México D.F. Sábado 28 de agosto de 2004
Los liberados, vinculados con la Operación Cóndor
Repudian organismos humanitarios argentinos la decisión de Moscoso
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 27 de agosto. Organismos de derechos humanos lamentaron la decisión de la presidenta Mireya Moscoso de indultar a cuatro cubanoestadunidenses detenidos y juzgados por planear un atentado contra Fi-del Castro durante la Cumbre Iberoamericana realizada en 2000, debido a que Luis Posada Carriles y su grupo han sido vinculados a crímenes de la Operación Cóndor.
De no haberse tomado esa medida, es posible que a finales de año familias de víctimas abrían logrado que la justicia decidiera interrogarlos en el contexto de los crímenes de las dictaduras sudamericanas, dijeron las Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.
Posada Carriles y algunos de sus allegados fueron figuras clave en la guerra sucia y asesinatos, y se ha comprobado su papel en el entrenamiento de mercenarios y tráficos ilegales, además de su responsabilidad en la voladura de la nave de Cubana de Aviación, en 1976, en que murieron 73 personas.
Prófugo de la justicia venezolana, Posada estuvo ligado a la DISIP, policía política de Venezuela en esos tiempos, cuando figuraba en las comunicaciones de la red de Cóndor, como revelaron archivos de Paraguay. También está acusado de planear atentados con bombas en hoteles de Cuba.
La historia criminal de Guillermo Novo Sampoll y su hermano Ignacio, también indultados, los liga estrechamente a Cóndor. Junto con el agente Michael Townley, de la CIA y la policía pinochetista (Dina), y el militar de ese país Armando Fernández La-rios, los hermanos Novo participaron junto con los cubanos Virgilio Paz, José Dionisio Suárez y Alvin Ross en el asesinato de Orlando Letelier, ex canciller chileno.
El 8 de abril de 1978, la FBI, ante la enorme presión de la prensa, detuvo y trasladó a Estados Unidos a Townley, y las pruebas llevaron hasta Fernández Larios y el grupo cubano. Liberado anticipadamente, Novo comenzó a trabajar en "nuevas etapas" de las organizaciones terroristas.
El 23 de julio de 1976 un comando de estos grupos terroristas de Miami, entre los que estaba Gaspar Jiménez Escobedo -in-dultado por Moscoso- y Oreste Ruiz, junto con otros sujetos, intentaron sin éxito secuestrar al cónsul cubano en Mérida, y asesinaron al ayudante del consulado.
Jiménez es prófugo de la justicia mexicana, que lo halló responsable de tráfico de ex-plosivos y drogas. Pero también están señalados estos grupos entre los que planeaban junto con la dictadura chilena el asesinato de políticos chilenos asilados en México, como figura en las investigaciones de Cóndor.
Una historia similar tiene Pedro Remón Rodríguez, quien asesinó a Félix García Ro-dríguez, diplomático cubano en Nueva York, el 11 de septiembre de 1980, y de José Eulalio Negrín, emigrado cubano. También fue acusado de colocar bombas en la sede cubana ante Naciones Unidas a finales de 1979.
Estos grupos también participaron en el intento de asesinato del político chileno Bernardo Leighton y su esposa, en Roma el 6 de octubre de 1995, según confirmó Townley el 19 de mayo de 1995 ante la justicia italiana, que investigaba el hecho.
En este caso también quedaron imputados el jefe de la Dina, Manuel Contreras, y Eduardo Iturriaga Newman, mientras que los ultraderechistas italianos confesaron la amplia participación de grupos cubanoestadunidenses en todas las acciones en Europa, América Latina y Estados Unidos.
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