México D.F. Sábado 28 de agosto de 2004
Unas 10 mil personas festejaron a la subcampeona
olímpica que llegó en un turibús
La medallista de plata, Belem Guerrero, fue recibida
en Neza como una heroína
Pese al cansancio por el viaje, la pedalista convivió
algunos momentos con su gente
JORGE SEPULVEDA MARIN RENE RAMON CORRESPONSAL
Ciudad Nezahualcoyotl, 27 de agosto. Se fue con
un sueño en la mente y regresó con una medalla en el cuello.
Belem Guerrero Méndez, orgullosa representante de este municipio
mexiquense, se rencontró ayer con su gente, que la recibió
con un gran fiestón.
La explanada del palacio municipal Unión de Fuerzas
hizo honor a su nombre, porque desde las 16 horas empezó la llegada
de los vecinos, quienes pese a la latente amenaza de lluvia no se movieron
del lugar que apartaron para el gran momento, para cuando la subcampeona
olímpica de Atenas llegara a saludarlos.
Del
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México la pedalista fue
conducida en un turibús descubierto y su paso llamaba la atención
de transeúntes, vecinos y automovilista.
Belem sintió una fuerte emoción cuando cruzó
los límites de la capital de la República para internarse
en este municipio. Sus vecinos formaban vallas a su paso y se paralizó
la circulación en algunas calles.
A las 19:45 horas las aproximadamente 10 mil personas
apostadas en la explanada estallaron en júbilo. Hubo pocas banderas
tricolores, no más de 50, pero lo que sobraba era el ánimo,
la alegría y el deseo de hacer sentir en la medallista olímpica
y su familia la solidaridad de, como dicen por acá "la raza de Neza".
Una manta con la leyenda "Neza, tierra de campeones. Bienvenida,
Belem de plata" hizo sonreír apenas a la agobiada pedalista.
Arriba del templete intentaba mantener la sonrisa, sin
lograrlo. El cansancio acumulado por el cambio de horario, el largo vuelo,
atender a los medios y el pausado camino de vuelta a casa la tenían
exhausta.
Apenas con el ánimo para decir a los suyos: "Felicidades,
esta es una medalla para ustedes y ¡Viva México!"; mensaje
breve, pero que provocó una respuesta unánime: "¡Viva!".
Belem abandonó el lugar custodiada por un equipo
de uniformados. Abordó un vehículo y las patrullas con las
sirenas sin callar la condujeron velozmente hasta la puerta de su casa,
en la calle de Aculman, fraccionamiento Rey de Neza -Belem es ahora la
reina de ese lugar-, donde debió atender con el mejor semblante
que pudo a sus vecinos, quienes adornaron sus fachadas con listones, focos,
coloridos carteles y hasta hicieron sonar sus estéreos a todo volumen.
A Belem apenas le empezaba a caer el veinte de
haber ganado una medalla olímpica. Su entrenador, Oscar Echavarría,
explicaba la estrategia de la prueba.
"No es que se haya cansado cuando parecía que se
quedaba atrás, sino que tomó un descanso para emprender el
ataque final. Todo estaba planeado y le funcionó, que fue lo mejor",
expresó.
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