del altermundismo, Francois Houtart
impartió la primera de tres conferencias que ofrecerá en
el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades
de la UNAM, en el marco de su programa El mundo actual en el siglo XXI.
Ahí indicó que hoy día asistimos
de manera universal a la creación de las poblaciones no rentables
-bajo la óptica capitalista-, en razón de que éstas
no pueden comprar y no producen un valor que se pueda capitalizar. ''Es
una lógica fría y cínica.''
Sin embargo destacó que el capitalismo sí
es destructible, como ya Marx lo había planteado. Y una de las contradicciones
fundamentales de este sistema consiste en que al mismo tiempo en que tratan
de disminuir los costos de producción disminuye también la
posibilidad de tener clientes; en otras palabras, produce demasiado para
la población que no puede comprar, añadió.
El sociólogo belga centró su análisis
en los diferentes mecanismos que ha construido el capitalismo para extraer
las riquezas, situación que ha tenido como uno de sus efectos que
20 por ciento de las más ricos absorban 84 por ciento de los recursos
del mundo. ''Jamás la humanidad ha tenido tantas riquezas y nunca
como ahora ha tenido tantos pobres'', señaló.
En ese sentido, se refirió al servicio de la deuda
externa, cuyos pagos en aumento significan la imposibilidad de incrementar
la inversión pública; también abordó el tema
de las transferencias del sur al norte y las ganancias de las empresas
multinacionales, así como los subsidios a la agricultura por parte
de los países ricos que provocan, por ejemplo, que en Costa de Marfil
sea más barato comprar carne europea que producirla en el lugar.
También tocó la cuestión de las naciones
con derecho de voto en el Fondo Monetario Internacional, mismo que no es
en función del país, sino del capital, pues recordó
que Bélgica, con 10 millones de habitantes, tiene más votos
que 300 millones de africanos.
Las naciones con el mayor capital tienen un crecimiento
enorme, en tanto que los más pobres ''se quedan en una situación
más o menos de igualdad''. Pero la diferencia entre ambos siempre
aumenta y, por esa razón, no se puede hablar de un retraso de las
naciones ''subdesarrolladas'', pues es una ''idea totalmente falsa''.
En 1994, los 200 más ricos acumulaban 440 billones
de dólares, que cuatro años más tarde sumaron mil
42 billones, ejemplificó. Consideró que la deslegitimación
del sistema capitalista es el primer paso que hay que dar, y en segundo
lugar se debe tener claro que no es un problema de ajuste, pues los organismos
que lo encarnan no son reformables, porque la filosofía de base
en que éstos se apoyan es irreformable.
En la ronda de comentarios, el investigador Víctor
Flores Olea habló sobre la importancia de pensar el proceso posible
de transformación desde el punto de vista del sujeto histórico.
Por su parte, el defensor de derechos humanos Miguel Concha
dijo que ahora resulta que los demócratas liberales de América
Latina están muy preocupados por la democracia, y recordó
el estudio donde se establece que casi 50 por ciento de la población
latinoamericana está dispuesta a renunciar al régimen democrático
si hay otros que le solucionen el problema económico.
Por su parte, la experta Roberta Traspadini planteó
la necesidad de reflexionar sobre las alternativas que quedan desde el
espacio institucional frente a partidos políticos de ''izquierda''
inexistentes en nuestra región.
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