México D.F. Viernes 3 de septiembre de 2004
Seminario en la UNAM
Cuba encarna la dignidad regional, según especialistas
KARINA AVILES
Al adoptar un nuevo enfoque respecto de los lazos que deben existir con Cuba, México modificó su política exterior y cambió el proyecto diplomático que tenía para América Latina, coincidieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En la mesa redonda México-Cuba-Estados Unidos: lo que está en juego, organizada por el seminario Imaginación, globalización e identidad, del Colegio de Historia y de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras, el académico Alberto Betancourt destacó que la isla caribeña encarna, en buena medida, la dignidad de la región.
El actual conflicto se enmarca, según el especialista, "en la intensa disputa por definir cómo será el continente americano en el futuro inmediato". Dijo que la presencia de Cuba es una muestra de pluralidad respecto de los modos de desarrollo económicos y sociales de las sociedades latinoamericanas.
Por eso, un ataque contra la isla y la extinción del modelo que tiene implica la reducción de esa diversidad, advirtió. En la globalización, añadió, ningún país o comunidad puede renunciar a su obligación de decidir cómo quiere que sea el mundo, qué quiere cambiar o conservar, cuáles elementos de su identidad desea preservar o transformar, con quién y cómo desea integrarse.
Por otro lado se refirió al papel de los medios de comunicación en la reciente crisis de las relaciones de México y Cuba: "En buena parte de ellos se justificó la situación sin análisis, sin mostrar una opinión independiente y sin advertir la gravedad de lo que estaba en juego. Muchos renunciaron a su papel histórico de críticos".
El catedrático Ignacio Sosa manifestó que en el gobierno foxista se introdujo un aspecto comercial en las relaciones internacionales. Sin embargo, puntualizó, entre México y la isla las transacciones económicas no han mejorado, pero destacan por su valor simbólico las de carácter cultural.
Consideró que a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte se produjo una inflexión en el campo de los vínculos diplomáticos en México: "Para los latinoamericanistas quedó claro que, a partir de 1994, el modelo de desarrollo que antes se ponderaba como estratégico para la región de América Latina se abandona y se vivió un intenso proceso de integración con Estados Unidos y Canadá".
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