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México D.F. Domingo 26 de septiembre de 2004
José Antonio Rojas Nieto
La marcha del mercado petrolero
Dos aniversarios a celebrar con entusiasmo: la fundación de La Jornada y la nacionalización de la industria eléctrica. šVenturosa Jornada con un equipo que lucha por información y análisis alternativos! šPobre nacionalización de la industria eléctrica, tan vilipendiada en los hechos por un gobierno que debiera distinguirse en defender ese servicio público! Ya lo comentaremos pronto. Hoy observemos un poco la impresionante marcha de un mercado petrolero que este viernes llevó los precios a uno de sus niveles corrientes más altos de su historia, aunque todavía muy por debajo del nivel real de 1981: casi 49 dólares por barril para el caso del ligero marcador del mercado bursátil de Nueva York (Nymex) y 37.31 para la mezcla mexicana, que por la amenaza oficial de los diseñadores fiscales deberá promediar 23 dólares el próximo año. Por cierto, este nivel ya cercano a los mágicos 50 dólares casi se alcanzó a mediados de agosto, luego de lo cual se derrumbó casi cinco dólares para arribar nuevamente a esta alta cotización el viernes. ƑQué diablos pasa?, se preguntan en todo el mundo.
Se ratifica que desde hace casi año y medio vivimos un ambiente petrolero caracterizado por una demanda en recuperación y una oferta con crecientes limitaciones, y al que se agrega en septiembre la retracción de la producción y de los inventarios estadunidenses por el paso del huracán Iván en el Golfo de México. Este mismo fenómeno explica el alza de la cotización de referencia del gas natural, que el viernes pasado cerró en 6.07 dólares por BTU (siglas en inglés de la unidad térmica británica de referencia). Ahora bien, según las autoridades estadunidenses del caso (MMS, por las siglas en inglés del US Minerals Management Service), la presencia del huracán Iván implicó una baja en la producción de aproximadamente 580 mil barriles de crudo y 2 mil 400 millones de pies cúbicos de gas natural, correspondientes respectivamente a 34 y 20 por ciento de la producción en el Golfo de México (28 y 19 por ciento al cierre del viernes, por los trabajos iniciales de reparación), y a cerca de 3 y 4 por ciento del consumo actual de estos hidrocarburos en Estados Unidos. Además, por la destrucción de siete plataformas de producción entre los días 13 y 22 de septiembre, el paso de Iván representó la pérdida de casi 10 millones de barriles de crudo y de 38 mil 600 millones de pies cúbicos de gas natural de producción. Más aún, la disminución acumulada de los meses de septiembre y octubre pudiera llegar a 85 o 90 millones de barriles de crudo. Con ello la presión sobre unos disminuidos inventarios anunciados esta misma semana por el Departamento de Energía ha sido y será mayor, y se suma al sostenimiento de precios altos. Incluso ya se debate fuertemente sobre las condiciones para recurrir a la reserva estratégica.
Según el mismo MMS, superar esto llevará entre 45 y 60 días, y obligará a importar más crudo, dados los momentos de elevación estructural (por crecimiento económico) y estacional (por invierno) de la demanda. Así, viviremos más meses de presión sobre las cotizaciones del crudo, como ha quedado demostrado esta semana en el vecino país, donde se consume la cuarta parte del crudo y del gas natural en el mundo: poco más de 20 millones de barriles diarios de crudo y cerca de 60 mil millones de pies cúbicos de gas natural también diarios, en promedios anuales. Pero además de estos cuatro elementos de presión del momento (efectos del huracán, baja de inventarios y elevación estructural y estacional de una demanda que en el invierno llegará a 85 millones de barriles al día, luego de exigir 82 en septiembre y octubre), hay dos más que hacen el ambiente aún más complejo, de presión. Uno de coyuntura y otro más estructural: 1) el control de futuros del crudo por parte de fondos de inversión que han exigido un premio sobre el precio corriente del crudo (se habla de no menos de tres dólares); 2) el cada vez más bajo margen de capacidad excedente de producción, resultado del largo periodo de casi 10 años de bajos precios, que llevó las actividades de perforación a los más bajos niveles con el descenso de precios de 1998 y que, como lo muestran las estadísticas actuales, se ha ido recuperando muy poco a poco con la elevación de precios. Las estimaciones más optimistas respecto a la ampliación de la capacidad de producción de crudo en el mundo -primordialmente en el Medio Oriente, Rusia, Africa y el Mar del Norte- consideran que el tiempo de maduración de los nuevos equipos que se han ido incorporando a la exploración y explotación primarias dará frutos en no menos de tres o cuatro años. Esto implica un elemento más en la conformación del llamado hoy premio de escasez que se registra en el mercado petrolero, y que en algunos meses como el de agosto pasado superó los 10 dólares. Es indudable, entonces, que tenemos un mercado realmente complejo y sometido a una fortísima presión. Y que los precios altos tienen no menos de 10 razones para sostenerse así, altos. En este contexto -sí, en este contexto- la Secretaría de Hacienda propone una mezcla mexicana de 23 dólares por barril en promedio para el año 2005, 14 por debajo del registro del pasado viernes. En el mundo petrolero esa baja no se observa. En todo caso se habla de un precio dos o tres dólares menor para los referentes en el año 2005. ƑPrudencia presupuestal o astucia hacendaria? šVieja maña, sin duda! [email protected]
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