México D.F. Sábado 28 de agosto de 2004
El Servicio Federal de Seguridad encontró
restos de explosivos en el aparato
Uno de los dos aviones rusos que se desplomaron sufrió
atentado terrorista
Las autoridades deciden ampliar el área de búsqueda
de la otra aeronave
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 27 de agosto. El Servicio Federal de Seguridad
(FSB, siglas en ruso del antiguo KGB), a cargo de la investigación
de la doble tragedia aérea que segó la vida de 90 personas
la noche del pasado martes, anunció hoy que se hallaron restos de
explosivos en la parte trasera del TU-154 que se dirigía de Moscú
al balneario de Sochi, en el mar Negro.
Con ello apareció la primera evidencia de que al
menos una de las aeronaves se precipitó a tierra a consecuencia
de un atentado, lo que motivó replantear el orden de prioridades
en las líneas de investigación en favor de la hipótesis
del ataque terrorista, inicialmente relegada, mientras se decidió
ampliar el área de búsqueda de fragmentos del otro avión.
Hasta
el momento, precisó el FSB, el análisis de las partes recuperadas
del TU-134, que hacía la ruta de la capital rusa a Volgogrado, no
ha permitido detectar rastros de ciclonita, la potente mezcla de tipo hexógeno
usada para desintegrar en el aire el otro aparato, o de alguna otra variedad
de explosivo.
En cambio, el servicio secreto ruso asegura haber encontrado
tres fragmentos de un cuerpo humano que confirmarían que el TU-134
llevaba un pasajero más que no figuraba en la lista de 43 registrados
para ese vuelo, distribuida de modo oficial desde primera hora del pasado
miércoles.
El FSB dice no contar todavía con elementos para
imputar la autoría del atentado contra el TU-154 ni para establecer
la causa que hizo caer al TU-134, pero las numerosas filtraciones interesadas
a medios de comunicación locales, desde el comienzo, apuntan en
un solo sentido: la pista chechena, que da por sentado ataques terroristas
por parte de separatistas de esa república norcaucásica.
En este caso, y sobre todo después del tardío
hallazgo del viajero número 44 en uno de los aparatos, los noticiarios
de la televisión rusa convergieron esta noche en una conclusión:
los aviones comerciales cayeron en picada después de que pasajeros
suicidas detonaron los explosivos que lograron introducir.
Las cargas de Royal Demolition Explosive (RDX), nombre
con el que también se conoce la ciclonita, habrían sido apenas
suficientes para destruir la cola de los aviones y provocar así
su desplome inmediato.
Los medios rusos, con base en datos que atribuyen a la
investigación, difunden que hay dos cuerpos, literalmente destrozados,
que aún no han sido reclamados por familiares. Corresponden a mujeres
de origen checheno, prototipo del atacante suicida de los separatistas,
y se afirma que se documentaron de último momento, una en el vuelo
a Sochi y la otra en el que salía hacia Volgogrado.
En el TU-154, de acuerdo con estas versiones esparcidas
de modo extraoficial, iba "S. Dzhebirjanova", de quien se desconoce el
nombre de pila. A petición del FSB, la policía del gobierno
pro ruso de Chechenia sigue buscando entre las familias chechenas con ese
apellido a una mujer que podría haber sido la pasajera suicida.
Mientras tanto, se asevera que "S. Dzhebirjanova" tenía
boleto para viajar a Sochi en un vuelo de la mañana del miércoles,
que suele realizarse en un IL-86 con capacidad para 300 pasajeros, y se
presentó en el mostrador del aeropuerto Domodiedovo la noche anterior,
pidiendo un cambio cuando ya estaba a punto de cerrarse el vuelo con muchos
lugares vacíos.
De la viajera no registrada en el vuelo del TU-134 a Volgogrado,
el FSB considera que se trata de Amanta Nagayeva, nacida en 1977 y residente
en la ciudad de Grozny, la capital chechena.
Con toda esta información, todavía no reconocida
como oficial, la mayoría de los rusos están convencidos de
que los aviones se precipitaron a tierra a consecuencia de las explosiones
provocadas por dos atacantes suicidas chechenas.
La única pieza que sigue sin encajar en este rompecabezas
es el mando separatista, que hasta ahora no sólo no ha reivindicado
los atentados, sino negó tener implicación en ellos.
Pocos creen aquí que los atentados hayan sido obra
de las "Brigadas Islambouli de Al Qaeda", como se atribuyó en Internet
un grupo islámico radical que lleva el nombre del líder del
grupo de soldados que asesinó en 1981 al presidente egipcio Anwar
Sadat durante un desfile militar en El Cairo.
Esta organización, cuya sede está fuera
de Rusia, amenazó con realizar otros ataques "en una campaña
destinada a ayudar a nuestros hermanos musulmanes de Chechenia".
Expertos locales restaron seriedad a esta reivindicación
de la autoría de los atentados, ya que el comunicado contiene un
párrafo que pone en duda el resto: "Nuestros mujahidines
(combatientes islámicos) pudieron secuestrar dos aviones rusos y
tuvieron éxito pese a los obstáculos que enfrentaron al comienzo.
Iban cinco mujahidines en cada avión".
Las autoridades rusas rechazaron comentar "semejantes
declaraciones, más aún porque su autenticidad no está
confirmada", pero la televisión de Moscú puso especial cuidado
en reiterar esta noche que no hay indicios que permitan hablar de secuestro
de los aviones y mucho menos por grupos de cinco en cada uno.
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