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CAIMAN 27 de septiembre de 2004

Ronald Buchanan

La población de las islas Caimán no llenaría ni la mitad del estadio Azteca. Pero este pequeño archipiélago caribeño, uno de los últimos vestigios del imperio británico, es el quinto centro financiero más importante del mundo, con más de 600 bancos y empresas fiduciarias que manejan 1.1 billones de dólares en depósitos (y eso sí, son billones de los de lengua española).

De ahí que los informes de los destrozos del huracán Iván hayan causado preocupación alrededor del mundo en los departamentos de finanzas de las grandes corporaciones ­Pemex incluido­ y en las opulentas mansiones de los superacaudalados.

Iván arrasó con por lo menos los techos de varios edificios en las islas, algunos modernos; mató a dos habitantes, y dejó el archipiélago inundado y sin luz y telecomunicaciones durante varios días.

Pasado lo peor, sin embargo, el gobernador Bruce Dinwiddy, representante en las islas de su majestad británica, anunció que el sector financiero estaba a salvo y podría comenzar operaciones casi en seguida. No se había perdido nada, aunque los atrasos en las transacciones parecían inevitables.

Pese a daños en los sistemas de cómputo, todas las empresas de servicios financieros tenían copias de sus bases de datos en otros lugares, como Bermudas y Nueva York, hasta donde las comunicaciones pueden ser redirigidas en caso de desastre.

A partir de los atentados del 11 de septiembre, la práctica de tener sedes alternativas para la información financiera es casi universal entre las empresas.

Los únicos documentos que no pueden ser guardados en las computadoras son los bonos y títulos accionarios al portador, muchos por sumas millonarias. Como los cheques al portador, que pueden ser cobrados por cualquiera, los bancos los guardan en bóvedas fortificadas.

Las Caimán son líderes mundiales en los llamados "fondos de cobertura" (hedge funds), con más de 3 mil 600 registrados en las islas. Los fondos de cobertura son instrumentos que usan los ricos, y también varias instituciones, para manejar sus inversiones multimillonarias. Las Caimán tienen doble ventaja: ofrecen una discreción absoluta y no cobran impuestos.

Existen otros servicios. Con una celeridad que dejaría asombrados a los que tratan de instalar una taquería en la delegación Cuauhtémoc, se puede incorporar una empresa en las islas en sólo dos días y pagando únicamente 575 dólares (6 mil 500 pesos).

Muchas son las empresas grandes que han aprovechado esas facilidades para establecer subsidiarias financieras en las islas. Allí están Pemex, Finance Ltd y la china Xinhua Financial (si escuchas un ruido al leer estas líneas ha de ser que el presidente Mao está dando vueltas en su tumba). Xinhua Financial es la subsidiaria de información financiera de la agencia noticiosa estatal de la República Popular.

No todos los clientes de los servicios financieros de las Caimán, sin embargo, tienen propósitos honestos. Parmalat, la empresa italiana de productos lácteos que enfrenta múltiples cargos de fraude, utilizó un fondo en las islas para esconder 600 millones de dólares del fisco de su país. Halliburton, la empresa de servicios petroleros alguna vez presidida por Dick Cheney, vicepresidente de Estados Unidos, enfrenta una investigación criminal en Texas bajo acusaciones de haber hecho negocios con una subsidiaria en las Caimán de la petrolera estatal de Irán, país identificado por el presidente Bush como miembro del "eje de mal".

Organizaciones internacionales siguen presionando a las Caimán para que ofrezcan mayor transparencia en sus operaciones. Pues sí lo haremos, ha sido la respuesta, pero únicamente si todos los demás refugios offshore hacen lo mismo; si no, simplemente perderemos negocios. Así que, todos coludos o todos rabones  §

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