Orlando Delgado Selley

Preguntas previas al cuarto Informe

A unos cuantos días de la presentación ante el Congreso de la Unión del Informe de gobierno de Vicente Fox conviene formular algunas preguntas esenciales que tienen que ver con la situación en la que viven los mexicanos. Por supuesto que se pondrá de relieve que la economía ha empezado a crecer. Fox dirá que el producto crecerá este año cerca de 4 por ciento, pero es más importante preguntarse lo que ha pasado con el producto por habitante. Puede presumirse que somos la novena economía del mundo, medida por el PIB en dólares PPP. Pero lo verdaderamente relevante es si hemos mejorado en el per cápita.

La evolución de este indicador es elocuente: en el sexenio 1965-70 aumentó 3.5 promedio anual; en 1971-76, en 3 por ciento; 3.3 en el sexenio siguiente; en los tres posteriores -2.1, 1.9 y 1.6, y en el trienio 2001-03 ha habido una caída de 1.5 por ciento. Así que en la época de la modernización neoliberal 1983-2003 ha habido un decrecimiento promedio anual de 0.5 por ciento. Este es el dato fuerte. Este año, inclusive creciendo a 4 por ciento, el producto por habitante en el último cuatrienio seguirá teniendo un crecimiento negativo.

Comparado con economías de tamaño similar al nuestro, la distancia en el per cápita es brutal: respecto a Canadá nuestro producto es casi 15 por ciento menor y el per cápita mexicano es 25 por ciento del canadiense. España tiene una economía apenas 0.46 por ciento menor a México, pero su per cápita es casi dos veces y media mayor. Corea con un PIB 20 puntos porcentuales menor a México tiene un producto por habitante 68 por ciento mayor. De esto no hablará Fox. Probablemente señale que respecto a Brasil, India y China estamos en mejor situación.

De lo que seguramente hablará es del exitoso control de la inflación y de la notable reducción de las tasas de interés. En los 43 meses de este gobierno hemos tenido la menor inflación en 35 años, pero habría que preguntar sobre sus costos. Es obvio que reducir la inflación es un medio para lograr que la economía crezca y que mejoren las condiciones de vida de la población. Los neoliberales repiten que la inflación es el peor impuesto para los pobres. Lo que no dicen es que la reducción de la inflación ha tenido efectos negativos sobre el crecimiento, en México y en otros países, lo cual ha castigado severamente a los pobres. De modo que se ha confundido un medio con un fin.

No hay duda que la tasa de interés ha caído. Pero siempre se informa de la reducción de las tasas pasivas, particularmente de los Cetes. Sin embargo, debemos preguntarnos lo que cuesta a los acreditados honrar sus deudas. Asimismo, cuál ha sido y cómo se ha comportado con la caída de las tasas la relación entre el costo de captación y la tasa promedio que se cobra. Los puntos cobrados ciertamente se han reducido, pero las veces que los bancos cobran lo que pagan a sus ahorradores se ha incrementado. El dato fuerte es que la posición de los deudores no ha mejorado sensiblemente. Lo que sí ha ocurrido es que el impacto de los intereses de la deuda pública interna sobre el presupuesto público se ha reducido, no ha elevado la inversión pública, lo cual sí ha permitido incrementar los sueldos de la alta burocracia. Para la población la mejoría es apenas perceptible.

Las preguntas sobre la evolución del empleo son importantes. Pese a que siete de cada 10 empleos nuevos son en la economía informal, el desempleo abierto sigue aumentando. Muchos mexicanos emigran anualmente a Estados Unidos, pero nunca se ofrece información precisa. Lo cierto es que las remesas enviadas por esos mexicanos a sus familias en 2003 sumaron 13 mil 266 millones de dólares, equivalentes a 79 por ciento de unas exportaciones petroleras que crecieron 29 por ciento ese año.

Una economía que obliga a su población a emigrar para buscar mejores condiciones de trabajo es una economía que falla en lo central. Eso tendría que reconocerse. Evidentemente no se hará. Por el contrario, se comparará la tasa de desempleo mexicana con la de otros países pretendiendo ilustrar una situación que no es real.

Una última pregunta es sobre nuestra democracia. Según el Banco Mundial, democracia "es una forma del desarrollo humano", es "el aumento de las opciones para que las personas puedan mejorar su vida". En esto tampoco hay avances. Así que el Informe, como en los tiempos del autismo priísta, será un ejercicio de autoelogio. Lo que importa, las condiciones de vida de los habitantes del país, no serán consideradas.

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