Los 643 caficultores de la sociedad exportan ya su producto a varios países de Europa

La cooperativa Mutvitz, prueba de la legalidad de la autonomía en Chiapas

Logra la agrupación impulsar nuevo oficio para las artesanas que confeccionaban sacos

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

La Estacion, Chis. 22 de septiembre. Las cooperativas de los hombres y las mujeres de San Juan de la Libertad llevan nombres tan improbables como Cerro del Pájaro o Rinoceronte (en tzotzil Mutvitz y Xulum Chon, respectivamente). Tan improbables como su existencia misma. Y han resultado viables. Sin subsidios ni precios de protección, fuera de los programas gubernamentales, y sin tener que entregar su café a las trasnacionales para que lo hagan picadillo, o sea "soluble", Mutvitz es prueba de que, a pesar del cerco militar y económico, la autonomía tiene salida. Y para colmo, legal.

El efecto es expansivo. En estos días, 230 de los 500 miembros de Cirsa (una cooperativa oficialista de caficultores de Simojovel) solicitaron su baja para ingresar a Mutvitz. Todos ellos son zapatistas del municipio autónomo 16 de Febrero. Argumentan que la mesa directiva de Cirsa, a la que identifican como "priísta", hace malos manejos, no entrega cuentas ni ofrece precios buenos. Los que quieren cambiar no sólo prefieren las prácticas de Mutvitz, sino que además ya son caficultores orgánicos y tramitan su certificación para ingresar a la cooperativa autónoma.

-No es así de simple que entren con nosotros, aunque sean compañeros zapatistas -dice José Ramón Díaz Hernández, presidente de Mutvitz, cooperativa que nació en San Juan de la Libertad pero ya agrupa a 634 productores autónomos de San Andrés Sakamch'en, Magdalena de la Paz, Bochil, Chalchihuitán y Simojovel.

-Para el trámite se necesita una carta de Cirsa. Los que se van lo hacen por su propia voluntad. No los estamos jalando, no tenemos nada que ver, pero si quieren venir con nosotros, pedimos constancia de que son "orgánicos" (productores de café orgánico). No esperamos que la mesa priísta la dé. Se necesita tramitar en Certimex (empresa certificadora) el documento de constancia.

-Cuando uno cambia a "orgánico", pasa tres años en transición, y tiene que probar que cumple los requisitos -explica Andrés Ruiz Gómez, secretario de Mutvitz.

Una casa modesta pero sólida en la comunidad La Estación sirve de oficina y salón de reuniones para Mutvitz. Una gran cantidad de bancos y sillas de madera, tres mesas y una gran báscula llenan la sala en la que cinco miembros de la mesa directiva hablan con La Jornada. Vienen llegando de San Cristóbal de las Casas, donde acudieron ante un notario para protocolizar algún documento de la sociedad. Ladera abajo, al otro lado de la carretera, se encuentra el beneficio cafetalero Tzotzil Otik ("de todos los tzotziles"), construido por el gobierno, que agrupa a campesinos del PRI, el PRD y el PT.

-Damos más por producto que ellos, y tenemos tarifa fija -señala Díaz Hernández. Refiere que muchos miembros de las sociedades vecinas son padres, hijos, hermanos, "y no hay conflicto".

Mutvitz data de 1997, "antes de ataque contra San Juan de la Libertad", pero se constituyó formalmente en 1998, luego del "desmantelamiento" de su municipio autónomo. Desde entonces se orientó a la producción de café orgánico para insertarse en las redes alternativas de comercio internacional. Su primer comprador fue Kerry Appel, quien les abrió el mercado en Estados Unidos; hoy tienen varios clientes. Con el tiempo colocaron su producto en Alemania, Suiza, Francia, y ahora existen además cafeterías solidarias con los zapatistas en Zürich y otras ciudades.

-El año pasado exportamos 15 contenedores, con 250 sacos de 69 kilos cada uno. Cada vez aumentamos. Hace dos años alcanzamos 10 contenedores, y para 2004 esperamos llegar a 18 o más -expone el presidente de la cooperativa.

-Se paga 1.41 dólares por libra, pero ese monto va disminuyendo con el gasto de exportación, resguardo, aduana, transporte. De lo que se obtiene, se reparte por partes iguales. Pagamos a 23 pesos el kilo a los productores.

No obstante, la producción sigue siendo insuficiente, y el mercado no está garantizado. Hay que negociarlo año con año.

-Antes de la cosecha se hace un precontrato con el comprador. Una vez firmado, se sabe que hay compromiso serio y se fija fecha para el envío del café. Pero ahora se acerca la cosecha y todavía no tenemos ningún contrato -reconoce el presidente de Mutvitz.

-Somos legales. Protocolizamos la mesa directiva cada que cambia, pagamos al notario, tenemos registro federal de causantes con Hacienda federal. Estamos registrados. Por eso podemos exportar.

Explica que en similares condiciones opera otra cooperativa zapatista, llamada Nueva Luz del Cielo (Yachil Xojobal en tzotzil), con oficinas en el caracol de Oventic, donde Mutvitz también tiene una oficina.

-Los compañeros exportan menos. Este año esperan tener cinco o seis contenedores. Apenas empiezan, estaban en transición.

Los caficultores de Mutvitz realizan asamblea cada mes, a la cual acuden representantes de todas las comunidades. Allí comunican sus problemas y toman decisiones. La directiva cambia cada tres años.

La cooperativa de bordadoras y artesanas Xulum Chon nació casi a la par de Mutvitz, pues si los hombres producían café, no tenían costales, así que había que confeccionarlos y coserlos, y a eso se abocaron las mujeres. Con el tiempo, las artesanas evolucionaron hacia la producción comercial de blusas, faldas, bolsas, camisas. Ahora tienen oficina y una tienda en el caracol de Oventic. Curiosamente, allí no venden los primorosos huipiles de grecas moradas que ellas mismas visten a diario.

La experiencia de los caficultores y las bordadoras de San Juan de la Libertad son ilustrativas de cómo puede caminar la autonomía a partir de las pequeñas cosas. Con la aplicación en sus territorios de los acuerdos de San Andrés (aún incumplidos por los poderes de la Unión), las bases de apoyo del EZLN van demostrando que sus demandas son compatibles con la realidad, y que su resistencia no atenta contra la soberanía nacional ni contra la convivencia entre hermanos. Estos pueblos buscan vivir mejor, en sus propios términos y con independencia. Ni que fuera mucho pedir.