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México D.F. Viernes 10 de septiembre de 2004
VIDEO
Leonardo García Tsao
Ataca Baraka
RECIEN
SE HA editado aquí el dvd del documental Baraka, de Ron
Fricke, bajo la marca Quality. Si bien la película es de 1992 se
estrenó el año pasado en el Foro de la Cineteca, un programa
que se supone debe mostrar el cine de vanguardia (al fin que 11 años
de retraso no son nada).
EL NOMBRE DE Fricke también salió
a colación en el 2003 pues fue el fotógrafo contratado por
Dolores Creel, la hermana incómoda, cuando ella aprovechó
su puesto para hacer, con dinero del estado, un documental sobre Octavio
Paz en la India. Claro, Fricke no tiene la culpa de ser llamado a colaborar
en proyectos sospechosos (tanto, que el gobierno foxista decidió
desaparecer el departamento que encabezaba Creel, para disfrazar su despido).
Por otra razón misteriosa, Fricke fue identificado por los medios
-este diario, inclusive- como "el fotógrafo de cabecera de Coppola"
cuando en realidad nunca ha trabajado con ese director.
EL CASO ES que Baraka (palabra árabe
que significa bendición) es otro ejemplar de ese género que
podríamos llamar documental jipi y encontró su expresión
acabada en Koyaanisqatsi (1983), el sobrevaluado debut de Godfrey
Reggio, fotografiado por Fricke precisamente. De hecho, Baraka es,
en esencia, una repetición del tema y la estrategia formal de su
antecedente: a través de imágenes de diferentes partes del
mundo, se establece la falta de armonía cósmica entre el
hombre urbano y la naturaleza. Sin una sola palabra de comentario, el montaje
de escenas -la mayoría de ellas fotografiadas con virtuosismo- se
acompaña de música ad hoc, para manifestar una serie
de lugares comunes sobre cómo el ser humano ha abandonado su parte
espiritual, para volverse víctima de la masificación citadina,
la enajenación, la guerra y el exterminio, entre otras plagas de
la realidad contemporánea.
AUNQUE HA HEREDADO de su maestro la postura de
jipi trasnochado, Fricke tiene la ventaja de ser menos machacón.
Apoyado por la música de Michael Stearns, no tan enervante como
las partituras de Philip Glass para Reggio, el realizador adopta
una mirada contemplativa en los dos extremos de la película. Es
a la mitad que se muestra más derivativo -y cansino- al condenar
a la civilización moderna con ideas trilladas. Por ejemplo, ese
concepto de la línea de ensamble como símbolo del automatismo
deshumanizado es tan viejo como Tiempos modernos, de Chaplin.
LA ULTIMA MEDIA hora de Baraka es la más
atractiva. Fricke filma las ruinas de civilizaciones antiguas -egipcia,
babilónica, hindú- lejos de la mirada turística, encontrando
un elocuente y lastimero emblema de qué tan perecederos son los
sueños de grandeza del hombre.
POR SUERTE, LAS especificaciones de la caja del
dvd están equivocadas. Aunque dice Full Screen, en realidad
sí se ha preservado el formato ancho original. Hubiera sido lamentable
la mutilación de los cuidadosos encuadres de Fricke.
(NOTA: HABLANDO DE desatinos de funcionarios, el
programa de la Cineteca anuncia para hoy viernes 10 una conferencia sobre
Ismael Rodríguez, a cargo de Ignacio López Tarso, Juan de
la Riva y un tal Gustavo García Tsao. Al margen de que no es la
primera vez que la Cineteca me anuncia en una conferencia sin consultarme
-ya con el ciclo de David Cronenberg me habían hecho la grosería-,
el cambio de nombre resulta aún más insultante. Si dijera
"Leobardo" entendería que se trata de un error tipográfico.
¿Pero Gustavo? No quiero ni imaginar con quién me habrán
confundido.)
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