El FCE prepara sus obras completas Aleyda Aguirre Sabina Berman, dramaturga autora de obras como: Entre Villa y una mujer desnuda, Krísis o Moliére, El suplicio del placer, Herejía y Muerte súbita, recibió un homenaje con la publicación del libro Sediciosas seducciones: sexo, poder y palabras en el teatro de Sabina Berman, una compilación de Jacqueline E. Bixler. Durante la presentación, Berman dijo escribir "por preocupaciones sociales, quiero influir en las ideas presentes en mi cultura, eso es lo que me mueve al hacer teatro". La artista rechazó las etiquetas que le han querido colgar a su trabajo: feminista, surrealista, escritora mexicana judía, la dramaturga con más éxito comercial, entre otras y expresó buscar solamente que la gente salga del teatro y piense en su vida, se vaya a dormir y no pueda, por tener la obra teatral en la mente. A Bixler, profesora de español y literatura latinoamericana en la Universidad de Virginia Tech, le surgió la idea de escribir un libro sobre Sabina Berman en 2002, cuando se le hizo un homenaje en las Jornadas Internacionales de Teatro Latinoamericano: "cuando empecé a buscar editorial, descubrí que no sólo es raro que se publique un libro de teatro mexicano, sino es raro dedicar uno a un solo dramaturgo (sic)". En las librerías de prestigio de México, apuntó, sólo hay publicaciones de Shakespeare, Ionesco, García Lorca, Tennessee Williams y otros autores extranjeros, nada de Carballido, Sabina Berman, Vicente Leñero, Usigli o Elena Garro u otras y otros mexicanos/as consagradas, pero según le explicaron los dueños de las editoriales, el teatro "no vende". Después de año y medio, encontró Escenología, Organización no Gubernamental que sí publica libros sobre dramaturgia. Por fortuna, el Fondo de Cultura Económica prepara las obras completas de Sabina Berman, luego de que desde hace 12 años no publica teatro. Aunque estos homenajes en vida le están inquietando un poco, "en realidad sí, me da miedo de morirme", afirma. En el libro, dice Bixler, se destacan algunas constantes del teatro de Berman: el gusto por el humor negro, la ironía, la desconfianza ante todo discurso oficial, la subversión posmoderna de la historia oficial de México, el interés en la identidad personal y nacional y la necesidad de rebasar los límites, tanto sexuales como teatrales. Sin embargo, Bixler también hace hincapié en que no sólo es la presencia de estos elementos en el teatro de Berman lo que atrae y seduce tanto a sus críticos/as como a su público, sino también la tensión y el juego que establece entre el humor y la tragedia, el macho y la hembra, la pareja y la patria, la burla y la crítica mordaz del status quo histórico, político, cultural y sexual de México. Por su parte, la crítica de teatro, Olga Harmony señaló en tono de broma que quizá tenga razón el editor que le dijo a Bixler que Sabina Berman es una escritora demasiado joven para hacer un libro acerca de ella, porque "ello es cerrado y contundente", pues la dramaturga no sólo es joven, sino que rescribe constantemente sus textos "y ya me imagino a Jaqueline contagiada de esa vocación de Penélope tratando de que rehagamos una y otra vez nuestros textos: Desde ahora declaro solemnemente que me niego, aunque escribiré sobre la dramaturga todas las veces que ella nos presente algo". Sediciosas seducciones: sexo, poder y palabras en el teatro de Sabina Berman consta de 211 páginas en las que se desarrollan tres actos, cada ensayo muestra una perspectiva panorámica de la obra teatral de Berman, ampliada por una variedad de acercamientos y teorías críticas. En el primer acto, Francine A舗Ness revela un Diálogo con Sabina Berman; en el segundo, titulado Voces críticas, la primera escena corresponde a Bixler, quien habla de Sexo, poder y palabras en Feliz nuevo siglo, Doktor Freud y 65 contratos para hacer el amor; mientras en la segunda escena, Stuart A. Day, trata La sediciosa seducción de México: la grieta; Olga Harmony aborda el tema Sutilezas y discrepancias; anteceden la última escena fotografías de distintos montajes escénicos capturadas por Fernando Moguel, Giovanna Recchia e Isabelle Tardán, así como de los archivos de Sabina Berman; la cuarta escena es (In)Genio y figura hasta la sepultura: Molière, Berman y sus asedios al teatro, de Priscilla Meléndez. El tercer acto, se llama Más
bla-bla-bla de los críticos, se divide en tres escenas: la primera,
Cabronas, palabrotas y otras amenazas a la nación: La Diana Cazadora
y entre Villa y una mujer desnuda, de Daniel Rogers; la segunda es La
pistola: Por una democracia de los géneros, de Laurietz Seda;
por último, George Woodyard colabora con Muerte súbita
y los autores frustrados de Sabina Berman. |