México D.F. Sábado 2 de octubre de 2004
Hay mujeres, niños y ancianos entre los
fallecidos, reportan médicos iraquíes
Deja unos 110 muertos ataque de EU al bastión
rebelde de Samarra
Fallujah será recuperada en las próximas
semanas, según ministros del gobierno interino de Irak
Los militares estadunidenses "nos están matando
para poder salvarnos", dice un maestro retirado
KIM SENGUPTA THE INDEPENDENT
Bagdad, 1º de octubre. Fuerzas estadunidenses
encabezaron un asalto al bastión rebelde de Samarra a primera hora
del viernes, lanzando una ofensiva de envergadura para recuperar el control
de esta ciudad, una de la zonas "prohibidas" para los occidentales, en
anticipación de las elecciones iraquíes.
Unas 110 personas fueron asesinadas y cerca de 180 quedaron
heridas en esta ciudad asediada por bombardeos aéreos y bombas arrojadas
desde tanques.
El ejército estadunidense aseguró que los
muertos eran insurgentes, pero doctores en la ciudad reportaron mujeres,
niños y ancianos entre los fallecidos, mientras miles de personas
huían de esta histórica localidad, ubicada a 96 kilómetros
al norte de Bagdad.
El
ataque estadunidense, respaldado por fuerzas iraquíes, fue el primero
sobre el enclave rebelde que quedó fuera del control de las autoridades
de ocupación des-de que hubo sangrientas batallas en Fallujah y
Najaf.
Safarra, Fallujah y el barrio de Ciudad Sadr, en las afueras
de Bagdad, han quedado fuera del control de los estadunidenses y del gobierno
interino iraquí.
La operación de este viernes parece ser el primer
paso de Estados Unidos en el camino de cumplir la promesa de retomar enclaves
guerrilleros para que puedan celebrarse las elecciones, programadas en
enero próximo.
Ciudad Sadr fue escenario de enfrentamientos cuando los
estadunidenses llevaron a cabo redadas en un barrio pobre chiíta,
la noche del jueves, en donde murieron ocho iraquíes.
La violencia se suscitó horas después que
Bagdad vivió un día de atentados suicidas con coche bomba
en que murieron 51 personas, de las cuales 35 eran niños, y 208
personas resultaron heridas.
El mismo jueves, un comunicado presuntamente emitido por
el grupo Tawhid wal Jihad, encabezado por el jordano Abu Musas Zarqawi,
reivindicó en un sitio de Internet la responsabilidad por estas
"operaciones heroicas". Se cree que esta célula retiene al rehén
británico Kenneth Bigley.
Mientras, Philippe Brett, me-diador no oficial en las
negociaciones para liberar a los periodistas franceses Christian Chesnot
y Georges Malbrunot, dijo a una estación radial que "se encontraba
sentado junto a ambos rehenes".
Sin embargo, no hubo confirmación alguna del contacto,
y au-toridades francesas aseguran que no tienen información sobre
los esfuerzos realizados por Brett.
Un trabajador de la construcción turco, Yahlin
Kaya, fue liberado por los estadunidenses durante la operación militar
en Samarra. El ejército de ocupación afirmó que un
soldado murió y cuatro resultaron heridos durante la ofensiva.
Un vocero del ejército estadunidense insistió
en que casi todos los muertos por la ofensiva militar eran combatientes,
pero según médicos del hospital general de Samarra, de los
primeros 47 cuerpos que recibieron 11 eran mujeres, cinco niños
y siete ancianos.
El hospital también señaló que se
le estaban agotando los suministros de emergencia y seguían llegando
más heridos.
Los ministros iraquíes han es-tado diciendo que
Fallujah, donde se cree tiene sus bases el grupo de Zarqawi, será
recuperado en las próximas semanas.
Sin embargo, otros observadores creen que la versión
es prácticamente improbable, al menos an-tes de que se celebren
las elecciones estadunidenses de noviembre.
Que los rebeldes se hicieran del control de Samarra ocurrió
después de un cese del fuego no oficial y un repliegue del ejército
estadunidense, el 30 de mayo.
Los invasores regresaron brevemente el 9 de septiembre
con la protección de un acuerdo de paz auspiciado por jefes tribales
a quienes proveen de millones de dólares para la ayuda a la reconstrucción,
a cambio de que ellos intenten poner fin a los ataques contra las fuerzas
de la coalición.
Pero los enfrentamientos esporádicos continuaron
hasta el martes anterior, cuando hombres fuertemente armados y encapuchados
que llevaban banderas del grupo de Zarqawi desfilaron desafiantes por las
calles a bordo de vehículos repletos de armamento.
Las tropas de la primera división de infantería
estadunidense, de la Guardia Nacional y del ejército iraquí
ingresaron a Samarra en las primeras horas de hoy, resguardadas por un
intenso bombardeo y reforzadas con artillería.
Fueron atacadas por los rebeldes, que dispararon granadas
lanzadas con cohetes, ametralladoras y rifles semiautomáticos. Un
helicóptero fue impactado por fuego de armas ligeras, pero logró
aterrizar sin problemas.
Las fuerzas estadunidenses lo-graron hundir dos embarcaciones
que navegaban en el río Tigris, las cuales, según las tropas
ocupantes, iban cargadas de armas para los insurgentes.
Represalia sangrienta
En medio del fuego de granadas y rifles, los habitantes
de Samarra pudieron ver el humo proveniente de la zona donde se encuentra
el templo de los imanes Ali al Hadi y Hassan al Askari, uno de los más
sagrados santuarios chiítas.
El mayor Neal O'Brien, de la primera división de
infantería, aseguró que el templo no fue da-ñado en
las operaciones.
Un comunicado del ejército de Estados Unidos indicó
que la ofensiva fue una respuesta a "re-petidos e injustificados ataques
de las fuerzas antiraquíes".
El objetivo de la ofensiva de las tropas invasoras era
"facilitar procesos gubernamentales ordenados, matar o capturar a fuerzas
antiraquíes y establecer condiciones para avanzar hacia mejoras
en la infraestructura y calidad de vi-da", afirmó la declaración.
Los hogares fueron aplastados y decenas de automóviles
ardían. La población de Samarra, cuyo suministro de agua
y electricidad fue suspendido por las fuerzas de Estados Unidos y del gobierno
interino iraquí, se ocultó en sus casas. Dicen, sin embargo,
que muchas personas quedaron atrapadas en el fuego cruzado.
"Estamos aterrados por esta violencia que utilizan los
soldados estadunidenses para someter a la ciudad. Mi esposa e hijos están
muertos de miedo y no han podido dormir durante toda la noche. Espero que
los combates terminen lo más pronto posible", dijo Mahmoud Saleh,
servidor público de 33 años de edad.
Rahim Abdul Karim, maestro retirado, indicó: "Hay
muchos muertos y todos son gente común. Han utilizado tanques, aviones
y bombas. Nos están matando para poder salvarnos".
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
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