México D.F. Sábado 18 de septiembre de 2004
Aún desaparecidos, 224 rehenes en Osetia
del Norte
Se atribuye Shamil Basayev el secuestro masivo en Beslán
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 17 de septiembre. Mientras el Kremlin y
los líderes del separatismo checheno intercambian acusaciones, dos
semanas después del sangriento desenlace del secuestro masivo en
Beslán, todavía no se tiene el menor rastro de 224 rehenes,
que los familiares continúan sin poder encontrar ni en las morgues
ni en los hospitales.
Para las autoridades son sólo "desaparecidos",
que se niegan a sumar a las 329 víctimas mortales reconocidas de
modo oficial. La tragedia de Beslán se cobró más de
500 vidas, la mayoría niños, según se desprende de
la lista de cautivos elaborada por los maestros de la escuela.
Tras
visitar los domicilios de los alumnos para averiguar qué sucedió
con ellos y sus familiares que asistieron a la ceremonia del comienzo de
clases, cuando fueron secuestrados por un comando armado, el primero de
septiembre, los maestros difundieron este viernes una relación que
incluye a mil 380 personas.
La procuraduría rusa, sin publicar todavía
una lista propia, asegura que hubo mil 156 rehenes. No es el único
dato oficial que contrasta con la información recabada por fuentes
independientes, en una investigación que ya le costó el cargo
al subprocurador de Rusia para el Cáucaso del Norte, Serguei Fridinsky,
y que parece deliberadamente confusa por dos razones, sobre todo.
Por un lado, busca exonerar de toda responsabilidad a
los titulares del Interior, De-fensa y FSB (antiguo KGB), generales que
integran el círculo de colaboradores más cercanos del presidente
Vladimir Putin, y por otro crear el contexto doméstico que permita
al Kremlin, pese a las críticas foráneas, sacar adelante
su controvertida reforma del sistema federativo y de la legislación
electoral como respuesta "al terrorismo internacional".
No es casual que el mandatario ruso, sin mencionar el
separatismo checheno ni los 10 años de guerra en esa república
norcaucásica, haya vuelto a arremeter hoy contra lo que denomina
"doble rasero en la evaluación del terrorismo", en alusión
a la preocupación expresada por el presidente estadunidense, George
W. Bush, y otros colegas suyos respecto de la reforma impulsada desde el
Kremlin.
Putin, al hablar ante los participantes de una "conferencia
internacional de alcaldes de ciudades del mundo", celebrada aquí,
justificó los cambios que se propone llevar a cabo alegando que
hasta ahora "las medidas adoptadas en la lucha contra el terrorismo no
eran adecuadas a la magnitud ni a la capacidad destructiva del terrorismo
internacional, que socava las bases mismas de nuestra civilización".
El presidente ruso no explicó, por citar una pregunta
que la oposición formula con insistencia, de qué manera contribuirá
a al-canzar ese objetivo su intención de designar a los gobernadores
de las 89 entidades de la Federación Rusa, en lugar de ser electos
por sufragio universal y directo.
Cabe apuntar que hasta los dos antecesores de Putin en
el Kremlin, Mijail Gorbachov y Boris Yeltsin, que habían procurado
no emitir opiniones sobre el quehacer político ruso, calificaron
esa medida de retroceso democrático, en declaraciones que aparecen
en el semanario Moskovskiye Novosti puesto a la venta hoy.
Putin
repitió, en cambio, que Rusia "se prepara para asestar golpes preventivos
al terrorismo internacional" y que una "actitud de condescendencia y justificación
de asesinos equivale a ayudar al terrorismo".
Insistió: "En ningún caso hay que dejarse
llevar por la idea de que con concesiones a los terroristas conseguiremos
algo para nosotros", porque ello "sólo amplía sus exigencias
y multiplica las víctimas".
El jefe de Estado ruso se dirigió a los alcaldes
pocas horas después de que Shamil Basayev, jefe del grupo más
radical y de inequívoca orientación wahabita dentro del separatismo
checheno, reivindicó en Internet el secuestro masivo de Beslán,
así como los recientes ataques suicidas en el doble atentado aéreo
y la explosión junto a una estación del Metro de Moscú.
Basayev culpa a las fuerzas rusas de haber comenzado el
asalto de la escuela que derivó "en la horrorosa tragedia" y exige
"una investigación pública por Naciones Unidas y la Unión
Europea".
Al negar que el comando estuviera integrado mayoritariamente
por mercenarios extranjeros, Basayev revela que entre sus 33 miembros -uno
más que el número admitido por la procuraduría rusa-
había "dos chechenas, 12 chechenos, nueve ingushes, dos árabes,
dos osetios, tres rusos, un tártaro, un kabardino y un gurán,
etnia que habita al este del lago Baikal, en Siberia".
La respuesta rusa, en esta batalla mediática, no
se hizo esperar: la televisión del Estado presentó esta noche
fragmentos del interrogatorio a un árabe, "ciudadano argelino y
experto en explosivos", que hoy ha-bría sido detenido al tratar
de cruzar la frontera con Azerbaiyán.
En la parte medular del breve reportaje, el árabe
confiesa en ruso que fue reclutado en una mezquita de Londres, en 2001.
En contraste con la reivindicación hecha por Basayev,
el líder de los separatistas chechenos, Aslan Masjadov, volvió
a deslindarse hoy del secuestro masivo en Beslán y exhortó
a poner fin a la guerra.
"Esos métodos nada tienen que ver con la lucha
del pueblo checheno y de sus combatientes y, por tanto, no pueden tener
justificación alguna", afirmó el dirigente checheno, desconocido
por Moscú como presidente de esa república hace cinco años,
en una declaración también difundida por Internet.
"Mis argumentos, mis ambiciones, si se quiere, se reducen
a una sola cosa: garan-tías de seguridad para el pueblo checheno.
En todo lo demás, estoy dispuesto a ceder en favor de Rusia", subrayó
Masjadov.
Sin embargo, Putin no ve diferencia en-tre Basayev y Masjadov.
La coyuntura fue interpretada por las autoridades de la región de
Ulianovsk como propicia para conceder hoy el indulto a Yuri Budanov, coronel
del ejército ruso condenado a 10 años de prisión por
secuestrar y asesinar a Elsa Kungayeva, joven chechena que el militar creyó
"una francotiradora" rebelde.
Este coronel, el oficial de más alto rango procesado
por delitos en Chechenia, ya había sido eximido de responsabilidad,
en diciembre de 2002, por "haber cometido el crimen en estado de enajenación
transitoria", pero la sala militar de la Corte Suprema de Rusia anuló
ese veredicto y ordenó un nuevo juicio.
La fiscalía militar demostró que Budanov
estaba en uso de sus facultades mentales cuando secuestró y estranguló
a Kungayeva, pero desestimó "por falta de pruebas" los cargos de
violación y vejación de cadáver que trató de
incorporar la acusación civil.
Finalmente, Budanov fue condenado en julio de 2003, y
ahora depende de Putin ratificar o no el indulto.
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