México D.F. Viernes 3 de septiembre de 2004
Moral y ética son las bases fundamentales
para avanzar, asegura
El taekwondoísta Víctor Estrada aspira
a cambiar el deporte mexicano
Será comentarista de televisión y buscará
formar un equipo de trabajo con ex competidores honestos
JORGE SEPULVEDA MARIN
Si durante los 28 años que practicó taekwondo
no perdió el tiempo, ahora retirado, satisfecho con lo obtenido,
pero sobre todo contento, Víctor Estrada comienza a definir su futuro,
o como le gusta decirlo: "ahora a ganar en la otra competencia, más
difícil, la de la vida".
Con sonrisa imborrable y ademanes enérgicos, el
ex competidor dice que el 20 de noviembre contraerá nupcias con
la velocista América Rangel, su compañera sentimental en
el ámbito deportivo y ahora en la vida futura.
Antes estudiará dos propuestas que le han hecho
y la forma en que concretará su proyecto personal, largamente acariciado.
Sentado en la terraza de su casa en Bosques del Lago,
refiere tener la invitación para hacerse comentarista de Televisa
Deportes, que ya aceptó, además de que dialogará la
semana entrante con el titular de la Comisión Nacional de Cultura
Física y Deporte (Conade), Nelson Vargas, para integrarse a la dirigencia
en el ámbito estatal.
Explica: "no se trata de meterse de lleno al deporte nacional,
sino de foguearse primero, de tomar experiencia y aprender, igualito que
en la disciplina".
Ex atletas, por el cambio
Y profundiza: "La idea es que varios competidores ya retirados,
todos talentosos, comprometidos, conocedores de su deporte, pero sobre
todo honestos, formemos un equipo de trabajo y busquemos cambiar al deporte
mexicano.
"Esto ya lo hemos platicado Alejandro Cárdenas
(atletismo), Fernando Platas (clavados), Horacio de la Vega, Sergio Salazar
y Manuel Pradillo (pentatlón moderno), y coincidimos en tener un
fin común, que sin bandera política de por medio buscaremos
que funcione y bien, para que nos busquen por lo que hayamos logrado. El
fin último es llegar a la Conade", anticipa.
Ambicioso,
decidido como cuando combatía sobre el tatami, el dirigente de la
asociación que lleva su nombre piensa consolidarla y, por qué
no, crear un equipo profesional de taekwondo, como los que se dan con éxito
en Corea, donde constantemente se concentró para afrontar torneos
de trascendencia mundial.
Vestido con short, playera y sandalias platica emocionado
que le gustaría convencer a algún patrocinador para que brinde
los recursos económicos no sólo para financiar la carrera
deportiva de jóvenes, sino darles vivienda, alimentación
y, primordialmente, educación, para que cuando terminen su labor
deportiva tengan herramientas para afrontar adecuadamente el futuro.
"Me gustaría formar un equipo profesional de gran
calidad, que participe en los torneos nacionales con el nombre del patrocinador,
LG, tal vez, no como una confrontación con la federación
(Mexicana de Taekwondo), sino como un complemento a su labor. Esto le haría
mucho bien al deporte mexicano en general, explica.
Víctor da breves sorbos al jugo de naranja servido
por América. Piensa apenas un momento y responde que sólo
le faltó ganar el oro olímpico, pero debió obtenerlo
en Sydney, porque fue cuando estuvo más cerca de lograrlo.
"Por lo demás, creo que lo tengo todo gracias a
que siempre fui muy terco en ese sentido; lo quería todo para mí
y quizá por eso llegué tan lejos", comenta.
Falta moral en lo deportivo
La conversación se mete por los vericuetos del
deporte. La palabra fluye entonces sin cortapisas y como ante sus rivales,
Víctor encara el diálogo directo.
Primero deja en claro que no toda la gente del deporte
en México actúa sin moral y allanado el terreno, suelta:
"cuando no se tiene moral ni educación, entonces te pones a robar
o jalar de donde sea. Buscas tu beneficio personal y no el de los demás.
"El reconocimiento por la labor que desempeñas
finalmente es lo último que debes esperar, y si no te lo agradecen
nunca, no importa, porque te vas a quedar con la satisfacción de
haber servido y cumplido.
"Pero aquí no es así, mejor piensan en dar
dos o tres mil pesos y quedarse con lo demás, porque al final, si
no gana, pues a ti te vale madre, pero si hay un buen resultado, ¡ah!,
entonces sales y dices ¡oye, eso fue gracias a mí!
"Mira, yo te aseguro que si nuestro equipo da resultados
en un estado, en una dirección deportiva, quede quien quede en la
presidencia del país nos va a llamar, porque nuestro trabajo está
avalado con hechos concretos, no con palabras.
"Y que quede claro desde ahora, nosotros trabajaremos
por el deporte, más allá de cualquier partido, color o interés.
Queremos ser un grupo sostenido por sus logros."
-¿Qué cambios promoverías en este
momento?
-¡Qué pasó, no me preguntes eso ahorita!
-suelta de inmediato. Lo piensa y responde:
Se requiere gente joven
"Te lo voy a poner así. Buscaría integrar
mi equipo de trabajo, no porque los demás no funcionen, sino porque
se requiere gente joven y que paralelamente difunda la idea de que la base
moral y ética son fundamentales.
"Fíjate, ya lo has de saber, pero en el mundo deportivo
hay quienes se quieren comer pedacitos del hueso, ni siquiera completo,
y a veces son pequeñeces las que se roban. Y por eso no se avanza.
- Dame nombres
-¿Otra vez?, déjalo así mejor.
A Víctor le gusta la comida mexicana y coreana.
Disfruta particularmente de las verdolagas que le prepara su mamá
o los tallarines con pollo que ahora le guisa América, además
de paladear una buena cerveza nacional bien fría y leer una novela,
como Código da Vinci, que terminó en la justa ateniense.
Antes de finalizar la plática emite un último
juicio: "hay gente que está luchando contra el sistema deportivo
impuesto, anquilosado por los años de inmovilidad, pero no puede
ganar la batalla.
"Hay que hacer algo por cambiar lo que, está probado,
no funciona ni lo hará de seguir como hasta ahora."
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