México D.F. Sábado 28 de agosto de 2004
Cascada de sentimientos y sonidos en el estreno
nacional de esa obra de Sciarrino
Lohengrin transforma al oyente en cómplice
lector de caligrafías
La música no pasa por la emoción; llega
directamente a ésta, expresa la soprano Lía Ferenese
Comenzó anoche en la UNAM la versión seis
del Festival de Música y Escena
CARLOS PAUL
Las poderosas, delicadas y sugerentes energías
del cielo y la tierra, del yin y el yang, se vuelven un permanente suceder,
se trenzan en el alma abierta, en los soplos, trinos, palabras y sutiles
cantos de Elsa, personaje interpretado por la soprano Lía Ferenese,
en Lohengrin. Acción invisible para solista, instrumentos y voz.
El estreno nacional de esa pieza músico-teatral
de cámara de Salvatore Sciarrino, anoche en la Sala Miguel Covarrubias
del Centro Cultural Universitario, marcó el comienzo de la versión
seis del Festival Música y Escena.
Como se dio a conocer ayer en estas páginas, esa
partitura fue escrita por el autor italiano, considerado uno de los compositores
más relevantes en la música contemporánea.
Un universo sonoro íntimo, fluido, inquietante,
se conjuga en escena con los desgarradores deseos, punzantes sueños
y tiernas palabras de la joven Elsa, quien alegre y por momentos descorazonada,
sentada en una camilla de hospital, evoca su relación amorosa.
Música, teatro y video
Bajo la dirección musical del concertador español
José Luis Castillo, al frente del Onix Ensamble y la puesta en escena
de María Morett, Lohengrin es un espectáculo en el
que se conjugan música, teatro y video.
Sobre
un piso de agua, Elsa, en cuyo cuerpo también habita su amado y
diversos seres alados, a los que da voz, pareciera ser un silencio que
germina hasta convertirse de manera paulatina en una cascada de sentimientos
y sonidos, acompañados por un coro que entra y sale de escena.
Los murmullos de Elsa, sus palabras, se traducen, se repiten,
se vuelven un eco tangible, se escriben en una pantalla detrás de
ella en caligrafías distintas, en formas de poema, transformando
al oyente en cómplice lector.
No narra una historia, describe su presente despacio,
sutil y voluptuosamente en un ambiente oscuro que terminará por
ser luminoso como sus deseos.
''El acontecimiento musical -apuntaría el autor-,
se teje dentro de los ojos enloquecidos de Elsa.
''La música, sin perder su dignidad, encuentra
la forma de transformarse en las cosas que Elsa ve, para hacerse participativa.
¿Qué la atormenta? Está enferma de irrealidad".
El desafío, comentó en entrevista la soprano
Lía Ferenese, ''es no sobreactuar, no sobreimprimir lo que ya esta
dicho con la música, hay que dejar que sea ésta la que vaya
creando la temporalidad que la obra tiene.
''Sciarrino dice que son sonidos que pertenecen al universo
de la memoria y eso nos da una pauta de que no son sonidos de que existan
aquí y ahora, sino que van apareciendo.
''La música del compositor no pasa por la emoción,
sino que llega directamente a la emoción, lo cuál es diferente."
Analogía entre voz y orquesta
Como autor siciliano, añade Ferenese, podríamos
considerarlo de una raza muy especial por toda su tradición cultural,
ya que por un lado tiene ese aspecto mítico y abstracto y, por otro,
toda la esencia de lo latino, aspectos que se ven reflejados en sus trabajos.
Aquí, comenta el director musical, ''cada uno de
los sonidos son entendidos y emitidos como una intervención sobre
el vacío, el silencio.
''En esta obra, entre la voz y la orquesta no se da una
relación de oposición, sino de analogía.
''Cada grupo de instrumentos generan una especie de idiolectos
musicales, que al tiempo que funcionan de manera independiente, se conjugan,
de modo que se produce un gran caleidoscopio de un mismo sonido que poco
a poco se va desplegando hasta convertirse en un soplo, hasta desintegrarse."
Lohengrin, ópera de Salvatore Sciarrino,
dirigida por José Luis Castillo, puesta en escena por María
Morett, con escenografía e iluminación de Alvaro Hegewisch,
interpretada por Lía Ferenese y el coro integrado por Luis Javier
Sánchez (tenor), Jorge Cózatl (barítono) y Daniel
Cervantes (bajo), se presentará en dos últimas funciones
hoy a las 19 horas y mañana domingo a las 18 horas, en la sala Miguel
Covarrubias del Centro Cultural Universitario, en Insurgentes sur 3000.
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