México D.F. Miércoles 29 de septiembre de 2004
Aires mexicanos es el resultado de la
cruzada emprendida por Silvia Navarrete
Rescatan en un disco 11 obras nacionalistas del siglo
XIX
Sólo se ha recuperado la música para salón,
pero falta hacer lo mismo con la de concierto, dice
Las invasiones de EU y Francia propiciaron el germen
de esa vertiente, expresa la pianista
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
A
mediados del siglo XIX tuvo lugar en México un movimiento musical
nacionalista del que surgieron obras de notable calidad, pero que hoy son
prácticamente desconocidas.
Consciente de su valor estético e histórico,
la pianista Silvia Navarrete se dio a la tarea de rescatar y grabar 11
de esas composiciones y las reunió en el disco Aires mexicanos.
Música para piano del siglo XIX.
Hasta ahora sólo se ha recuperado parte de la música
para salón del siglo XIX, explica, pero no ha ocurrido lo mismo
con las obras para concierto: ''Durante toda la primera mitad del siglo
XIX los compositores era amateurs que escribían valses y mazurcas
para los bailes de salón".
En 1867 se fundó el Conservatorio Nacional del
cual egresan músicos profesionales que ya tienen la posibilidad
de estudiar y empieza a desarrollarse la música de concierto para
piano. En concordancia con el ánimo nacionalista que se arraigó
en el país tras las sucesivas invasiones de Estados Unidos y Francia,
surge el germen de la música nacionalista mexicana.
Recuperación de un pasado
Entre las razones para grabar esas obras, Navarrete menciona
el hecho de que nadie hasta ahora las había grabado: ''Han estado
durmiendo el sueño de los justos; tienen una gran calidad e históricamente
tienen un valor muy importante".
Tras la revolución de 1910, la música compuesta
en el siglo XIX fue anatematizada ''porque erróneamente se le confunde
con la que se tocaba en los salones para los rotos, para una clase
social alta. Entonces, pagan justos por pecadores".
El primer acercamiento de Silvia Navarrete a la música
se dio en su infancia, cuando su abuela la sentaba sobre su regazo y le
cantaba canciones antiguas. La preparación y grabación del
disco es una forma de recuperar su pasado personal, ''pero también
puede serlo para otra gente".
En colaboración con el musicólogo Karl Bellinghausen,
Silvia dedicó dos años al rescate y estudio de las obras
incluidas en Aires mexicanos: ''Karl ha estudiado durante años
esa época, él me ayudó a escoger las mejores o las
más emblemáticas".
-¿Cuáles fueron los criterios de selección
de las obras grabadas?
-Su calidad musical ante todo y su importancia histórica.
Por ejemplo, tenemos la Marcha de Zaragoza, de Aniceto Ortega (1823-1875),
quien además fue médico y un ginecólogo precursor
de muchas técnicas. La escribió luego del triunfo del general
Ignacio Zaragoza ante los franceses.
''Durante las guerras franco-prusianas del siglo XIX,
los alemanes se las silbaban a los franceses para recordarles que habían
perdido la guerra hasta con los mexicanos desharrapados.''
Cuando Juárez asumió el gobierno de la República
restaurada, se tocaba un himno nacional prosantanista: ''todo era loas
a Santa Anna, y eso a Benito Juárez no le gustaba, entonces utulizaba
la Marcha Zaragoza" como himno nacional.
Otra obra del disco es Idegonda, de quien es considerada
la primera compositora mexicana, Guadalupe Olmedo (1854-1889).
Se trata de una paráfrasis a una ópera de
Melesio Morales (1838-1908), una de las más famosas del México
decimonónico.
Ante la falta de grabaciones o de radio, la única
forma que se tenía para conocer las óperas de autores extranjeros
era la reducción o paráfrasis.
Escuelas italiana y francesa
Silvia Navarrete sostiene que la paráfrasis realizada
por Olmedo a Idegonda ''no le pide nada en calidad musical a una
paráfrasis de Lizst".
En todos los casos, se trata de ''obras virtuosísticas",
apegadas a la partitura original y muy exigentes para el ejecutante. En
la selección están representadas las dos escuelas de mayor
influencia en México en la época: la italiana y la francesa.
A la italiana pertenecía Morales, de quien se incluyen
dos obras, Manuelita y Mírame mis ojos. Esta última
la escribió en memoria de una de sus hijas, que murió a los
cuatro años mientras el autor se encontraba de viaje para estudiar
en Florencia.
El se entera después que las últimas palabras
de la niña al morir fueron: ''Mírame mis ojos". Entonces
compone este adaggio ''que es una obra muy fuerte y muy bella".
La escuela francesa está representada por Gustavo
Campa, Ricardo Castro y Ernesto Elorduy.
-¿El nacionalismo del siglo XX tiene conexión
con el del siglo XIX?
-Hay que diferenciar. El del siglo XIX surgido después
de la invasiones de Estados Unidos y Francia buscaba un lenguaje mexicano,
pero todavía con mucha influencia europea. El nacionalismo posterior
a la Revolución ya tiene otro lenguaje.
(Aires mexicanos. Música para piano del siglo
XIX será presentado mañana en el Alcázar del Castillo
de Chapultepec a las 18:30 horas.)
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