México D.F. Domingo 22 de agosto de 2004
Tardó 10 años el fallo judicial
contra el sindicato que preside Leonardo Rodríguez Alcaine
Ordenan al SUTERM devolver $10 mil 200 millones a 85
mil afiliados
Hay pruebas de que los fondos fueron convertidos en
seguro de vida a espaldas de los trabajadores
ROBERTO GARDUÑO Y FABIOLA MARTINEZ
Dos tribunales colegiados en materia de trabajo ordenaron
al Sindicato Unico de Trabajadores Electricistas de la República
Mexicana (SUTERM) devolver a unos 85 mil empleados de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) las aportaciones que hicieron al fondo mutualista
del gremio, algunos desde 1937.
El resolutivo judicial que acató en principio la
Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) constituye un hecho
sin precedente, no sólo porque ocurre 10 años después
de que un grupo de electricistas demandó a su sindicato la entrega
de los recursos citados, sino porque involucra a uno de los gremios más
numerosos del país, encabezado desde abril de 1975 por Leonardo
Rodríguez Alcaine, también líder de la Confederación
de Trabajadores de México (CTM).
Según el despacho Estrada Abogados y Asociados,
asesor de los afectados, a cada contribuyente del fondo correspondería
en promedio entre 120 mil y 237 mil pesos, según la antigüedad
laboral de cada uno.
Proceso casi interminable
Este
prolongado litigio parecía no tener fin, toda vez que al toparse,
al inicio del proceso, con la negativa de los tribunales laborales, empezó
un largo camino de amparos ante diversas instancias, desde jueces de distrito
hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Rodríguez Alcaine ha rechazado los argumentos de
sus representados (muchos son jubilados o han fallecido); la dirigencia
del SUTERM asegura en cambio que los recursos del fondo fueron trasladados
en 1992 al Seguro Colectivo Obrero, contratado con Aseguradora Obrera SA
de CV, en la figura de seguro de vida.
Sin embargo, de acuerdo con información y documentos
incluidos en un amplio expediente de más de 300 páginas,
el cambio en que se sustentó la conversión en cuestión
se llevó a cabo sin consultar a los afiliados del sindicato, fuera
de toda normatividad. Lo cierto es que fue hasta un año después
cuando algunos empleados se percataron de la diferencia entre el desaparecido
Fondo de Previsión Social y el denominado Seguro Colectivo Obrero.
No hubo respuesta oficial. Por eso, en 1994 se presentó
ante la junta especial cinco de la JFCA la primera demanda laboral en reclamo
de la devolución del fondo mutualista, una millonaria cuenta nutrida
exclusivamente con los ahorros de los trabajadores.
Los tribunales colegiados dieron la razón a los
demandantes, toda vez que en los documentos del fondo mutualista del SUTERM
se establecía su carácter "imprescriptible", en particular
porque era patrimonio de los trabajadores electricistas. Por supuesto,
tampoco había ningún tipo de facultad para que el sindicato
"se apropiara del mismo".
Así, el SUTERM deberá devolver las aportaciones,
cuyo cálculo se desprenderá del análisis de la evolución
del Indice Nacional de Precios al Consumidor en el lapso de las aportaciones
de cada empleado y del avance del salario mínimo. Además,
las disposiciones de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores,
el Código Fiscal de la Federación, así como el cálculo
con la modificación monetaria de 1993 (cuando se quitaron tres ceros
al peso). En el supuesto que a cada uno correspondiera la cantidad mínima,
esto es, 120 mil pesos, el SUTERM debería contar con 10 mil 200
millones de pesos para cumplir con la orden de la JFCA, derivada del fallo
judicial.
El desenlace de este caso tendrá especial importancia
para el gremio electricista, cuya dirigencia ha manifestado su visto bueno
a la reforma del régimen de pensiones de los trabajadores de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de otros organismos públicos,
al carecer actualmente de un fondo del que se paguen las jubilaciones de
los empleados en retiro de la paraestatal.
Actualmente estos pagos provienen del gasto corriente
de la CFE, es decir, con recursos del erario, por lo que se presume poco
probable no sólo que el SUTERM esté dispuesto a cumplir con
el mandato judicial, sino que cuente con los recursos para ello.
Fusión de dos sindicatos
El gremio tiene un lugar especial en la historia del movimiento
obrero mexicano del siglo xx. El SUTERM es producto de la fusión
de dos sindicatos que prestaban sus servicios a la CFE: el de Trabajadores
Electricistas de la República Mexicana (dirigido hasta 1975 por
Francisco Pérez Ríos y el propio Rodríguez Alcaine)
y el Nacional de Electricistas y Conexos de la República Mexicana.
Ambos tenían sus propios fondos creados con el fin de solucionar
problemas de habitación, educación de los hijos de los electricistas
y hacer frente a las defunciones de los afiliados.
Cuando en 1972 ambos sindicatos se fusionaron, por medio
de un "pacto de unidad", aceptaron meses después la concentración
de los recursos señalados. Desde entonces las aportaciones de los
trabajadores de base y de confianza eran de 10 pesos semanales y, desde
1986 y hasta 1990 se canalizaron al fondo, legalmente establecido como
de previsión social, mil pesos cada catorcena, al tiempo que la
CFE se comprometió a aportar 2 mil pesos por cada trabajador de
esta industria.
Fue cuando la cúpula del SUTERM determinó
unilateralmente darle categoría de fondo de defunción, en
el esquema de un seguro de vida.
Los integrantes de Estrada Abogados y Asociados se dieron
a la tarea de recopilar, en el transcurso del largo proceso, importantes
documentos desde los primeros estatutos del sindicato y todas las pruebas
documentales de la ilegalidad del cambio referido (ahora avalada por los
tribunales) con el fin de exigir cuentas a la dirigencia sindical respecto
al destino de las aportaciones y, sobre todo, de la devolución inmediata
de las mismas.
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