Antonio Gershenson

Pemex: sí hay dinero

Legalmente hablando, en Petróleos Mexicanos (Pemex) sí hay dinero. Los pretextos que lo niegan para entregar amplias zonas del territorio nacional a extranjeros, en los llamados contratos de servicios múltiples, sólo son eso, pretextos. El intento de encubrir la existencia de ese dinero para contratar deuda cara en los proyectos de infraestructura productiva de largo plazo, llamados Pidiregas, tampoco tiene una justificación real.

El Fondo Monetario Internacional afirma, según vimos en estas páginas, que el gobierno mexicano usa el excedente petrolero para financiar un gasto administrativo superior al autorizado por el Congreso, y para subsanar menores recaudaciones fiscales.

Es muy positivo que se haya logrado un consenso para modificar el régimen fiscal de Pemex. El que los integrantes de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, de los diferentes partidos, hayan fijado las bases para un proyecto que introduzca estos cambios, es un paso adelante. También es positivo que se haya llegado a una conclusión similar en la Convención Nacional Hacendaria. Pero debemos tomar en cuenta las experiencias ya vividas para que se logren los resultados deseados.

De hecho, ya hubo una reforma fiscal en el mismo sentido. Está vigente. En la Ley de Ingresos para 2004, el régimen fiscal de Pemex está en el capítulo séptimo. Nos vamos a referir a la fracción XI, que tuvo cambios importantes frente al texto enviado al Congreso por la Secretaría de Hacienda. Este texto inicial establecía, en el "aprovechamiento sobre rendimientos excedentes", que Pemex debería entregar, además de los otros gravámenes, 39.2 por ciento del rendimiento derivado de vender petróleo crudo por encima de los 20 dólares por barril. Y punto.

La Cámara de Diputados, entre otros cambios, alteró esta fracción desde su nombre para que quedara: "aprovechamiento para obras de infraestructura en materia de exploración, gas, refinación y petroquímica". Y agregó el siguiente párrafo: "los montos que se deriven del aprovechamiento a que se refiere la presente fracción se destinarán para la inversión en obras de infraestructura en materia de exploración, gas, refinación y petroquímica que realicen Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios".

Esto quiere decir, que ya, conforme a la ley, ese dineral -que entre lo ridículo de la previsión de Hacienda, de 20 dólares por barril, y la realidad, que los acerca a 30, en promedio, de enero a julio anda por los 40 mil millones de pesos- debió haber sido entregado "para la inversión en obras de infraestructura" de Pemex en las áreas descritas. Y, una de dos, o, como parece ser, Hacienda desvió ese dineral con otros fines, o bien los funcionarios de Pemex, pese a haber recibido ese dinero, dicen que no lo tienen y amenazan con nuevos contratos de servicios múltiples y con nuevos endeudamientos caros con Pidiregas.

Es importante señalar, como referencia, que según la cuenta pública de Pemex de 2003, la inversión de esta paraestatal en ese año fue de 36.6 miles de millones de pesos. O sea, que el ingreso que se le debió haber entregado, un poco mayor que esa cantidad, hubiera sido equivalente, aproximadamente, a duplicar su capacidad de inversión durante 2004.

Entonces, en la Cámara de Diputados debe analizarse, para evitar una repetición, tal vez en mayor escala, si la reforma fiscal de Pemex también lo es, en un escenario como el que estamos viviendo. ƑDebe la Secretaría de Hacienda seguir siendo una unidad todopoderosa, impune, que pueda deshacer todo lo que votó y aprobó el Congreso de la Unión? ƑQué facultades ha ejercido, o se ha tomado, esta secretaría para evitar que se cumpla el mencionado párrafo? Y si son los funcionarios de Pemex los que mienten, Ƒen qué se basa su impunidad para hacerlo y seguir vendiendo o alquilando patrimonio del país?

Vamos a ver cada uno de los cuatro renglones que la Ley de Ingresos menciona como destinatarios del dinero, de la inversión, que debería estar realizando Pemex con los recursos que debieron haberle entregado.

Exploración. Del más importante que tenemos, Cantarell, que todavía produce más de la mitad del total nacional de crudo, ya se extrajeron las cuatro quintas partes del total original. No es lógico que, al aumentar la profundidad del fondo marino en la Sonda de Campeche, deje de haber petróleo de repente, por lo que es razonable explorar nuevas zonas. Tampoco al sur de las zonas petroleras de la parte estadunidense del Golfo de México. Y no son los únicos casos.

Refinación. El caso más urgente, y no necesariamente tan costoso, es la ampliación de la refinería de Salina Cruz. Es la que abastece a la parte de México que da al Pacífico, para la cual se importan combustóleo y gasolina. Con esta medida se puede dejar de importar productos refinados.

Gas. Por un lado, se debe diversificar la generación de electricidad y no seguir dependiendo exclusivamente de un gas natural que no nos alcanza y que importamos en escala creciente. Al mismo tiempo, se deben desarrollar los campos existentes dentro de la ley y dentro de la Constitución, y explorarse nuevas zonas.

Petroquímica. Se deben recuperar instalaciones útiles que están casi abandonadas. Se debe dar preferencia, para el abasto de gas, a esta industria, como principio de cadenas productivas de importancia nacional. Actualmente no sólo se da preferencia a empresas extranjeras que usan el gas para quemarlo en la generación de electricidad, sino que se mantienen cerradas numerosas plantas propiedad de la Comisión Federal de Electricidad para "hacerles" mercado a esas empresas. Eso también debe cambiar.