El atentado de ETA en la persona del intelectual vasco, detonante de ese libro

Otorgan a José Ramón Recalde el premio Comillas por sus memorias Fe de vida

ARTURO JIMENEZ

La noche del 14 de septiembre de 2000, a las puertas de su casa en Donostia-San Sebastián, José Ramón Recalde, ex ministro socialista de Educación y de Justicia del gobierno vasco, recibió un balazo en la cabeza, en la boca, en un atentado de la organización armada ETA.

Sin embargo, el político retirado e intelectual vasco nacido en 1930 y encarcelado por el régimen franquista, no murió y dos semanas después era dado de alta del hospital Nuestra Señora de Aránzazu.

''De un tiro en la boca nadie se muere", le dijo su mujer María Teresa Castells para consolarlo y consolarse ella misma mientras esperaban la ambulancia. Castells es la propietaria de la librería Lagun, la cual ha sufrido numerosos ataques.

Recalde, abogado y catedrático de la Universidad de Deusto, la escuchaba bien e incluso podía hablar, pues como recuerda ahora en entrevista con La Jornada, ''el disparo no me quitó la conciencia".

Ese atentado es el detonador del libro de memorias Fe de vida, escrito por Recalde y distinguido de manera unánime con el Premio Comillas de Biografía, Autobiografía y Memorias 2004, anunció ayer Tusquets Editores desde Barcelona.

El jurado del galardón, que incluye un anticipo por derechos de autor de 20 mil euros y es convocado por esa editorial, estuvo presidido por Jorge Semprún.

Las memorias de Recalde abarcan los años de aprendizaje político, la militancia antifranquista, el encarcelamiento en 1962-63, el final de la dictadura, los ''esperanzadores y angustiosos" tiempos de la incipiente democracia y de las autonomías, las experiencias como funcionario de los primeros gobiernos vascos y el atentado.

Fe de vida, señala Tusquets, es ''una defensa apasionada del coraje cívico ante todas las formas de barbarie, además de una proclamación de fe en el valor de la palabra, la cultura y el ser humano por encima de cualquier ideología".

Etnicismo y democracia

Autor de Integración y lucha de clases en el neocapitalismo, La construcción de las naciones y Crisis y descomposición de la política, Recalde comenta: ''Los días en el hospital me plantearon una reflexión sobre los hechos de mi vida que me llevaron ahí y los temas que están pendientes".

En las memorias hay también una ''reflexión intensa" sobre los amigos caídos a su lado, como Julián Grimau, ejecutado por el franquismo en 1963.

''Hemos tenido que luchar contra la dictadura franquista y luego contra el planteamiento de las legitimidades étnicas. Hay que afirmar la sociedad de la democracia.

''Tenemos que vencer los planteamientos con reivindicaciones simbólicas, como el propio etnicismo. Es una apuesta hacia delante. Espero que se comprenda que ahí está la solución de nuestro problema."

Abunda: ''La sociedad se ha construido sobre un consenso entre los que piensan de manera nacionalista y los que piensan de manera ciudadana. La formación de una sociedad armónica en el País Vasco debe considerar que por lo menos la mitad de su gente no está planteando temas etnicistas".

Hasta ahora, considera, con la Constitución y el estatuto de autonomía, había interrelación entre una y otra comunidad vasca. ''Eso es lo que hay que preservar. No se puede modificar eso, porque no es el tema de 50 por ciento contra 50 o 51 contra 49, sino buscar la armonía social.

''El País Vasco, al mismo tiempo que tiene una conciencia muy específica de lo que es la identidad vasca, es, en toda España, el menos integrado. Hay una diferencia radical entre una parte y otra del País Vasco que sólo se solucionará buscando la armonía social, que defendía Ortega y Gasset."

La independencia del País Vasco respecto de España, considera Recalde, no es la vía, sino la ''autonomía" y un "consenso suficiente". Los que no se comprometen, concluye, son más fácilmente presas del miedo. ''Pero cada vez vamos mejor, yo no soy pesimista".