México D.F. Jueves 26 de agosto de 2004
La indagatoria por el asesinato de Oscar Pedraza Segura, plagada de anomalías
Ultiman en Morelos a joven activista; presuntos culpables se pasean impunes
Un agente de la Policía Judicial, entre los implicados La CEDH da entrada a queja
LA JORNADA MORELOS
Tlayacapan, Mor., 25 de agosto. Oscar tenía todo listo para partir a sus clases en la Universidad de Guadalajara. Eran las 21 horas del viernes 6 de agosto y estaba a punto de dejar en manos de sus amigos un proyecto cultural que habían iniciado. Sin embargo, un asesinato segó su vida, a los 19 años.
Oscar Pedraza Segura era reconocido por su labor como promotor de tecnologías de información y comunicación para el desarrollo social, cultural y humano en su comunidad, América Latina y el Caribe. Ofreció dejarles a sus compañeros copias de unos documentos para que continuaran con algunas acciones en su ausencia, pero no tenía dinero. Por eso se dirigió a la casa de su padre, Tomás, a quien pidió una monedas para sacar fotocopias, las cuales finalmente le dio su abuela, que estaba en la vivienda.
Apresuradamente salió de la casa, y minutos después se escucharon unas detonaciones. Casi de inmediato tocó a la puerta un amigo de Tomás, quien dijo que Oscar estaba herido. El joven murió en brazos de su padre.
Testigos llamaron a la Policía Preventiva Municipal de Tlayacapan. A pesar de que la comandancia estaba muy cerca del lugar de los hechos, en pleno centro de la ciudad, los agentes tardaron más de una hora en llegar.
Los presuntos asesinos, que estaban de parranda, fueron identificados inmediatamente: Celestino González, alias El Chino, golpeó en varias ocasiones a Oscar hasta derribarlo, mientras el hijo de aquél, Jesús González, con el mismo mote de su progenitor, habría sido quien disparó una pistola contra el joven cuando yacía en el suelo. Igualmente fue señalado Jesús Sánchez Santamaría, elemento de la Policía Judicial del estado (PJE) adscrito al grupo Cocoyoc. Los tres agresores huyeron tranquilamente a bordo de un automóvil negro.
El agente del Ministerio Público con sede en Yecapixtla no levantó el cuerpo de Oscar sino hasta las 2 de la mañana del sábado, porque esperaba la llegada de peritos del Servicio Médico Forense de Cuernavaca, la capital de Morelos.
Tomás Pedraza y su esposa, Alejandra Segura, han luchado por impedir que el homicidio quede impune, pero los supuestos responsables, el judicial Sánchez Santamaría y sus madrinas, los consanguíneos González, permanecen prófugos y habitan en el municipio como si se sintieran protegidos por la Procuraduría General de Justicia del Estado.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos, por su parte, inició una investigación por el asesinato de Oscar David Pedraza Segura. El ombudsman Sergio Valdespín Pérez ha pedido al procurador Hugo Manuel Bello Ocampo, y al secretario de Seguridad Publica estatal, Sebastián Isunza Gutiérrez, su apoyo para hacer justicia.
Al momento, las autoridades no han respondido.
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