México D.F. Domingo 26 de septiembre de 2004
Primer concierto del grupo norteño en Barcelona; el público no lo dejaba ir
Los Tigres rugieron hasta que les apagaron las luces
ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA
Barcelona, 25 de septiembre. Casi los sacaron a la fuerza mientras el público pedía otra y otra y otra. Fue el primero de dos conciertos que el grupo Tigres del Norte ofreció este fin de semana en el Fórum Universal de las Culturas.
Su espectáculo, el viernes por la noche, puso en práctica aquello de la diversidad cultural: decenas de personas de todas partes del mundo, aunque predominaron los latinoamericanos, corearon sus canciones y, si de plano no se sabían las letras, aplaudieron, silbaron y movieron los pies al ritmo de los balazos que Camelia La Texana dio a Emilio Varela.
Minutos antes del concierto, en el escenario Marina, una leve llovizna (de esas que no mojan pero sí molestan) hizo temer que se convertiría en chubasco, pero la lluvia respetó al grupo norteño que cantó durante poco más de una hora tratando de cumplir la mayoría de las peticiones que les llegaban en papelitos y papelotes.
Tres veces se despidieron de su público que quería escuchar Jefe de jefes. Tres veces pidieron permiso a las autoridades del fórum para seguir cantando. Tres veces los dejaron continuar, pero finalmente las luces se apagaron y no les quedó de otra: tuvieron que dejar el escenario.
Cantaron La puerta negra, La banda del carro rojo, La reina del sur, Me regalo contigo, El avión de la muerta y, poquito antes de terminar, Las mujeres de Juárez. Hasta esta ciudad mediterránea llegó la demanda para que se esclarezcan los asesinatos que han ocurrido y ocurren en esa localidad mexicana.
''Las muertas de Ciudad Juárez son vergüenza nacional'', dice el principio de esa canción y un fuerte aplauso acompañó la propuesta de que si no es la ley local será la sociedad la que haga justicia.
Entre canción y canción mandaron saludos, que si a Tabasco, a Guanajuato, a Morelia, a Cuernavaca, a Honduras, a Sinaloa, a Chile, a Colombia y, por supuesto, a Barcelona.
Gritos y aplausos los despidieron. No alcanzaron a cantar Jefe de jefes. A lo mejor sí les dio tiempo en el concierto que ofrecieron la noche de este sábado.
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