México D.F. Miércoles 15 de septiembre de 2004
Ni militares ni policías se acercaron a El Guamuchilito
En tierra de nadie, las exequias del narco Rodolfo Carrillo en Sinaloa
JAVIER VALDEZ CARDENAS CORRESPONSAL
Culiacan, Sin., 14 de septiembre. Tierra de nadie, de narcos, a El Guamuchilito -comunidad ubicada en el municipio de Navolato- no llegan militares ni policías estatales o federales: son las exequias de Rodolfo Carrillo, uno de los jefes del cártel de Juárez y hermano del fallecido capo Amado, El señor de los cielos.
No hay siquiera vigilancia discreta ni retenes en los caminos que conducen hasta esta comunidad.
Eso sí, cientos de navolatenses, familias enteras, lo mismo niños que ancianos, visitan la finca Santa Aurora, la casona de la familia Carrillo Fuentes. Desde adentro, un grupo de seguridad al servicio de los moradores vigila en la puerta de acceso.
Sujetos altos, rapados o de pelo corto, no pierden de vista a los reporteros. Una decena de fotógrafos y periodistas de medios nacionales y locales aguardan en el exterior. Los calman y los tratan bien. Les ofrecen comida, refrescos, agua helada. Pero no pasan.
La familia nombró a un vocero, quien advirtió a los comunicadores que entrararían, pero no precisó a qué hora. Aquí nadie informa cuándo será el entierro, que seguramente se efectuará en la cripta familiar que se ubica en los patios de la finca.
Hasta los niños han recibido instrucciones. Se han aprendido de memoria la respuesta: "No sé", responden a las preguntas sobre casetas telefónicas, ubicación de abarrotes e incluso de sus nombres.
Las coronas y arreglos florales se entregaron por uno de los accesos laterales. Se cambiaron los planes, pues inicialmente ingresaban a la casa por la puerta principal. Pero los destellos de cámaras fotográficas, anotaciones y preguntas de reporteros propiciaron la discreción.
Una camioneta de doble rodada llegó al lugar repleta de coronas. Fueron pocos los nombres de los remitentes que pudieron apreciarse en los listones de los arreglos florales.
Los vehículos de lujo no paran de rugir en el camino de terracería. Los dolientes también llegan en automóviles viejos, de raite -palabra con que en el argot local se dice "aventón"- y en bicicleta. Incluso arribó el candidato de Convergencia a la alcaldía de Navolato, Porfirio Gastélum, quien dijo sonriente que andaba "dando la vuelta". La gente quiere a los Carrillo, dice uno de los visitantes, porque "esta familia, por las buenas, son personas generosas".
|