México D.F. Sábado 25 de septiembre de 2004
En la sección oficial presentan también el filme Bombón, el perro, del argentino Carlos Sorín
Coproducción Irak-Irán se roba los corazones en San Sebastián
La cinta Las tortugas también vuelan, de Bahman Ghobadi, narra la historia de unos niños kurdos, actuada por ellos mismos El actor estadunidense Jeff Bridges recibió el tercer y último premio Donostia
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
San Sebastian, 24 de septiembre. Si se pensaba que con películas como Horas de luz, del director español Manolo Matjí; Roma, del argentino Adolfo Aristarain; Omagh, del irlandés Pete Travis; Carta de una desconocida, de la china Xu Jinglei; Silver city, del estadunidense John Sayles, y otros dos o tres títulos más, la competencia por la Concha de Oro ya estaba más que reñida, se ha venido a sumar de manera contundente Las tortugas también vuelan, del kurdo iraní Bahman Ghobadi e interpretada por decenas de niños refugiados.
Esta cinta, considerada por varios críticos como una de las más bellas y la última en proyectarse entre los 16 filmes de la Sección Oficial en competencia en el 52 Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián, es una tragedia dentro de otras tragedias más generales: la historia de unos niños kurdos iraquíes, actuada por ellos mismos, dentro de un campo de refugiados poco antes de la invasión de Irak por parte de Estados Unidos. Es la víspera de la caída del régimen de Sadam Hussein, quien mantenía una política de agresión hacia el Kurdistán de su país.
Muerte, suicidio, violencia, zonas con minas donde los niños trabajan para desactivarlas y venderlas, mutilaciones, heridas en cuerpo y alma, fuertes lazos solidarios y hasta una historia de amor, son el contexto en el que Ghobadi, también guionista de la película, sitúa a sus personajes. Destacan dos huérfanos: una niña-madre de un pequeño de tres años, producto de una violación, y su hermano mayor, quien carece de brazos y es capaz de predecir el futuro, de vislumbrar hechos verdaderos que afectarán sus vidas y la de los demás.
Esto último funciona como metáfora y crítica de otro ángulo importante abordado por el director en esta coproducción Irak-Irán: el control informativo de los medios de comunicación. "Las cadenas de televisión pertenecen a grupos de intereses que consideran a los ciudadanos del mundo como simples figurantes. Ellos nos usan como juguetes y nos imponen su guerra sucia para ganar más dinero".
Pero en realidad el protagonista del filme es el adolescente Kak Satélite (Avaz Latif), apodado así por su apego a las pantallas parabólicas; personaje entrañable, carismático y con amplio liderazgo entre los demás pequeños. Latif, explicó Ghobadi a los periodistas acreditados, estaba invitado al festival pero no pudo asistir debido a problemas burocráticos con su visado, en parte quizá porque tiene 16 años.
"Por sus experiencias de vida, esos niños kurdos de los campos de refugiados han envejecido muy rápido; son viejos en cuerpos de niños", reflexionó el director iraní, y expresó que, como kurdo, está de acuerdo en la salida de Hussein, pero le entristece la invasión de las tropas estadunidenses en Irak porque "los problemas siguen existiendo".
La penúltima película en la lista de competencia por la Concha de Oro es Bombón, el perro, del argentino Carlos Sorín, reconocido director de Historias mínimas y quien ahora aborda el caso de un mecánico desempleado (Juan Villegas) y su incursión azarosa en el mundo de la crianza de perros finos. Esta nueva cinta también se desarrolla en la Patagonia como metáfora de la soledad interior de los personajes.
Sorín en entrevista con la agencia Dpa dijo sobre su cinta: "La ficción ya tiene un propietario que es el cine estadunidense, que lo hace cada vez mejor. Una de las zonas que nos queda es la que está más cerca del documental... Cuando la crisis externa es muy grande, la realidad se mete dentro del cine. Es muy difícil hacer una ficción en Argentina sin que te afecte la crisis que está en la puerta de tu casa... La desocupación es mucho más dramática en una persona mayor. Siente que perdió el mundo. Es lo más parecido a la muerte.''
Carlinhos Brown y Bebo Valdés
La noche de este jueves, la música del brasileño Carlinhos Brown y del pianista cubano Bebo Valdés se entregaron y lograron la entrega de un público que abarrotó el Velódromo de Anoeta durante un concierto que concluyó a la una de la mañana y que estuvo permeado por la vibra espiritual, humanitaria y solidaria del autor de Sambadream.
El concierto estuvo precedido por la proyección de la película El milagro de Candeal, del director español Fernando Trueba, y en la que se da un encuentro musical entre Brown y Valdés, entre Brasil y Cuba. Candeal es una favela de Salvador de Bahía en la que Carlinhos Brown ha desarrollado un reconocido trabajo comunitario a través de la música: la creación de una escuela y de varios grupos.
Trueba comentó que "la película nació de dos cosas: la invitación de Carlinhos Brown para conocer su comunidad y de algo que Bebo Valdés me había dicho varias veces: 'El único lugar que me gustaría conocer antes de morir es Salvador de Bahía'". Y es que Candeal, reconoció Trueba, "es un reducto de humanidad".
Durante la noche de este viernes, en una ceremonia en el centro de convenciones Kursaal, el actor estadunidense Jeff Bridges recibió el tercer y último Premio Donostia de esta edición 52 del festival. Antes, por la tarde, el premio Personalidad europea del año fue entregado a la comisaria de Educación y Cultura de Europa, Viviane Reding, por el impulso al cine europeo.
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