México D.F. Martes 5 de octubre de 2004
Si esa tendencia continúa nos llevará a una ''recaída caciquil'', alerta Diego Valadés
El caso Tlaxcala amenaza con hacer del país una ''república dinástica''
Ni en el porfiriato se atrevieron a dejar como sucesores a familiares, señala el jurista
KARINA AVILES
El director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Diego Valadés, expresó que casos como el de Tlaxcala, en el que la esposa del gobernador busca suceder a su cónyuge en el cargo, amenazan con convertir nuestra república democrática en una ''república dinástica'', y si esta tendencia continúa nos llevará a una ''recaída caciquil'' que no se vio ni siquiera durante el periodo de Porfirio Díaz.
El jurista consideró que el gobernador Alfonso Sánchez Anaya debe renunciar, pues de lo contrario afectará la vida institucional de su estado, y de repetirse esta práctica a nivel federal se vulnerará la vida institucional.
''No es posible que quien ocupa una posición de poder contribuya desde esa posición a la elección nada menos que de su esposa. La señora senadora (Maricarmen Ramírez) tiene derecho a ser candidata; el que no tiene derecho a vulnerar la neutralidad política en su estado y a generar una condición de privilegio para una candidata es el señor gobernador'', destacó.
Entrevistado en el contexto del seminario A 180 años de la Constitución de 1824, realizado en el IIJ, recordó que ni en el periodo porfirista se atrevieron ni el presidente o sus aliados en los gobiernos estatales a dejar como sucesor a un miembro de una familia. Por ello la tendencia que se observa en Tlaxcala y en otras entidades pone de manifiesto una urgente revisión del sistema de partidos y una regulación del régimen democrático en la vida interna de estas organizaciones políticas, ya que dicha situación podría reproducirse a nivel federal.
También es necesaria una primera reforma a la organización del poder, porque todavía ''subsiste en México una tendencia patrimonialista en relación con la lucha política. En tanto que en un sistema presidencial arcaico como el nuestro, en el que quien gana gana todo y el que pierde pierde todo, lo único que hacemos es estimular una lucha sin cuartel entre los contendientes. Esto hay que modificarlo urgentemente si queremos tener una elección civilizada y que se lleve a cabo en términos de razonabilidad''.
Expresó que la primera necesidad consiste en tener un proceso electoral democrático y pacífico en 2006, y para ello es necesaria una reforma electoral con el fin de prever casos como el de Tlaxcala y el financiamiento de campañas y precampañas. En estas últimas existe el ''riesgo de que se inviertan recursos acerca de los cuales los ciudadanos no lleguemos a estar informados nunca''.
El ex procurador general de la República consideró que hay un riesgo para la democracia en el país y ''no podemos cerrar los ojos ante el peligro de una recaída autoritaria con motivo de las elecciones en 2006''.
Al preguntarle hacia dónde conduciría el que se practiquen elecciones de Estado, respondió: ''A que acabemos viviendo un veranillo democrático''. Por otro lado, se refirió a los intentos de reformar el artículo 122 constitucional, con lo que se recortaría el presupuesto al gobierno capitalino para disminuir su capacidad de gestión, y dijo que se trata de una propuesta ''inoportuna, en un momento de gran tensión''.
En entrevistas por separado, el senador priísta César Camacho consideró que las amenazas del gobierno federal para aprobar las reformas tal como las plantea son una medida desesperada e inoportuna. Por su parte, el legislador del PAN Fauzi Hamdan dijo que si las reformas se aprueban nuestro crecimiento podría superar los niveles de Estados Unidos. Reiteró que la propuesta hacendaria tiene que llevar el impuesto al valor agregado en alimentos, medicinas, transportes y servicios, y los que piensen que este impuesto afectará a las familias más necesitadas están equivocados.
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